domingo, 4 de enero de 2009

Pero eso no ocurrirá mañana, ¿verdad?

Durante casi dos mil años, se consideró, conforme lo expuesto por el mismo Cayo Julio César, que la Galia estaba dividida en tres partes. Sin embargo, tras intensos estudios finalmente publicados a principio de la segunda mitad del pasado siglo XX, se confirmó que no, que en realidad se trataba de cuatro partes, bien es cierto que la última era bastante más reducida que las otras tres.

Y la realidad es que esa cuarta parte aunque reducida, no había sido reducida.

Muchos eran los valientes que consiguieron mantener esa cuarta parte irreductible, a cuyo frente se encontraba un sabio y decidido jefe galo, digno compañero de Vercingétorix.

La sabiduría de este jefe permanece todavía en nuestros tiempos. La prevención ante la posibilidad de que el cielo se caiga sobre nuestras cabezas, es algo que inspira actuaciones incluso de un Ministerio.

Hay que reconocer, además, que en estos tiempos de desaceleración temporal transitoria, es digno de elogio que por parte del Ministerio se aprovechen las obras del AVE adaptando los puentes necesarios de manera que queden firmemente aseguradas las esferas celestes, de modo preciso y ajustado.

Esta foto no sólo lo muestra, sino que lo acredita y verifica de modo indubitado, y no como en otros casos.

Sobre lo que sí caben dudas es que sea éste u otro similar, lo que motive que exista en Valencia una calle con tal nombre como éste.

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