“"Sáname, ¡oh Señor!, y
seré sanado", en Jeremías [17,14]. Jeremías entonó esta oración, lamentándose
ante Dios por su enfermedad, en la persona de cualquier pecador, enfermedad
también lamentada por David, que decía: "Yo digo: «¡Oh, Señor, ten piedad de mí!
¡Sana mi alma, porque pequé contra ti!»", [Sal 40,5]; con ambas autoridades nos
instruimos para que lamentemos ante Dios las enfermededades de nuestros pecados
con corazón humilde y contrito, refiriendo las palabras anteriores: "Sáname",
etc. Nótese que son ocho las medicinas que curan las enfermedades del alma (…)
Las primeras cuatro medicinas se han tratado (…) en el sermón que comienza: "Tus
pecados te son perdonados". Y por ello sigue ahora (…)
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Hoy se ha celebrado en
Valencia y su Reino la festividad de San Vicente Ferrer.
Lamentablemente, de sus
predicaciones apenas si queda el hecho de que haya un día de fiesta.
Créditos:
Transcripción parcial, según
traducción de Daniel Gozalbo Gimeno, del decimosexto sermón, en Estavayer-le
Lac, el viernes anterior al Domingo de Ramos de 1404, según la edición crítica a cargo de Francisco M. Gimeno Blay y Mª Luz
Mandingorra Llavata, tomada de la obra San Vicente Ferrer. Sermones de Cuaresma en Suiza, 1404, editada en 2009 por el Ayuntamiento de Valencia.
Fotografía de San Vicente
Ferrer, óleo sobre lienzo, obra de Jerónimo Jacinto de Espinosa (1600-67),
existente en el Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia, de marzo de 2012,
del autor.
Lo valencianos debéis estar orgullosos: "Aunque no viva en este mundo, yo siempre seré hijo de Valencia. Que vivan tranquilos, que mi protección no les faltará jamás. Decid a mis queridos hermanos que muero bendiciéndoles y dedicándoles mi último suspiro".
ResponderEliminarQué gran santo.