El segundo acontecimiento al que asistí la pasada semana al Palau de la Música fue la inauguración el jueves 22, de la exposición de Antonio de Felipe, pintor valenciano, titulada PopSport, sobre la cual, lo primero que hay que decir, es que el cartel de la misma no le hace justicia, ya que si por algo se caracterizan sus cuadros es por un estilo nada realista.La exposición, como dijo Mairen Beneyto, concejala de la cosa, era, efectivamente, muy mediática. “Habíamos” muchos pero llegamos a pillar algo del cáterin, aunque no íbamos a eso.
Al día siguiente, salió en prensa (era mediática, ya digo) una reseña, acompañada de una foto en la que se ve tal vez el cuadro más valenciano, ya que toma como referencia el de los niños en la playa de la Malvarrosa de Sorolla, y lo complementa con un tema deportivo bajo una visión ‘pop’.
La exposición se ubica en dos salas, en las cuáles se realizaron los dos momentos principales del acto: la inauguración tuvo lugar en la propia Sala de Exposiciones del Palau, cuyo suelo estaba tapizado como si de un campo de fútbol se tratase; el cáterin fue en otra sala, también para estos usos, anexa al edificio, mal llamada por casi todos “Atrio de los bambús” (para ahorrarnos a todos, supongo, la ‘e’ ya muy usada en el Plan E), cuyo oscuro suelo recogía la parrilla de salida de un Gran Premio de Fórmula 1.
Paa evitar problemas de protocolo, en cuanto llegó la alcaldesa, nosotros nos fuimos.
El domingo, regresé a la exposición para que la vieran mis hijos. Los cuadros que más les gustaron fueron el de los patos, y otro que reflejaba una prueba de salto de altura… sobre una hilera de cactus. El domingo, como me esperaba, no me dejaron hacer ninguna foto.
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