domingo, 29 de septiembre de 2013

La actualización del spaghetti-western

El pasado jueves se publicaba la noticia del “escándalo” que estaba suponiendo en Italia unas declaraciones de Guido Barilla, presidente de la compañía de su mismo apellido, pues había tenido la osadía de decir:
«Yo nunca haré [un anuncio] con una familia homosexual, no por falta de respeto, sino porque no estamos de acuerdo con ellos. Nuestra compañía es familiar, donde la mujer desempeña un papel fundamental.»

Hoy ha publicado Salvador Sostres en su blog sobre este tema, defendiendo la libertad de expresión:
Las críticas que la marca ha recibido no se pueden interpretar como una defensa de los homosexuales o de la homosexualidad, sino como un intolerable ataque a la libertad de expresión de una empresa privada que tiene todo el derecho a promover la familia y sus valores.
No sólo la izquierda, no sólo el relativismo, no sólo los homosexuales, no sólo los ateos tienen que poder expresarse. También los católicos, también los liberales, tambiên la derecha, también los individualistas, también los conservadores tienen que poder decir lo que piensan de todas las maneras posibles y proyectar sus ideas a través de su actividad creativa, empresarial, o como estimen oportuno.

Y finaliza la anotación diciendo:
Es loable, además, que Guido Barilla haya hablado claro y se haya expuesto a pagar el alto precio que la defensa de la familia le puede suponer. A cualquier marca comercial le perjudica que un público tan amplio como los gays dejen de comprar sus prodctos. No sé si es inteligente desde el punto de vista comercial, pero desde el punto de vista personal hay que decir que es noble que uno dé la cara por aquello en lo que cree.

Pero, como desde hace unos lustros, hay un problema. Y se llama «Occidente».

Conforme con ese problema occidental, en el mismo periódico en que publica el señor Sostres podíamos leer, hace dos días, lo siguiente:
La multinacional ha pedido perdón "si sus palabras desataron malentendidos o controversias" y ha apuntado que sólo quiso destacar el papel central de la mujer en la familia, sin querer con ello herir sensibilidades. Los homosexuales, ha subrayado, cuentan con todo su respeto.
No es que no respete a las parejas homosexuales, ha intentado aclarar el presidente de la mayor emp[r]esa productora de pasta de Italia, con sede en Parma, sino que simplemente no piensa como ellos y la publicidad de Barilla está dirigida a la familia tradicional. "No se puede gustar siempre a todos", ha añadido Barilla, que dirige una empresa familiar fundada en 1877 y que produce también otro tipo de alimentos.

De estos párrafos se deduce que la posición del señor Barilla sigue siendo la misma, y que sólo lamenta la polémica generada.

Sin embargo, el titular de la noticia sugiere algo totalmente distinto:
El 'rey de la pasta' pide perdón a los gays tras afirmar que apoya 'a la familia clásica'

En resumen, que estamos inmersos en el nuevo spaghetti-western de lo políticamente correcto y de la consiguiente falta de libertad de expresión (bueno, salvo para mentir en los titulares).

Créditos:
Texto de la declaración tomado de la noticia publicada en ABC este pasado 26 de septiembre.
Extracto de la anotación de Salvador Sostres en Guantánamo, hoy, día 29 de septiembre.
Extracto de la noticia publicada en El Mundo, este pasado 27 de septiembre.

1 comentario:

  1. Hace tiempo que dejé de intentar entenderlo... Que este buen hombre tenga que "pedir perdón" por defender la familia... y por otro tengamos que oír ciertos disparates (cuando no verdaderos insultos o infamias...) al amparo de la "libertad de expresión"... ¡Qué bien adjudicada la segunda de las etiquetas!

    Un saludo.

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