Una de las cosas que atrae de ver una película, no ya rodada, sino desarrollada en una ciudad, en la que se haya estado, es reconocer los edificios y lugares que aparecen, especialmente si existe una importante diferencia de años entre unas imágenes y otras. Un poco en el estilo de los libros de fotografías de la serie Then and now, pero con un toque personal.
Naturalmente, lo primero que aparece en la película Uno, dos, tres es la Puerta de Brandemburgo, que vemos aquí, en una postal, según era en 1960, un año antes de la película. Por eso, los carteles están en alemán, y no traducidos (salvo el Achtung!, que todo el mundo entiende).
Curiosamente, en nuestro caso, no diré que no estuvimos junto a ella, sino que siempre era de noche, y además, para pasar del Este al Oeste (no como MacNamara en su operación rescate). De día, sólo estuvimos cerca, simplemente cerca, viéndola desde la nueva cúpula del Reichstag.

Y el caso es que el viaje empezó bien, también en este sentido, me refiero. Uno de los primeros sitios que visitamos fue la Potsdamer Platz, donde se encuentra el Museum für Film und Fernsehen. Aunque sólo estuvimos en la tienda, también puede visitarse una especie de taberna que hay en la planta baja, que se llama… Billy Wilder’s.
Lógicamente, en la tienda hice alguna compra relacionada con la película.

Volviendo a la película, cuando Otto regresa feliz y contento a su casa en Berlín Este, lo hace por la Strasse des 17. Juni, por lo menos tal como se llama ahora, atravesando pleno Tiergarten, todo recto hacia la Puerta de Brandemburgo. Al fondo, se aprecia la Siegessäule, columna triunfal erigida tras la guerra prusiano-danesa de 1864 y completada tras la victoria en 1871 en la franco-prusiana de 1871.Una cosa curiosa, que llama mucho la atención, sobre todo a los españoles, es que, por lo menos en el Berlín Occidental, se ve en la película el mismo tipo de acera que ahora mismo. En concreto, porque es la única que se ve, la que existe delante del edificio de la Coca-Cola, sobre la que espera Otto apoyado en su motocicleta, la podemos comparar con la que hay en la Fasanenstrasse, afortunadamente, casi despejada de nieve, tal vez, para facilitarme esta anotación. Y mira que han tenido cincuenta años para cambios y recambios de aceras…
“He localizado al Conde von Droste-Schattenburg. Trabaja en los lavabos del Kempinski Hotel.”
En cambio, el otro hotel de la película, no lo pudimos ver. Y es que el Gran Hotel Potemkin nunca existió realmente. Gracias a la Wikipedia en su página en alemán de la película, me entero de que se rodó en las ruinas de la gran estación ferroviaria Anhalter Bahnhof, convertida en la segunda mayor de Europa al inaugurarse en 1880, y destruida, en 1943, por los bombardeos de la guerra. De las ruinas ya sólo queda el pórtico de acceso, aunque nosotros no lo vimos, y eso que estuvimos a unas tres manzanas de ella. Pero es bueno dejar cosas para así volver a Berlín.

Cuando MacNamara, actuando de narrador al principio de la película, nos comenta que los berlineses occidentales estaban muy ocupados reconstruyendo, se nos muestra una visión general de la Bleitscheidplatz. Uno de los edificios , situado en la actual Budapester Strasse, aún está, visible tras la fuente que representa La Tierra, o algo así, en el Europa-Center, construido cuatro años después de la película.

Es cierto que tanto la película como nuestra estancia de escasos cinco días en Berlín no dejan de mostrar una visión muy rápida de Berlín. Sin embargo, a fuer de incompleta, lógicamente, no necesariamente tiene que ser errónea. Y si alguna duda queda, como ya se ha dicho más arriba, se soluciona regresando.
Porque sí hubo una cosa importante que no vimos: el edificio de la Coca-Cola.En cambio, entre las escasas cosas que vimos ensuciando el nevado suelo, fue, junto a la Alexander-Platz, un vaso de un refresco muy especial. A pesar de todo, ¡bien hecho, Schlemmer!

Créditos:
Fotografías diversas de Berlín de enero de 2010, del autor.
Fotogramas y montaje de fotogramas, tomados de la película Uno, dos, tres.
Placa del cartel de la película Uno, dos, tres y postal promocional del rodaje de la misma.
Postal actual con la foto de la Puerta de Brandemburgo en 1960.
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