martes, 13 de enero de 2009

Quedar expuesto

Desde hace un tiempo, se han extendido las políticas de fidelización de clientes. Incluso El Corte Inglés tiene una tarjeta en relación con los departamentos de música, cine y videojuegos, y también tuvo en el supermercado (aunque ahora no sé si sigue con ella).

Sin embargo, ésta no es una práctica novedosa. Hace ya más de treinta años que se practicaba, al menos, aquí en Valencia, mediante el conocido Cupón Regalo Comercial.

Esta campaña de entonces, consistía, como ahora, en que según el volumen de compra, el establecimiento adherido te daba unos cupones, que debidamente adheridos (en este caso, en su acepción de pegados) en una libreta (pues de eso se trataba, de una verdadera libreta con no sé cuántas páginas para rellenar), se conseguía un acopio de "libretas al portador" canjeables en su momento por diversos regalos, valorados según una determinada escala.

En la base de datos de mi memoria, figura que el principal establecimiento proveedor de cupones en Requena era el supermercado Jócar (que, aunque ya no existe, resultó novedososo en su día pues la caja para pagar se situaba junto a la puerta de salida, habiendo otra puerta para la entrada -estamos hablando del entorno de 1970 y en un pueblo), y que la central de los cupones, en Valencia, estaba en la conocida como Finca de Hierro (nombre motivado por cuestiones que no vienen al caso, aunque tal vez en su momento hablemos de ello), y cuyo nombre oficial es Edificio Valencia.

En el caso concreto de mi familia, tras mucho tiempo de disciplina y dedicación, y capeando la crisis de entonces como se pudo (básicamente con sacrificio en el trabajo y en la calidad de vida, e imaginación en la cesta de la compra), se consiguió ahorrar el número suficiente de cartillas para conseguir completa una vajilla, y creo que también cristalería. Y como muestra, una bandejita.



Hace exactamente dos meses, visité una exposición organizada por el Ayuntamiento de Valencia, en la sala de exposiciones del edificio principal del mismo (antiguo Museo Paleontológico, para los de más edad, aunque sin llegar a tanta). La exposición tenía por título "Bombay Sapphire Design Exhibition, by Javier Mariscal", y entre los 50 objetos expuestos, se recogía una muestra de vasos de Duralex.

En la peana sobre la que se situaban los vasos, se encontraba un texto explicativo, supongo que del comisario/presentador de la exposición, c'est à dire, Javier Mariscal.

Tras leerlo, y recordando lo más arriba expuesto, yo, como soy de ciencias (versión de antes de la LOGSE, y parcialmente, incluso de antes de la EGB), he dado varias vueltas a la Finca de Hierro, mirándola por todos los lados.

Por fin, aunque bien arriba, he encontrado un par de triángulos rectángulos con sus correspondientes catetos, e hipotenusas, claro.



En resumen, los únicos catetos son los de las fotos,... junto con el redactor de la nota de la exposición. Y es que el título de aquella película, también de 1970, es plenamente vigente, aunque no precisamente aplicable al protagonista.

1 comentario:

  1. Me acuerdo perfectamente aunque era muy cría de la cara que pusieron los del cupón comercial cuando nos vieron descargar las cajas, sí las cajas, con todas las libretas llenas del cupón comercial y pedir la vajilla completa y los vasos, y efectivamente nada de Andorra, en pleno centro de Valencia y por compras hechas en Requena (cuando a Requena sólo la conocíamos los requenenses).

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