sábado, 20 de noviembre de 2010

Mens insana in corpore insepulto

La ponencia «intercambios deportivos» [de la Primera Asamblea de la O.E.I.], que parecía de puro trámite, llevó consigo, sin embargo, muchas horas de discusión, alcanzándose cotas dogmáticas verdaderamente importantes en los debates. A la inicial propuesta de la Mesa, de que el Campeonato de Fútbol de Liga mantuviera su carácter supranacional (es decir, con participación conjunta de los equipos de los distintos países del Estado Español, todos contra todos), opuso una enmienda el señor Montal, pretendiendo que hubiese tantas Ligas como Países Ibéricos o, al menos, que els Països Catalans jugasen una para ellos solos, de manera que en su torneo únicamente participaran «onces» pertenecientes a ciudades, pueblos o aldeas que dependieran de la jurisdicción territorial de Catalunya.
Semejante proposición fue derrotada, ya que estaba claro que lo que en realidad pretendía el señor Montal era que el Barça, compitiendo con el Sabadell, el Terrassa, el Girona, el Lleida, el Hospitalet de Llobregat y equipos similares (por obvias razones, el Español quedaba fuera del torneo), pudiese ganar, finalmente, la Liga. En la votación influyó decisivamente la intervención del representante de Cantabria, que arrancó aplausos al decir, bien es verdad que en tono patético:
-Señores; por doloroso que nos resulte a todos, reconozcamos que el Real Madrid siempre llena los estadios…
Entonces, votaron a favor de la propuesta del señor Montal tan sólo él mismo (como era lógico) y el representante de Euzkadi.


Créditos:
Transcripción parcial del capítulo III de … y al tercer año, resucitó, de Fernando Vizcaíno Casas.
Imagen de la fotografía y pie de la misma, publicados en El Mundo, en la portada de su edición del 22 de junio de 2007.

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