sábado, 7 de julio de 2012

Y también ellos descansaron

En el momento del «big bang» el huevo cósmico, compuesto de neutronio, se desintegró con feroz violencia en neutrones individuales, que rápidamente se descompusieron en protones y electrones. (…) Los protones así formados cabe considerarlos como núcleos de átomos de hidrógeno-1.
A medida que se fuesen formando los protones, éstos chocarían de vez en cuando con los neutrones que aún quedaran e irían constituyendo gradualmente núcleos atómicos estables de mayor complejidad. (…)
Si un protón se combina, por ejemplo, con un neutrón, se formaría un núcleo de hidrógeno-2, o deuterio (un protón / un neutrón). El hidrógeno-2, combinado con otro neutrón, daría lugar al hidrógeno-3 o «tritio» (un protón / dos neutrones). Sin embargo, el tritio es inestable. Uno de los neutrones de su núcleo emite un electrón y se convierte en protón, de modo que el núcleo se transforma en helio-3 (dos protones / un neutrón). El núcleo de helio -3 se anexiona un neutrón, convirtiéndose en helio-4 (dos protones / dos neutrones). (…)
El núcleo de helio-4 es tan estable que su tendencia a aceptar un neutrón o un protón es prácticamente nula. Y en el caso de que un neutrón consiga anexionarse a un núcleo de helio-4, el núcleo de helio-5 formado (dos protones / tres neutrones) se desintegra [aproximadamente en una milésima de trillonésima de segundo] para constituir de nuevo un núcleo de helio-4 y un neutrón. Por otra parte, si un protón consigue anexionarse al helio-4, el litio -5 (tres protones / dos neutrones) formado se desintegra de nuevo en helio-4 a una velocidad mayor aún que la anterior.
[Pues bien, en realidad] el material originario estaba constituido sólo de hidrógeno-1 y los demás elementos se formaron en el interior de las estrellas, pasando a la materia interestelar por vía de las supernovas.
(…) [Según lo explicado], toda vez que la zona central central de las estrellas es más rica en helio-4 que en cualquier otro elemento, existe una probabilidad relativamente alta de que dos núcleos de helio-4 choquen contra un tercero en un lapso de tiempo suficientemente breve para formar un núcleo de carbono-12. (…)
[Así pues, pasemos a explicar la formación de las estrellas]”

«-¡Un momento, un momento, un momento!
- ¿Qué pasa?
- ¿Me vas a contar ahora con todo detalle el proceso de formación de las estrellas?
- Sí, claro, es el proceso de la Creación.
- ¿Y luego?
- Pues los planetas, y la Tierra, en particular, naturalmente.
- ¿Y me vas a explicar cómo se ha generado cada uno de los montes que hay, cada trozo de piedra, cada valle, todos y cada uno de los arroyos y ríos, la totalidad de los mares?
- ¡Ajá!
- ¿Y también cada arbusto, cada árbol, desde la menor de las raíces hasta la hoja más extrema? ¿Y la vida y milagros de cada uno de los animales, de todas las especies que yo conozco, que son muchas, y de las que sólo tú sabes, que son más aún?
- Ya te he dicho, es el proceso de la Creación.
- ¿Y cuándo empezarás a contarme algo del Hombre?
- Pues mira, la Creación lleva en marcha unos 15 evos, más o menos, por lo que...
- ¿Evos?
- Sí, mil millones de años, es decir, unos 15 mil millones de años es lo que intento contarte.
- ¡Quince mil millones de años!
- Sí, ¿cuál es el problema?
- ¡El problema, dices! Pero, ¿tú has pensado en el tiempo que me vas a tener aquí tomando notas? ¿Tú has pensado en la cantidad de copistas que se necesitarán aunque sólo sea para disponer de un ejemplar cada una de las tribus? ¿Y el tiempo para repasarlas? ¿Y la de hojas de papiro que vamos a tener que fabricar?
- Pero, entonces,…
- Hay que resumirlo como sea.
- Bueno, tal vez, si al principio hablamos cada mil millones de años, y luego, cada cien millones, y después…
- ¡Que no, que no! Es demasiado incluso así.
- Pues no sé qué decirte… Bueno, fijándonos en lo más importante en cada momento… Aarón, ¿qué te parece seis días?
- Sí, Moisés. Seis días me parece bien para dar una idea de la belleza de la Creación hecha por Dios.»

Créditos:
Extractos del capítulo El origen del Universo, de la obra de Isaac Asimov El Universo, según traducción de Miguel Paredes Larrucea, editada como número 458 de su colección El libro de bolsillo por Alianza Editorial (tercera edición, de 1977 – pp. 295-299)
Imagen de La creación del Sol y de la Luna, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, tomada de la Wikipedia.
Versión dramatizada de lo que recuerdo de un artículo cuyo autor no recuerdo, que leí hace tiempo en no sé qué revista, en la sala de espera del Hospital Católico Casa de Salud.

3 comentarios:

  1. Leí ayer esta anotación y venía ahora a comentarla, pero he olvidado lo que quería decir. No obstante, aún recuerdo el buen sabor de boca que me dejó.

    Ya sabes que me gustan mucho este tipo de cosicas ;-)

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  2. Bien, veo que además de la carestía en la producción de comentarios, encima ya haces como Bate: se te olvidan las cosas.
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    .
    (Tenía que tomar nota de algo, pero se me ha olvidado. ¡Cachis!)

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  3. Pues creo que iba a mencionar algo sobre el bosón ese (del que pregunté al profe de física de mi cole), pero luego..., con la anotación del bolsón se me fue un poco la idea, la verdad... ;-)

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