El pasado jueves se
publicaba la noticia del “escándalo” que estaba suponiendo en Italia unas
declaraciones de Guido Barilla, presidente de la compañía de su mismo apellido,
pues había tenido la osadía de decir:
«Yo nunca haré [un anuncio]
con una familia homosexual, no por falta de respeto, sino porque no estamos de
acuerdo con ellos. Nuestra compañía es familiar, donde la mujer desempeña un
papel fundamental.»
Hoy ha publicado Salvador
Sostres en su blog sobre este tema, defendiendo la libertad de expresión:
“Las críticas que la marca ha recibido no se pueden interpretar como una
defensa de los homosexuales o de la homosexualidad, sino como un intolerable
ataque a la libertad de expresión de una empresa privada que tiene todo el
derecho a promover la familia y sus valores.
No sólo la izquierda, no sólo el relativismo, no
sólo los homosexuales, no sólo los ateos tienen que poder expresarse. También
los católicos, también los liberales, tambiên la derecha, también los
individualistas, también los conservadores tienen que poder decir lo que
piensan de todas las maneras posibles y proyectar sus ideas a través de su
actividad creativa, empresarial, o como estimen oportuno.”
Y finaliza la anotación
diciendo:
“Es loable, además, que Guido Barilla haya hablado claro y se haya
expuesto a pagar el alto precio que la defensa de la familia le puede suponer.
A cualquier marca comercial le perjudica que un público tan amplio como los
gays dejen de comprar sus prodctos. No sé si es inteligente desde el punto de
vista comercial, pero desde el punto de vista personal hay que decir que es
noble que uno dé la cara por aquello en lo que cree.”
Pero, como desde hace
unos lustros, hay un problema. Y se llama «Occidente».
Conforme con ese problema
occidental, en el mismo periódico en que publica el señor Sostres podíamos
leer, hace dos días, lo siguiente:
“La multinacional ha pedido perdón "si sus palabras desataron
malentendidos o controversias" y ha apuntado que sólo quiso destacar el
papel central de la mujer en la familia, sin querer con ello herir
sensibilidades. Los homosexuales, ha subrayado, cuentan con todo su respeto.
No es que no respete a las parejas homosexuales,
ha intentado aclarar el presidente de la mayor emp[r]esa
productora de pasta de Italia, con sede en Parma, sino que simplemente no
piensa como ellos y la publicidad de Barilla está dirigida a la familia
tradicional. "No se puede gustar siempre a todos", ha añadido
Barilla, que dirige una empresa familiar fundada en 1877 y que produce también
otro tipo de alimentos.”
De estos párrafos se
deduce que la posición del señor Barilla sigue siendo la misma, y que sólo
lamenta la polémica generada.
Sin embargo, el titular
de la noticia sugiere algo totalmente distinto:
“El 'rey de la pasta'
pide perdón a los gays tras afirmar que apoya 'a la familia clásica'”
En resumen, que estamos
inmersos en el nuevo spaghetti-western de lo políticamente correcto y de la consiguiente
falta de libertad de expresión (bueno, salvo para mentir en los titulares).
Créditos:
Texto de la declaración
tomado de la noticia publicada en ABC
este pasado 26 de septiembre.
Extracto de la anotación
de Salvador Sostres en Guantánamo,
hoy, día 29 de septiembre.
Extracto de la noticia
publicada en El Mundo, este pasado 27 de septiembre.
Hace tiempo que dejé de intentar entenderlo... Que este buen hombre tenga que "pedir perdón" por defender la familia... y por otro tengamos que oír ciertos disparates (cuando no verdaderos insultos o infamias...) al amparo de la "libertad de expresión"... ¡Qué bien adjudicada la segunda de las etiquetas!
ResponderEliminarUn saludo.