domingo, 27 de febrero de 2011

Cada día tiene su propio afán

Hace dos meses traje a estas páginas la colaboración interparroquial en relación con las actividades de Cáritas, aquí en Valencia. Puse unas cifras para ilustrar la situación:
más del 12% de los núcleos familiares (o similares) censados en el barrio, dependen de la comida con que les pueda ayudar su parroquia”.

La pasada semana, a través de su Secretario General, Cáritas ha advertido, lisa y llanamente, que “está desbordada”.

Jesús, en el Evangelio de hoy, en una nueva lectura de San Mateo, nos ha dicho: “ya sabe vuestro Padre Celestial que tenéis necesidad de todo eso”, en relación con la comida y el vestido.

Es el origen del “Dios proveerá”, y, como se ve, a través de Cáritas, es como, en una primera instancia, lo está haciendo.

Lo que, obviamente, no quiere decir que se trate de la principal misión de la Iglesia, ni que debamos quedarnos viéndolas venir, sin dar un palo al agua; recordemos aquello de San Pablo sobre quienes estaban muy ocupados en no hacer nada: “si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma”.

Y es que, aunque alguno desprecie la famosa “sopa boba de los conventos”, se trata de lo que apuntó bate: mientras a unos se les llena la boca de ‘solidaridad’, otros reparten a manos llenas ‘misericordia’ y ‘caridad’, es decir, ‘amor’.

Créditos:
Fotografía de una sede en Valencia de Cáritas y la Fundación José Mª Haro, de febrero de 2011, del autor.

1 comentario:

  1. Mucho mejor que yo, lógicamente, lo ha explicado en Méjico el Cardenal Rivera:
    "Cristo no nos pone en guardia contra la ocupación, sino contra la preocupación, ni contra el trabajo, sino contra la intranquilidad."

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