El otro día, al pasar a
saludar por mi librería de cabecera, me llamó la atención la cantidad de libros
que había, sobre las mesas de ofertas, de cierta famosa editorial.
Intrigado, pregunté si es
que habían hecho algún tipo de liquidación, y me respondieron que la editorial
no, sino que una distribuidora de Madrid había entrado en suspensión de pagos, y había
hecho un reparto de sus fondos.
Dado que muchos de esos títulos
aún estaban en el mercado digamos normal, la consecuencia inmediata que ello había
supuesto a la librería era que había tenido que retirar los ejemplares ‘normales’ para dar
salida a los saldados.
Movido por la curiosidad,
ojeé las diversas mesas de ofertas, haciendo, finalmente, una selección de
entre lo que vi, aunque sin saber si dichos ejemplares eran o no del reparto de
marras.
Cubiertas de los libros
en cuestión.
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