domingo, 4 de abril de 2010

No sólo la caja es tonta

El otro día lo leí (sólo el titular, claro) en uno de esos periódicos gratuitos. Pero ayer lo confirmé, pues fiel a mi carácter español, he ido dejando para mejor momento el tema de la actualización tecnológica. También es cierto que, como podrán suponer quienes me conocen o siguen suficientemente este diario, la necesidad vital que tengo en la actualidad de ese gran invento que es la televisión (y gran decepción que es su utilización generalista actual); la necesidad que tengo, decía, es próxima a la total nulidad.

Todo este párrafo no deja de ser una excusa para comentar algunas de las expresiones que, según la agencia EFE, y recogidas por Libertad Digital, ha realizado Javier Marías al diario Tagesspiegel el pasado domingo 28 de marzo, Domingo de Ramos (menos mal que no lo hizo hace nueve semanas, que es de cuando tengo un ejemplar del periódico).

Este mozo de cincuenta y ocho años según la noticia (efectivamente, es nacido en 1951), ha tenido la ocurrencia de decir, entre otras cosas, que “en su infancia, esa época [la Semana Santa] era un tiempo «horrible para los niños» puesto que no se podía cantar, en la radio sólo se emitía música y la televisión sólo programaba películas de contenido religioso”.

Como en otras muchas ocasiones, las matemáticas nos ayudan a situar en su contexto las declaraciones de los políticos o de quien sea.

Esta persona cumplió cinco años el año en que se iniciaron las emisiones de televisión en España (1956), y si consideramos como ‘niño’ el infante de hasta unos ¿14? Años, nos planteamos la vida en torno al año 1965.

Quien lo haya vivido o tenga interés en saberlo, es perfectamente conocedor de que en ese año (y a pesar de que España fuera Campeona de Europa de Fútbol en 1964, como nos recordaría José Luis Garci), la difusión de la televisión en los hogares españoles era más bien escasa, y de hecho, en numerosísimos pueblos existía lo que se llamaba ‘Teleclub’, es decir, un local social, donde funcionaba la (casi) única televisión del pueblo, y servía, por ello, como centro de reunión para verla y comentar la programación.

En resumen, que si este mozo dependía de la televisión para entretenerse en su infancia (tratándose de la época de que se trataba), una de dos, o mala infancia tuvo (de normal, sin esperar a Semana Santa) o, directamente, miente.

Yo, desde luego, lo que recuerdo, años más tarde, claro, era que existía una programación para las fechas, y en particular, para los niños estaba lo que llamaban “Especial Vacaciones”, tanto para Navidad como para Semana Santa, y que, al margen de estos programas (la radio, por cierto, no la solían escuchar los niños, yo al menos), siempre estaba el correspondiente solar donde nos íbamos ajugar al fútbol (los niños; las niñas, quienes esto lean, podrán opinar).

Como dice mi hermano, y estoy de acuerdo, hay otro elemento más para enjuiciar estas declaraciones: una, que siendo su padre quien era (Julián Marías), cabe dudar de si tenían un televisor en casa (al menos, como herramienta de entretenimiento de la familia, en vez de herramiento de trabajo del padre); y la otra, que menos mal que su padre ya no está con nosotros, porque de la cantidad de estupideces que está últimamente soltando el retoño, nos dejaba.

En su momento, Javier Marías escribía en El Semanal (ahora XL Semanal del grupo Vocento), de cuyos artículos tengo una colección que algún día ordenaré e incluso encuadernaré (ya que los tengo, ¿no?), hasta que se pasó al suplemento semanal de El País, momento a partir del cual dejé de leerlo.

Por otro lado, salvo error, de su obra literaria sólo tengo Corazón tan blanco (aunque ahora no dispongo de datos para saber cómo ha sido esto), que aún no he leído, y que me parece que va a seguir en esta situación bastante tiempo.

El resto de sus opiniones se califican ellas solas, así que eso me ahorro.

P.S. Ayer, 3 de abril, me ‘obligaron’ a comprar un descodificar de ésos de la TDT.
Pero si esperan que lo ponga ahora en marcha, que lo hagan sentados.

Créditos:
Foto de la imagen de televisión, del autor.
Mencheta del periódico Der Tagesspiegel del día 24 de enero de 2010, escaneada por el autor.
Foto de Javier Marías, de EFE, tomada de la noticia enlazada de Libertad Digital.

6 comentarios:

  1. Ten hijos p´a esto.
    Creo que era Pérez Reverte el que decía que era -Marías- más raro que un perro inglés; o que tenía cara de perro inglés, yo qué sé.
    Como te he comentado en otro spot tuyo, padezco de Olvidaditis Crónica.

    Leí en su día lo que con tanto acierto comentas de la entrevista.
    Este tío es gilipollas. Punto, y aparte.

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  2. Hago mía la última frase del comentario de Bate.

    No, las niñas no jugábamos al fútbol en el descampado (al menos yo). Jugábamos a la comba, a balón prisionero, el escondite, tú-la-llevas y cosas así.

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  3. Con la espectacular biblioteca que tenía el padre ¿para qué quería ver la televisión? ¿por qué no se bajaba a la calle a jugar a la pelota en el descanso entre "La isla del tesoro" y "Moby Dick"?.
    Yo, leí un par de novelas suyas (la que citas y otra) junto con un libro de cuentos. Sólo éste último me gusto.

    Saludos

    S.Cid: Ten cuidado con tus declaraciones, no sea que Bibiana te obligue a jugar ahora al fútbol para así, con efecto retroactivo, compensar tu infancia marcada por el sexismo.

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  4. No, no..., Guido, ahí sí que no tendré problemas: al fútbol no he jugado, pero al baloncesto sí.

    Además, de mis hermanos, el que va justo antes que yo es un chico, me lleva dos años y he jugado con él a todo: indios y vaqueros, policías y ladrones, clicks de famóbil (me encantaban y yo tenía un montón -aún los tengo, de hecho), Geyperman... [aquí era mi hermano el que tenía bastantes, pero yo llegué a tener un piloto de helicópteros, que, por cierto, estaba "casado" con una Sindy enfermera que me regalaron en unos Reyes ;-)]. Eso sí, el también jugó mucho conmigo a las casitas. Decidíamos el juego según nos apeteciera, y jamás pensando en el sexismo de las cosas... que además no sabíamos ni que existía :-)

    Saludos en este viernes mañanero preludio de un fantástico fin de semana :-)))) Estoy contentita :-))

    PD: no lo dije en mi comentario anterior: de este tipo no he leído una palabra... y no creo que lo haga. No me pierdo nada, ¿no?

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  5. Bate: sí, en su época del XL Semanal eran vecinos de página impar (las pares son para la publicidad), y Pérez-Reverte se refería de vez en cuando a él con algo de 'inglés'. Si me acuerdo, buscaré algo por casa (lo de encontrar, ya es otra cosa)
    Guido: o incluso, a 'versionear' en la calle la misma isla, la "Hispaniola" o el "Pecquod"
    Imagínate el juego que daría gritar a todo pulmón "¡Por allí resoplaaaa!" cuando se acercara el trolebús de turno.
    S.Cid: lo que pasaba es que además de juegos sexista, os tenían en la ignorancia.
    Y me alegro mucho de tu alegría y contento. Ya contarás ;-)

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  6. Se ve que he mirado la revista al revés: ellos publicaban en las pares, y la publicidad iba en las impares.

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