martes, 28 de agosto de 2012

Desalmados y vivales

Señor Cicikov:
La tarjeta de visita que, al entrar en el hotel, dejaste a la recepcionista te califica como «Consejero», rango parecido al de coronel del ejército zarista.
(…)
Te anda dando vueltas por la cabeza un negocio magnífico que te dispones a poner en práctica. Te has dicho: «El gobierno concede tierras colonizables en Cherson a todo el que demuestre poseer un buen número de siervos de la gleba o 'almas'. Hace poco ha habido una epidemia y los siervos han muerto, gracias a Dios, en buen número, pero siguen figurando como vivos en los registros. Aprovecharé esta circunstancia: los compraré a sus amos como 'almas vivas', aunque en realidad estén 'muertas', y presentaré su lista al gobierno. Así conseguiré las tierras y me haré rico».

Entre las diversas cartas que forman parte de la recopilación Ilustrísimos Señores, del Patriarca de Venecia Albino Luciani, escritas varios años antes de ser elevado a la Cátedra de San Pedro como Juan Pablo I, se encuentra la dirigida a un personaje de ficción, Pavel Ivánovic Cicikov, de la obra Las almas muertas, de Nicolai Vasilevic Gogol.

Es posible que el tal Cicikov sea un personaje de ficción, pero desde luego, está claro que hay otros personajes de los que se podría decir mucho, menos que sean de ficción y que no sean unos vivos.

Créditos:
Extracto del inicio de la carta dirigida a  Pavel Ivánovic Cicikov, de la obra Ilustrísimos Señores, del Patriarca de Venecia,  Albino Luciani, según traducción de José L. Legaza y otros, publicada en la Biblioteca de Autores Cristianos, tomado de la décima edición de la obra, publicada la Vigilia de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de 1978 (pp. 139-140).

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