viernes, 13 de septiembre de 2013

Sequía… en la profesión

Una de las primeras cosas que se aprende en la clase de Lengua Española es que existen verbos irregulares, e incluso, podríamos decir, raros y especiales.

Uno de éstos es el verbo «asolar». Como vemos en la definición de la RAE, significa, en lo que aquí nos interesa:
  1. tr. Destruir, arruinar, arrasar.
También significa:
  1. tr. Dicho del calor, de una sequía, etc.: Secar los campos, o echar a perder sus frutos. U. m. c. prnl.
La diferencia en el significado, como es lógico, se deriva de la diferencia en el origen de la palabra, o sea, la etimología. En el primer caso es “(del lat. assolāre, derribar)”, y tiene su relación con «suelo» y relativas al mismo; en el segundo es tan simple como que procede “(de sol)”, pero en su primera acepción, es decir, el Sol, o sea, “m. Estrella luminosa, centro de nuestro sistema planetario”.

Debido a ello, este verbo presenta una conjugación distinta según sea el significado con que se utilice, en concreto, la habitual recuperación del diptongo ‘ue’ en las sílabas tónicas en sustitución de la vocal ‘o’ que se presenta en las átonas, para el primer caso, frente al mantenimiento de la ‘o’ en el segundo caso.

Sin embargo, es común ver cómo en la profesión periodística se “echan a perder sus frutos” (en el caso de que los haya), con titulares como el siguiente (y que no es un caso único y excepcional).

(Por no entrar en la contradicción, que no paradoja, de que la forma verbal utilizada sea la correspondiente al caso de una «sequía» cuando se está hablando de «riadas» e «inundaciones».)

Créditos:
Imagen de detalle conjunta de las páginas 2 y 3 de la edición del día 13 pero de octubre de 2007, del periódico Las Provincias, de la hemerotea del autor.

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