Ayer, día 17 (coincidiendo con su santo, supongo, ya puestos), Antonio Mingote cumplió 90 años, por lo que no sólo hay que felicitarlo, sino también, felicitarnos de ello.
Antonio Mingote lleva más de medio siglo publicando sus dibujos en el periódico ABC. Cuando la maquetación del periódico suponía una única noticia en portada, apoyada por lo general en una foto, eran tales la importancia, el saber poner el punto sobre la i, el oficio y bien hacer de Antonio Mingote, que, en muchas ocasiones, la portada era un dibujo de él. Y con eso, bastaba.
En la noticia enlazada, se hace el comentario de que Antonio Mingote tiene todos sus dibujos encuadernados. Es posible que esta costumbre esté bastante extendida; por ejemplo, mi padre, mientras en casa comprábamos diariamente el ABC, lo hacía [Por eso de deformación de la memoria histórica, tal vez convenga aclarar que no era extraño y así sucedía en casa de mis abuelos paterno y materno, que se comprara un periódico monárquico como el ABC, siendo, como eran, republicanos]
La forma de coleccionar los dibujos (lógicamente, recortados del periódico) era pegándolos en las hojas en blanco de unos libros cuyas tapas eran verdes, de un tono similar al verde oliva o verde botella, según recuerdo. El criterio de la colección era sencillo: todos y ordenados cronológicamente (se fechaban al lado del dibujo, a mano). Según lo que localizo en mi memoria, se distribuían cuatro por página, y de esta forma, y con paciencia, mi padre consiguió tres volúmenes, algo más de veinte años de dibujos.
En el fondo documental de que dispongo (qué bien suena eso, por no decir, entre los recortes de periódico que tengo amontonados en casa), el dibujo más veterano que he localizado de Antonio Mingote no es original, sino que se trata de la reproducción que publicó la Hoja del Lunes de Valencia (entonces, en España, para los más recientes, los periódicos no se publicaban los lunes, por el descanso dominical, tomando el relevo la Hoja del Lunes, editada por la Asociación de la Prensa correspondiente, con la que, además de informar de los estrenos de la semana -en los cines de las capitales se estrenaba los lunes- se daba cumplida información del deporte del domingo -mayormente, fútbol-, y encima se contribuía a la obra social de la Asociación).
El dibujo en cuestión es el que acompaña estas líneas, y, aun siendo de mayo de 1985, no puede decirse que no sea actual (conviene recordar que fue un gobierno socialista presidido por Felipe González quien estableció relaciones diplomáticas con Israel).
Aunque alguno pueda creer lo contrario, Mingote no es madrileño, sino de Sitges. Eso sí, está tan vinculado a Madrid, que hasta hay trampantojos con su estilo, un costumbrismo en el que no pierde ocasión de recoger ciertas virtudes que considera necesario mantener: la buena educación, la lectura (especialmente y a pesar de todo, de la prensa), el trato social, la galantería, la música,...
Felicidades por estos primeros noventa años.
Antonio Mingote lleva más de medio siglo publicando sus dibujos en el periódico ABC. Cuando la maquetación del periódico suponía una única noticia en portada, apoyada por lo general en una foto, eran tales la importancia, el saber poner el punto sobre la i, el oficio y bien hacer de Antonio Mingote, que, en muchas ocasiones, la portada era un dibujo de él. Y con eso, bastaba.
En la noticia enlazada, se hace el comentario de que Antonio Mingote tiene todos sus dibujos encuadernados. Es posible que esta costumbre esté bastante extendida; por ejemplo, mi padre, mientras en casa comprábamos diariamente el ABC, lo hacía [Por eso de deformación de la memoria histórica, tal vez convenga aclarar que no era extraño y así sucedía en casa de mis abuelos paterno y materno, que se comprara un periódico monárquico como el ABC, siendo, como eran, republicanos]
La forma de coleccionar los dibujos (lógicamente, recortados del periódico) era pegándolos en las hojas en blanco de unos libros cuyas tapas eran verdes, de un tono similar al verde oliva o verde botella, según recuerdo. El criterio de la colección era sencillo: todos y ordenados cronológicamente (se fechaban al lado del dibujo, a mano). Según lo que localizo en mi memoria, se distribuían cuatro por página, y de esta forma, y con paciencia, mi padre consiguió tres volúmenes, algo más de veinte años de dibujos.
En el fondo documental de que dispongo (qué bien suena eso, por no decir, entre los recortes de periódico que tengo amontonados en casa), el dibujo más veterano que he localizado de Antonio Mingote no es original, sino que se trata de la reproducción que publicó la Hoja del Lunes de Valencia (entonces, en España, para los más recientes, los periódicos no se publicaban los lunes, por el descanso dominical, tomando el relevo la Hoja del Lunes, editada por la Asociación de la Prensa correspondiente, con la que, además de informar de los estrenos de la semana -en los cines de las capitales se estrenaba los lunes- se daba cumplida información del deporte del domingo -mayormente, fútbol-, y encima se contribuía a la obra social de la Asociación).
El dibujo en cuestión es el que acompaña estas líneas, y, aun siendo de mayo de 1985, no puede decirse que no sea actual (conviene recordar que fue un gobierno socialista presidido por Felipe González quien estableció relaciones diplomáticas con Israel).
Aunque alguno pueda creer lo contrario, Mingote no es madrileño, sino de Sitges. Eso sí, está tan vinculado a Madrid, que hasta hay trampantojos con su estilo, un costumbrismo en el que no pierde ocasión de recoger ciertas virtudes que considera necesario mantener: la buena educación, la lectura (especialmente y a pesar de todo, de la prensa), el trato social, la galantería, la música,...
Felicidades por estos primeros noventa años.
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