Hace unos días pude hojear un libro que responde al nombre de Catálogo de los montes de utilidad pública de la provincia de Valencia, editado en 1932 por el Ministerio de Agricultura,… Industria y Comercio. El catálogo incluye un mapa del que quiero destacar ahora una cosa que no tiene nada que ver con los montes.
Como sabe poca gente fuera de Valencia, bueno, y también dentro, la primera autopista completa pensada e incluso proyectada en España, fue, en la época de la oprobiosa dictadura de Primo de Rivera (lo de oprobiosa tal vez lo diga porque había ministros del Partido Socialista Obrero Español), hace más de ochenta años; fue, digo, la autopista Madrid-Valencia, por donde, más o menos, acabó yendo la N-III y desde hace poco más de 10 años, “casi” la A-3.
Algo parecido sucedió con el ferrocarril. En el mapa que he referido, se puede observar que existe un ferrocarril de Valencia a Utiel, donde finaliza. Recordemos que estamos en 1932. No sé en qué año se consiguió finalizar el ferrocarril Madrid-Valencia, por Cuenca, que dentro de lo que cabe, se trata de un recorrido más inmediato que el actual, por Albacete. Lo que sí sé, porque acudía a la estación de Requena a recibir y despedir familiares en su viaje matritense, es que hace sus cuarenta años la comunicación ferroviaria principal entre Madrid y Valencia era la línea por Cuenca, y de hecho, por ella circulaba el famoso tren articulado ligero Goicoechea-Orial, es decir, el TALGO.
Las ventajas, que a pesar de todo, suponía este avance ferroviario, se dejaron perder abandonando el transporte por ferrocarril, y favoreciendo, consciente o inconscientemente, el transporte por carretera (¡incluso de mercancías y a larga distancia!), o en avión para distancias cortas, donde los desplazamientos a y desde, y esperas en los aeropuertos anulan todo el ahorro de tiempo conseguido en el vuelo.
Sólo desde un tiempo a esta parte, con la decisión política (que no económica) de implantar en determinados trayectos la, más o menos, Alta Velocidad, se vuelve a pensar en el transporte ferroviario, aunque sólo sea para viajeros.
Todo esto viene a cuento, naturalmente, del bloqueo del espacio aéreo europeo que se ha ocasionado como consecuencia de la erupción de un volcán bajo el glaciar Eyjafjälla, al sur de Islandia. Porque el caso es que la capacidad inmediata de reacción en relación con un transporte alternativo, no se aprecia: sólo se ofrece una larga, con incierto resultado, espera… en los aeropuertos.
Lo que tampoco se comenta es qué pasa o deja de pasar en Islandia, por lo que recojo esta foto de EFE, tomada de Libertad Digital, donde su pie de foto nos ilustra al respecto:
“Estado en el que quedó una carretera sobre el río Markarfljot, después de la erupción de un volcán subterráneo bajo el glaciar Eyjafjälla, al sur de Islandia. Las cenizas han paralizado en las últimas horas el tráfico aéreo de media Europa.”
Lo que no me extrañaría nada es que alguien, para minimizar los problemas, nos argumente que tampoco es para tanto, pues tras la famosa erupción del Vesubio, se estuvo más de dieciocho siglos sin que en el mundo se vieran volar aviones.
Nota: espero que en todo esto no tenga nada que ver mi anotación de hace dos días, sobre la mala suerte, y un gafe, por otro nombre, cenizo.
Créditos:
Portada, y detalle del plano incluido, del Catálogo de los montes de utilidad pública de la provincia de Valencia.
Fotografías del TALGO III (1966), tomadas de la página oficial de la empresa.
Fotografía de una carretera en Islandia, de Efe, tomada de Libertad Digital.
Como sabe poca gente fuera de Valencia, bueno, y también dentro, la primera autopista completa pensada e incluso proyectada en España, fue, en la época de la oprobiosa dictadura de Primo de Rivera (lo de oprobiosa tal vez lo diga porque había ministros del Partido Socialista Obrero Español), hace más de ochenta años; fue, digo, la autopista Madrid-Valencia, por donde, más o menos, acabó yendo la N-III y desde hace poco más de 10 años, “casi” la A-3.
Algo parecido sucedió con el ferrocarril. En el mapa que he referido, se puede observar que existe un ferrocarril de Valencia a Utiel, donde finaliza. Recordemos que estamos en 1932. No sé en qué año se consiguió finalizar el ferrocarril Madrid-Valencia, por Cuenca, que dentro de lo que cabe, se trata de un recorrido más inmediato que el actual, por Albacete. Lo que sí sé, porque acudía a la estación de Requena a recibir y despedir familiares en su viaje matritense, es que hace sus cuarenta años la comunicación ferroviaria principal entre Madrid y Valencia era la línea por Cuenca, y de hecho, por ella circulaba el famoso tren articulado ligero Goicoechea-Orial, es decir, el TALGO.
Las ventajas, que a pesar de todo, suponía este avance ferroviario, se dejaron perder abandonando el transporte por ferrocarril, y favoreciendo, consciente o inconscientemente, el transporte por carretera (¡incluso de mercancías y a larga distancia!), o en avión para distancias cortas, donde los desplazamientos a y desde, y esperas en los aeropuertos anulan todo el ahorro de tiempo conseguido en el vuelo.
Sólo desde un tiempo a esta parte, con la decisión política (que no económica) de implantar en determinados trayectos la, más o menos, Alta Velocidad, se vuelve a pensar en el transporte ferroviario, aunque sólo sea para viajeros.
Todo esto viene a cuento, naturalmente, del bloqueo del espacio aéreo europeo que se ha ocasionado como consecuencia de la erupción de un volcán bajo el glaciar Eyjafjälla, al sur de Islandia. Porque el caso es que la capacidad inmediata de reacción en relación con un transporte alternativo, no se aprecia: sólo se ofrece una larga, con incierto resultado, espera… en los aeropuertos.
Lo que tampoco se comenta es qué pasa o deja de pasar en Islandia, por lo que recojo esta foto de EFE, tomada de Libertad Digital, donde su pie de foto nos ilustra al respecto:
“Estado en el que quedó una carretera sobre el río Markarfljot, después de la erupción de un volcán subterráneo bajo el glaciar Eyjafjälla, al sur de Islandia. Las cenizas han paralizado en las últimas horas el tráfico aéreo de media Europa.”
Lo que no me extrañaría nada es que alguien, para minimizar los problemas, nos argumente que tampoco es para tanto, pues tras la famosa erupción del Vesubio, se estuvo más de dieciocho siglos sin que en el mundo se vieran volar aviones.
Nota: espero que en todo esto no tenga nada que ver mi anotación de hace dos días, sobre la mala suerte, y un gafe, por otro nombre, cenizo.
Créditos:
Portada, y detalle del plano incluido, del Catálogo de los montes de utilidad pública de la provincia de Valencia.
Fotografías del TALGO III (1966), tomadas de la página oficial de la empresa.
Fotografía de una carretera en Islandia, de Efe, tomada de Libertad Digital.
Miedo me da pensar en lo que van a hacer con la línea Valencia-Madrid normal al poner en servicio el AVE. ¿Quitarán Alaris para obligar a pagar más en el AVE?, Por cierto, un Alaris que está operado con trenes Alvia, que han retirado de la línea Madrid-Valladolid que ya tiene AVE. De Pepiño podemos esperar cualquier cosa ... mala.
ResponderEliminarEl viernes comenté con un profesional del sector este asunto, y convenimos en la calamitosa gestión que se había hecho de la situación. Simplemente el ejmplo que se dió decidiendo un jueves realizar una reunión de urgencia... el lunes siguiente, lo mostraba todo.
ResponderEliminarEn mi época, con un error de 'conceto' te suspendían directamente; ahora, hay de quien se dice que es Ministro del ramo (de cardos, tendría que ser)