miércoles, 22 de agosto de 2012

Un Campeador y varios felones

Mio Çid don Rodrigo / non lo quiso retardar,
adeliñó para Valençia, / e sobrillas va echar,
bien la çerca mio Çid / que non i avía hart;
viédales exir / e viédales entrar.
Metióla en plazdo, / si les viniessen huviar.
Nueve meses complidos, / sabet, sobrilla yaz,
quando vino el dezeno / oviérongela a dar.
Grandes son los gozos / que van por es logar
quando mio Çid gañó a Valençia / e entró en la çibdad.
Los que foron de pie / cavalleros se facen;
El oro e la plata / ¿quien vos lo podrie contar?
Todos eran ricos / quantos que allí ha.

De este modo canta el juglar la toma de Valencia por Rodrigo Díaz, de Vivar, más conocido como El Cid Campeador.

Como puede observarse en la fotografía, la placa con texto del Cantar que ilustra la estatua que homenajea al Cid en Valencia, mantiene restos de una pintada, un círculo con cuatro palotes.

Esta muestra de cultura y civilización es obra de unos valientes ‘maulets’, grupo catalanista (por eso lo de los ‘palotes’; en otras circunstancias hubiera dicho ‘barras de Aragón’), que muy valientemente desafiaron al Cid, en tanto que nacido en la, según ellos, opresora Castilla,… nueves siglos después de que hubiera muerto, tiempo prudencial, se dirían, para evitar que ante ellos volviera a vencer en una batalla después de muerto.

El caso es que tras ver esto, ya no me quedan dudas de que la leyenda que adorna la gatera en la calle Museo, en el Barrio del Carmen, se refiere realmente al año 1094, pues fue el 17 de junio de dicho año cuando El Cid rindió la ciudad de Valencia, entonces en poder de los almorávides.

Se ve que los gatos almohades no tuvieron ningún problema en octubre de 1238 cuando se rindió la ciudad a Jaime I. Y es que, claro, éste no era castellano.

Desde luego, ¡vaya un hatajo de idiotas!

Créditos:
Extracto de la serie 74 (en el Cantar II Las hijas del Cid), del Poema de Mío Cid, según texto primitivo establecido por Ramón Menéndez Pidal (en 1913), tomado de la tercera edición (de 1958), de la publicación por Aguilar como número 96 de su famosa colección Crisol (pp. 242-244).
Fotografías de la estatua de Ruy Díaz de Vivar, El Cid, obra de Anna Vaughn Hyatt Huntington, en la Plaza de España de Valencia, y de una de las placas en el lateral derecho, con un fragmento de la serie 90, también en el Cantar II Las hijas del Cid, de agosto de 2012, del autor.

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