Esta tarde he oído un rato La atalaya, el programa vespertina de COPE, con César no Vidal sino Lumbreras. Ha empezado con la ya clásica saeta de Juan Manuel Serrat, cuya letra no sé si es suya o tomada de Antonio Machado.
En esta ocasión, además de oírla, la he escuchado, y además, me he fijado en lo que dice. Por fin, después de muchos años.
“No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo por la mar”
Estos versos, mejor o peor recordados, son los que motivan esta anotación.
Y es que la distinción/división entre un Jesús u otro, entre una Iglesia u otra, no sólo viene de antiguo, sino que, encima, bajo la forma de arte, hasta los mismos perjudicados la aplauden.
En esta ocasión, además de oírla, la he escuchado, y además, me he fijado en lo que dice. Por fin, después de muchos años.
“No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo por la mar”
Estos versos, mejor o peor recordados, son los que motivan esta anotación.
Y es que la distinción/división entre un Jesús u otro, entre una Iglesia u otra, no sólo viene de antiguo, sino que, encima, bajo la forma de arte, hasta los mismos perjudicados la aplauden.
Pura teología de la liberación, morralla.
ResponderEliminarPero quizá no lo sepan ni ello. SSssss... no le demos (malas) ideas.