Esta noche he oído el corte de cultura de anoche en Es la hora de César en el que habla de que cierta persona de apellido Rufete ha anunciado que le pondría una denuncia por su ya famosa muletilla “como Rufete en Lorca”.
(Por cierto, tampoco es tan extraño, ya que me acabo de dar cuenta de que la autocorrección de Word transmuta 'Rufete' en 'Bufete')
Bueno, el caso es que como propaganda para el comunicador está bien (aunque más me parece que se trataría, en todo caso, de una cuña de autopromoción, pues no sé la trascendencia que tendrá en otros medios de comunicación). De hecho, de los 9 minutos y 37 segundos que dura el corte en internet, César Vidal dedica al tema seis minutos; en el resto, sólo habla de los monjes de Montserrat, reservando el minuto y medio final para la publicidad de Adipesina y de Viajes El Corte Inglés.
Propaganda extensiva, naturalmente, al reciente libro del mismo autor y con el título en cuestión (para quien esté interesado, el precio es de 19,90 euros, y en esta ocasión no es de Planeta), que pude hojear hace algo más de dos semanas, y del que conocía la introducción, disponible en Libertad Digital.
Por lo que había leído y pude ver, debo decir que no me defraudó: mantiene la línea que últimamente remacha una y otra vez, la que cada vez repite más tras su caída del caballo de COPE, es decir, el constante tono anticatólico ante cualquier noticia que surja.
Emisora que, por cierto, sólo menciona por su nombre cuando se trata de criticarla, por sí o por persona interpuesta, como el tal Rufete, uno de cuyos defectos, a lo que se ve, es que se trata de alguien totalmente desconocido para el señor Vidal (quien, se deduce, debía de conocer a todos los trabajadores y colaboradores de ‘esa emisora en la que estaba antes’).
Por cierto, por cierto, no está editado por Planeta, pero en esa ocasión… también vi la luz… y no compré el libro.
(Por cierto, tampoco es tan extraño, ya que me acabo de dar cuenta de que la autocorrección de Word transmuta 'Rufete' en 'Bufete')
Bueno, el caso es que como propaganda para el comunicador está bien (aunque más me parece que se trataría, en todo caso, de una cuña de autopromoción, pues no sé la trascendencia que tendrá en otros medios de comunicación). De hecho, de los 9 minutos y 37 segundos que dura el corte en internet, César Vidal dedica al tema seis minutos; en el resto, sólo habla de los monjes de Montserrat, reservando el minuto y medio final para la publicidad de Adipesina y de Viajes El Corte Inglés.
Propaganda extensiva, naturalmente, al reciente libro del mismo autor y con el título en cuestión (para quien esté interesado, el precio es de 19,90 euros, y en esta ocasión no es de Planeta), que pude hojear hace algo más de dos semanas, y del que conocía la introducción, disponible en Libertad Digital.
Por lo que había leído y pude ver, debo decir que no me defraudó: mantiene la línea que últimamente remacha una y otra vez, la que cada vez repite más tras su caída del caballo de COPE, es decir, el constante tono anticatólico ante cualquier noticia que surja.
Emisora que, por cierto, sólo menciona por su nombre cuando se trata de criticarla, por sí o por persona interpuesta, como el tal Rufete, uno de cuyos defectos, a lo que se ve, es que se trata de alguien totalmente desconocido para el señor Vidal (quien, se deduce, debía de conocer a todos los trabajadores y colaboradores de ‘esa emisora en la que estaba antes’).
Por cierto, por cierto, no está editado por Planeta, pero en esa ocasión… también vi la luz… y no compré el libro.
Y pensar que hubo un tiempo en que consideré a este tipo mi amor (intelectual) platónico...
ResponderEliminarEstá muy tontorrón últimamente, sí. Parece que se le han subido los humos.
Bueno, pero desde luego no puede decirse que no recicle los temas, ¿verdad?
ResponderEliminarDe LDTV sólo veo últimamente la tertulia económica y, si me acuerdo y mi sobrino me deja, a Andrés "Peliculitas" Arconada.
ResponderEliminarPrefiero ver a Rico, Kowalski, Skipper y Private, los pingüinos de Madagascar, que coinciden en horario.
Las tertulias políticas las evito por salud mental.