domingo, 18 de julio de 2010

Divide ut vinces

Pero no sólo eso.

La Guerra Civil española también fue única por el hecho de que comenzó con una revuelta contrarrevolucionaria y no con una insurrección revolucionaria. Al mismo tiempo debe recordarse que la izquierda fracasó en cinco insurrecciones sucesivas entre 1930 y 1934, una circunstancia sin precedentes. La división de la izquierda y la fuerza del Estado español era tal que la izquierda no tenía más remedio que renunciar a la insurrección y virar hacia las tácticas electorales del Frente Popular, siguiendo los precedentes establecidos por Mussolini y Hitler, quienes también se percataron de que el insurreccionismo no funcionaba.
La guerra de España también tiene la particularidad de ser la guerra civil de un verdadero Frente Popular, con mucha más pluralidad en su seno que en cualquier otro conglomerado semejante en Europa. Es un hecho reconocido que el engrudo que unía los distintos elementos del Frente Popular era más negativo que positivo, puesto que la unidad de la izquierda estaba basada en el antifascismo más que en un objetivo común constructivo. Las profundas diferencias entre los distintos movimientos izquierdistas constituyeron su gran debilidad, aunque se mantuvieron unidos durante casi tres años y sacrificaron muchas cosas por su causa, aunque de hecho fuera una causa más destructiva que constructiva.


Créditos:
Portada y transcripción parcial del capítulo Una perspectiva histórica, según traducción de José C. Vales, de la obra ¿Por qué la República perdió la guerra?, de Stanley G. Payne, editada por Espasa (pág. 267).

1 comentario:

  1. Te comento y comparto contigo, estimado Posodo, un pensamiento que me viene rondando hace tiempo.
    Uno sólo, no te preocupes, no tardo mucho.
    Hace unos años, antes de ponerme a leer, y mucho antes de trabajar para poder comer, yo era de Izquierda, votaba a IU -nunca he votado a la Psoe, lo juro-, me creía como un bobo toda la propaganda anti española y anti cristiana que siempre ha sabido escupir la izquierda con la constancia de un alfarero, e incluso me alteraba como un conde drácula andaluz ante la visión de una cruz en ciertos lugares, y no digamos ya, de una bandera española.

    La vida, con un par de buenos zurriagazos y un par de conversaciones claras que me dedicó mi señor padre, hizo que empezace a replantearme ciertos dogmas. Lo que antes lo veia claro, ahora, es decir, al tiempo, empecé a verlo como una verdadera aberración.

    ¿Cómo llegué a ser lo que soy ahora? Me quité, mejor dicho, la vida me quitó, la máscara que no me dejaba interpretar la reliadad tal como es, no, como yo quería que fuese.
    No hay mayor enemigo para la humanidad que la Utopía, es el mayor riesgo que volvemos a padecer en estos días.

    Si hace 20 años huebieramos sufrido otra guerra civil, yo hubiese luchado en el bando de la Izquierda.
    Debemos poner toda la información y la cultura en los jovenes para que no caigan ninguno más (como caí yo) en la propaganda soviética.

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    PD: Perdona las faltas de ortografía y la sintaxis, no tengo teiiempo para revisar.

    Un abrazo

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