¡Vaya! El que nadie esperaba que renunciara o dimitiera.Un saludo
Ha sido toda una sorpresa. Ahora, preparémonos para oír a los analfaburros de rigor metidos a teólogos...Un abrazo
Toda una sorpresa, cierto. A mí que, a priori, no estoy a favor de los cargos vitalicios, me parece todo un ejemplo. Saber renunciar es un rasgo de grandeza de espíritu.Ahora toca rezar mucho al Espíritu Santo...Saludos.
Sí, toda una sorpresa, lo que no deja de ser una molestia en este mundo tan cuadriculado con sus pronósticos y previsiones.Un saludo a los tres.
¡Vaya! El que nadie esperaba que renunciara o dimitiera.
ResponderEliminarUn saludo
Ha sido toda una sorpresa.
ResponderEliminarAhora, preparémonos para oír a los analfaburros de rigor metidos a teólogos...
Un abrazo
Toda una sorpresa, cierto. A mí que, a priori, no estoy a favor de los cargos vitalicios, me parece todo un ejemplo. Saber renunciar es un rasgo de grandeza de espíritu.
ResponderEliminarAhora toca rezar mucho al Espíritu Santo...
Saludos.
Sí, toda una sorpresa, lo que no deja de ser una molestia en este mundo tan cuadriculado con sus pronósticos y previsiones.
ResponderEliminarUn saludo a los tres.