«¿Ciencia
ficción?»
No deja de ser interesante que lo primero
que se plantee en un Club de Literatura
Fantástica y de Ciencia-Ficción en relación con Crónicas marcianas, de Ray Bradbury, sea la duda sobre si
efectivamente se trata de una obra de ciencia-ficción.
Y ya, tras este nuevo enfoque, quedó
abierto el turno para “tener perspectiva”
sobre:
- la soledad
- la sociedad: blancos y negros, hombres
y mujeres,…
- ¿es un riesgo demasiada tecnología para
como somos?
- el equilibrio entre las características
de la civilización y las características humanas.
Así, la duda ya no era plantear la
disyuntiva sobre si Crónicas marcianas
es más fantasía o más ciencia-ficción, sino si la obra es, en
realidad, una distopía.
Naturalmente, la pregunta se quedó
encima de la mesa (donde había estado la merienda), pasándose a alabar la obra literaria
como tal, en particular, destacando lo inquietante del capítulo del fantasma
marciano. Y es que “a veces, se disfruta
que no te expliquen todo al detalle”.
En resumen, que Crónicas marcianas “está muy
bien escrito”.
Este pasado 28 de noviembre tuvo lugar en
Casa del Libro, en el Paseo de Ruzafa de Valencia, una sesión del Club de Literatura Fantástica y de Ciencia-Ficción
sobre Crónicas marcianas, donde se
comentaron lo arriba transcrito, y más cosas que no llegué a anotar.
Lo que sí que quedó claro de la obra fue
su especial interés debido a cómo muestra el ciclo vital de la Humanidad, tanto
mediante una circunstancia anecdótica (¿?), como es que el último relato del
libro, y también el último que se sitúa en el orden cronológico de lo narrado, sea
el primero realmente publicado; como mediante los flujos migratorios que se
describen, cerrándose un círculo… para volverlo a abrir justo al final.
Así pues, hace 80 días pudimos dar una
vuelta a Marte, a la Tierra, y de nuevo a Marte. Y nos quedamos con ganas de
ser un poco más marcianos.
Créditos:
Fotografía del Hemisfèric, de la Ciudad de
las Artes y las Ciencias, iluminado en rojo ‘marciano’ con motivo de no sé qué,
en la noche, precisamente, del 28 de noviembre de 2012, del autor.
Gracias Posodo. Lo leí estos días y me ha gustado mucho, mucho, mucho.
ResponderEliminarVaya, Urumo, al final tú sí que te apuntaste al Pinterest ese.
ResponderEliminarHe intentado dejarte un comentario en los dibujos de Bradbury, pero no sabía cómo hacerlo. Supongo que tengo que estar pinteresteada o algo así. Bueno, pues te lo dejo aquí: chulísimo.
Pero, una preguntita..., ¿cómo se te puede seguir en el Pinterest ese? ¿Subes allí tus dibujos ahora? ¿Están abiertos al público y se pueden ver?
En realidad me apunté al Pinterest por hacerme discreto seguidor de la Arquera, que lo soy ;-)
EliminarCerrada la Sociedad Bocetológica me resultó útil para poner dibujos a disposición de los amigos porque es de libre acceso, sí. Ahora voy subiendo los de los cuadernos que acarreo (ya no dibujo en papelillos sueltos) y para recibir aviso de ello tienes que pinterestearte. Luego de crearte el perfil puedes, si quieres, subir o cazar más swings; que los hallarás... :-)
Gracias maja.
Cuando me hablaste de él, no me apunté al Pinterest porque no iba a subir fotos y eso, pero creí que se podía visitar el Pinterest de los amigos sin tenerte que hacer socia pinterestera. Al menos las fotos de la arquera las vi sin problemas, pero no sabía que para recibir las actualizaciones tenías que pinterestearte.
EliminarBueno, mañana habrá una nueva pinterestera. ¿Pero entonces podré dejar comentarios?
¡Y además podré cazar más swings! Por cierto que hace mucho que no maqueto uno. A ver si encuentro un ratín.
Nos pinteresteamos.