Coincidiendo con la luna nueva, a las seis de la tarde del pasado día 8, comenzó el primero de Tishri, es decir, Ros Hoshanah, el Año Nuevo Judío, en este caso, el 5771.
En su momento, la determinación del calendario, ajustándolo a una duración de doce mese en unas ocasiones, y de trece en otras, era un conocimiento y función reservados al Sanedrín. Sin embargo, la Diáspora consecuencia de las acciones de Tito, incluyendo la destrucción del Templo, complicó la determinación del momento de la luna nueva sobre Jerusalén, y, lógicamente, el conocimiento de ello por la comunidad judía exiliada. Por tal motivo, para cubrir la duda que cupiera en los cálculos locales, numerosas festividades pasaron a tener una duración de dos días, en muchos casos, considerados uno sólo. El inicio del año fue una de ellas.
Coincidiendo con ello, supongo que intencionadamente, se presentó esa mañana en Madrid una encuesta realizada en España. Según manifestó en la presentación el, a pesar de todo, aún Ministro de Exteriores español, “la opinión pública española no es antisemita ni antiisraelí”, basándose en que sólo el 34,6% de los encuestados tiene una opinión desfavorable de los judíos.
Según la noticia publicada por Carmelo Jordá en Libertad Digital, “el director de la Casa Sefarad Israel, Diego Ojeda; y el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Jacobo Israel Garzón (…) coincidieron en que el grado de antisemitismo es mayor «en la opinión pública que en la opinión publicada»”.
No entraremos ahora sobre a qué opinión publicada se refieren, ni en que, contradiciendo al Ministro, “Jacobo Israel Garzón también recordó que el colectivo judío en España no representa ni un uno por mil de la sociedad y que, teniendo eso en cuenta, el «grado de antisemitismo es bastante alto.»”
Entraremos, simplemente, en que si la encuesta no muestra un correcto conocimiento de la cultura judía en la sociedad española, esta ignorancia no cabe suponerse en el antedicho Ministro, ni en otros de la Unión Europea. Tal vez no sepan qué se celebra el 10 de Tishri, ni que esa festividad, a pesar de la Diáspora, tiene tal importancia que se celebra un día concreto, y sólo uno. Pero sí deben de saber qué día, cada año, en su propio calendario, se celebra el Yom Kipur.
Por eso, sólo cabe entender de una manera el planteamiento que fue desvelado por el periódico ABC el pasado domingo:
“Israel ha tachado de «incidente diplomático» un último roce con la UE, surgido a raíz de que los ministros de Exteriores de cinco países, -España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido-, insistieran en ser recibidos en Jerusalén en reuniones de trabajo de alto nivel el próximo viernes, sólo unas horas antes del inicio del Yom Kipur, la fiesta más sagrada y más observada del calendario judío.”
Por desgracia, el resto de la noticia está un tanto en la línea que contradice lo arriba transcrito sobre la opinión publicada, especialmente, por parte de quien haya decidido elegir como ‘comentario destacado’ el que puede leerse: “Israel lo que tiene que hacer es devolver todo lo robado y dejarse de cuentos y asi nadie le atacará”.
Sólo queda reflexionar que Yavhé, con la nueva entrega de las Tablas de la Ley, dándonos una segunda oportunidad, nos manifestó su voluntad de perdón, a pesar de cuál hubiera sido nuestra actitud. Incluso para los Ministros de Asuntos Exteriores.
Y felicitar al pueblo judío en su Festividad Grande.
Créditos:
Fotografía de los Ministros de AA.EE. de España e Israel, del 28 de julio de 2010, tomada del ABC.
En su momento, la determinación del calendario, ajustándolo a una duración de doce mese en unas ocasiones, y de trece en otras, era un conocimiento y función reservados al Sanedrín. Sin embargo, la Diáspora consecuencia de las acciones de Tito, incluyendo la destrucción del Templo, complicó la determinación del momento de la luna nueva sobre Jerusalén, y, lógicamente, el conocimiento de ello por la comunidad judía exiliada. Por tal motivo, para cubrir la duda que cupiera en los cálculos locales, numerosas festividades pasaron a tener una duración de dos días, en muchos casos, considerados uno sólo. El inicio del año fue una de ellas.
Coincidiendo con ello, supongo que intencionadamente, se presentó esa mañana en Madrid una encuesta realizada en España. Según manifestó en la presentación el, a pesar de todo, aún Ministro de Exteriores español, “la opinión pública española no es antisemita ni antiisraelí”, basándose en que sólo el 34,6% de los encuestados tiene una opinión desfavorable de los judíos.
Según la noticia publicada por Carmelo Jordá en Libertad Digital, “el director de la Casa Sefarad Israel, Diego Ojeda; y el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Jacobo Israel Garzón (…) coincidieron en que el grado de antisemitismo es mayor «en la opinión pública que en la opinión publicada»”.
No entraremos ahora sobre a qué opinión publicada se refieren, ni en que, contradiciendo al Ministro, “Jacobo Israel Garzón también recordó que el colectivo judío en España no representa ni un uno por mil de la sociedad y que, teniendo eso en cuenta, el «grado de antisemitismo es bastante alto.»”
Entraremos, simplemente, en que si la encuesta no muestra un correcto conocimiento de la cultura judía en la sociedad española, esta ignorancia no cabe suponerse en el antedicho Ministro, ni en otros de la Unión Europea. Tal vez no sepan qué se celebra el 10 de Tishri, ni que esa festividad, a pesar de la Diáspora, tiene tal importancia que se celebra un día concreto, y sólo uno. Pero sí deben de saber qué día, cada año, en su propio calendario, se celebra el Yom Kipur.
Por eso, sólo cabe entender de una manera el planteamiento que fue desvelado por el periódico ABC el pasado domingo:
“Israel ha tachado de «incidente diplomático» un último roce con la UE, surgido a raíz de que los ministros de Exteriores de cinco países, -España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido-, insistieran en ser recibidos en Jerusalén en reuniones de trabajo de alto nivel el próximo viernes, sólo unas horas antes del inicio del Yom Kipur, la fiesta más sagrada y más observada del calendario judío.”
Por desgracia, el resto de la noticia está un tanto en la línea que contradice lo arriba transcrito sobre la opinión publicada, especialmente, por parte de quien haya decidido elegir como ‘comentario destacado’ el que puede leerse: “Israel lo que tiene que hacer es devolver todo lo robado y dejarse de cuentos y asi nadie le atacará”.
Sólo queda reflexionar que Yavhé, con la nueva entrega de las Tablas de la Ley, dándonos una segunda oportunidad, nos manifestó su voluntad de perdón, a pesar de cuál hubiera sido nuestra actitud. Incluso para los Ministros de Asuntos Exteriores.
Y felicitar al pueblo judío en su Festividad Grande.
Créditos:
Fotografía de los Ministros de AA.EE. de España e Israel, del 28 de julio de 2010, tomada del ABC.
Gracias por la parte que me toca. El hecho de que España se haya convertido en el país más antisemita de Europa, no habiendo casi judíos dentro de su territorio, añade otro dato bizarro a una realidad de lo más demencial. Aquí estamos todos bien jodidios, judíos y gentiles.
ResponderEliminarUn saludo
El antisemitismo es un fuego avivado continuamente en España y, precisamente quizá debido a que el número de judíos es muy reducido, todavía no se ha convertido esto en una pira imparable.
ResponderEliminarYo lo veo mal. Muy mal... Cada día que pasa el cerebro de los españoles es más tipo mosquito y cada vez inoculan en la población más y más odio al judío.
Guido: de nada, a ti.
ResponderEliminarA ambos: por eso me llamó la atención los pocos datos publicados de la encuesta. Actitud que de opinión pasó a ser de acción cuando leí la noticia en el ABC (por cierto, en ningún otro periódico localicé referencia alguna - ¿otro síntoma?)
Conocidas las técnicas que utilizan, tras la continua lluvia fina en los informativos, no me extrañaría que en cualquier momento, aparezcan claras referencias antijudías en las maravillosas series españolas de televisión. Entonces sí estará la batalla perdida.
un saludo a ambos.
Decía Felipe González, con la soberbia que le caracterizaba, cuando le preguntaban por lo que había publicado El Mundo referente por ejemplo a los GAL (cuando El Mundo era El Mundo): "Una cosa es la opinión pública y otra la opinión publicada".
ResponderEliminar*Siempre mi afecto al pueblo judío.