miércoles, 27 de abril de 2011

Cuesta menos de lo que vale

El pasado sábado, 23 de abril, Día del Libro, entre los comentarios ‘alocados’ del inicio del programa LD libros, Carmen Carbonell sacó el tema de los descuentos en el precio del libro, ratificando Mario Noya que el precio está fijado y no se puede cambiar. Tan es así, añado yo, que en la ficha oficial de un libro figura como campo fijo y formal el precio del libro (excluido el IVA).

De hecho, el descuento máximo que fija la ley es del 5%, y en casos especiales, tales como el Día del Libro o la celebración de la Feria del Libro, puede ser del 10%. El tema de los saldos, no ya de las librerías sino de las editoriales, es otro asunto, gracias al que con paciencia y algo de suerte, claro, se pueden conseguir ahorros de diez o quince euros en el escaso plazo de un par de años.

Los criterios con los que se fija el tal precio, por supuesto, los ignoro en un doble aspecto: ignoro los criterios, e incluso ignoro si existen.

Por eso me llamó la atención que en la mesa redonda La hora del recreo, se comentara, creo que por parte de Fernando Marías, que el precio del libro en cuestión, se había conseguido ajustar a 20 euros, cuando en condiciones normales sería de 40, 50 o no sé qué cifras barajó.

Todo lo anterior es sólo la entrada para recordar otra cosa que ese día comentó Fernando Iwasaki, y que muestra claramente las referencias de precio que actualmente están en boga:

El precio del libro es un tercio de lo que cuesta un juego de PlayStation

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