Hace un tiempo me hice con el libro The Christian Almanac. A Book of Days Celebrating History’s Most Significant People&Events. Como puede deducirse del título, el libro es una recopilación de numerosas efemérides, y así empieza la Introducción al libro:
“Every day is an anniversary. History is so rich and so resplendent that there is not a single date that does not offer great lessons in heroism or ignominy, brilliance or foolishness, inspiration or admonition.”
Pero también, se trata de un libro que busca aprender de los aniversarios a través de una visión cristiana. Y así es como continúa la Introducción:
“There is not a single date that does not point us toward the remarkable cultural and spiritual legacy of our Christian inheritance in Western civilization. And there is not even a wrinkle in time that does not bear the obvious impress of God’s own good providence.”
Y finaliza la Introducción de la siguiente manera:
“That is precisely the kind of work that we have attempted to do in this book. Our aim has been to preserve the practical lessons and profound legacies of Christendom without the petty prejudice of modern fashions or the parsimonious preference of Enlightenment innovations. (...)
We believe that history is a series of lively adventure stories –and thus should be told without the cumbersome intrusion of arcane academic rethoric or truckloads of extraneous footnotes. In fact, we believe that history is a romantic moral drama in a world gone impersonally scientific (...) and because however social condictions may change, the great underlying qualities that make and save men and nations do not alter. It is the most important example of all. Because the past is ever present, giving shape and focus to all our lives, it is not what was, but whatever seems to have been, simplu because the past, like the future, is part and parcel of the faith.
This book is our attempt, therefore, to revive a venerable old Christian tradition of charting the topography of that forgotten foreign land called the past. It is an effort to make the tales of yore a narrative worthy to be told at home round the hearth, to appeal to the heroic heart of all generations, and to reinvigorate the eternal infancy of mankind.”
Para cada día, el libro se extiende en una página en cierto hecho al que se da relevancia, y en la página vecina se relacionan aquellos hechos cuyo aniversario se cumple ese día y por un motivo u otro, tienen una importancia cristiana.
Bastante ilustrativo de lo expuesto es el hecho que se destaca para tal día como hoy, 26 de abril, aunque sea remontándose al año 1139: bien la historia, bien la tradición, establece para este día el inicio de la circulación pública de Historia Regum Britanniae, obra escrita por Geoffrey de Monmouth tal vez unos tres años antes. Lo más recordado de esta obra es que establece los primeros registros sobre el Rey Arturo.
El conjunto de la historia del Rey Arturo es tan amplio y rico, que tras su rápida difusión por Europa, cada nación centró su atención sobre aspectos distintos conforme su propio carácter. Sin embargo, todos se dieron cuenta de algo importante:
“But for each of them the Eden-like theme of an idyllic kingom spoiled, not by external defeat but by dissension from whithin, claimed a ternured place in popular folk literature and music.”
Como bien se dice en la Introducción, el pasado siempre está presente. Aunque parece que esas grandes lecciones que la historia nos ofrece, sólo la estudian y aprenden unos y no los otros.
Nota: Otro aspecto cristiano del libro es que para cada día sugiere dos textos bíblicos, uno del Antiguo y otro del Nuevo Testamento. Como el enfoque es más protestante que católico, no sé exactamente cuál será la cita que refiere como 2 Samuel 15-16 (me falta el capítulo), y de la otra (Lucas 20, 27-47) quiero destacar el versículo 38: “No es un Dios de muertos sino de vivos, porque para él todos viven”
Créditos:
Portada y transcripciones tomadas de la Introducción y del texto correspondiente al día 26 de abril, de The Christian Almanac. A Book of Days Celebrating History’s Most Significant People&Events, obra de George Grant y Gregory Wilbur, en edición de Cumberland House, de Nashville (Tennessee), de 2004 (segunda edición revisada y actualizada).
“Every day is an anniversary. History is so rich and so resplendent that there is not a single date that does not offer great lessons in heroism or ignominy, brilliance or foolishness, inspiration or admonition.”
Pero también, se trata de un libro que busca aprender de los aniversarios a través de una visión cristiana. Y así es como continúa la Introducción:
“There is not a single date that does not point us toward the remarkable cultural and spiritual legacy of our Christian inheritance in Western civilization. And there is not even a wrinkle in time that does not bear the obvious impress of God’s own good providence.”
Y finaliza la Introducción de la siguiente manera:
“That is precisely the kind of work that we have attempted to do in this book. Our aim has been to preserve the practical lessons and profound legacies of Christendom without the petty prejudice of modern fashions or the parsimonious preference of Enlightenment innovations. (...)
We believe that history is a series of lively adventure stories –and thus should be told without the cumbersome intrusion of arcane academic rethoric or truckloads of extraneous footnotes. In fact, we believe that history is a romantic moral drama in a world gone impersonally scientific (...) and because however social condictions may change, the great underlying qualities that make and save men and nations do not alter. It is the most important example of all. Because the past is ever present, giving shape and focus to all our lives, it is not what was, but whatever seems to have been, simplu because the past, like the future, is part and parcel of the faith.
This book is our attempt, therefore, to revive a venerable old Christian tradition of charting the topography of that forgotten foreign land called the past. It is an effort to make the tales of yore a narrative worthy to be told at home round the hearth, to appeal to the heroic heart of all generations, and to reinvigorate the eternal infancy of mankind.”
Para cada día, el libro se extiende en una página en cierto hecho al que se da relevancia, y en la página vecina se relacionan aquellos hechos cuyo aniversario se cumple ese día y por un motivo u otro, tienen una importancia cristiana.
Bastante ilustrativo de lo expuesto es el hecho que se destaca para tal día como hoy, 26 de abril, aunque sea remontándose al año 1139: bien la historia, bien la tradición, establece para este día el inicio de la circulación pública de Historia Regum Britanniae, obra escrita por Geoffrey de Monmouth tal vez unos tres años antes. Lo más recordado de esta obra es que establece los primeros registros sobre el Rey Arturo.
El conjunto de la historia del Rey Arturo es tan amplio y rico, que tras su rápida difusión por Europa, cada nación centró su atención sobre aspectos distintos conforme su propio carácter. Sin embargo, todos se dieron cuenta de algo importante:
“But for each of them the Eden-like theme of an idyllic kingom spoiled, not by external defeat but by dissension from whithin, claimed a ternured place in popular folk literature and music.”
Como bien se dice en la Introducción, el pasado siempre está presente. Aunque parece que esas grandes lecciones que la historia nos ofrece, sólo la estudian y aprenden unos y no los otros.
Nota: Otro aspecto cristiano del libro es que para cada día sugiere dos textos bíblicos, uno del Antiguo y otro del Nuevo Testamento. Como el enfoque es más protestante que católico, no sé exactamente cuál será la cita que refiere como 2 Samuel 15-16 (me falta el capítulo), y de la otra (Lucas 20, 27-47) quiero destacar el versículo 38: “No es un Dios de muertos sino de vivos, porque para él todos viven”
Créditos:
Portada y transcripciones tomadas de la Introducción y del texto correspondiente al día 26 de abril, de The Christian Almanac. A Book of Days Celebrating History’s Most Significant People&Events, obra de George Grant y Gregory Wilbur, en edición de Cumberland House, de Nashville (Tennessee), de 2004 (segunda edición revisada y actualizada).
La historia siempre enseña algo..., siempre y cuando no se cambie, en cuyo caso debe de enseñar la lección contraria, ¿no?
ResponderEliminarHoy he terminado de leer "Los mitos de la guerra civil" (me ha durado su lectura porque este último mes apenas pude leerlo unos minutos cada semana, pero me ha encantado), y en la Nota bibliográfica, Pío Moa señala que, en referencia a la Guera Civil, sus causas y demás, si bien en el extranjero "empieza a extaerse la verdad escarbando en los mil escombros propagandísticos, en España ha ocurrido al revés", y cree el autor que ello se debe a que "numerosas cátedras y medios de comunicación han caído en manos de personas muy ideologizadas, que han ejercido además un eficaz chantaje contra cualquier intento de réplica, motejándolo de 'fascista', 'neofranquista', etc., mientras hacían desaparecer prácticamente de la universidad las obras fundamentales de los autores mecionados*, hoy día inhallables en su mayoría"
Así pues, la historia enseña lo que aquellos que la manejan quieren que se aprenda.
Interesante el libro éste que propones. Es uno de los que añadiría a mi lista de lecturas futuras..., pero es ya tan grande que no me atrevo a meter más.
*se refiere a Martínez Bande, los hermanos Salas Larrazábal y Bolloten.