Al hilo del lanzamiento
de cartel de la nueva versión de la película Robocop (para cuyo estreno aún falta un poco), se informaba de que
el fondo del mismo son las cuatro torres del Cuatro Torres Business Area (¡toma
ya nombrecito!). Vamos,que si no estoy equivocado, son las cuatro torres de la
antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Espero que la implicación
de Madrid en la trama de la película sea sólo la foto del cartel, porque la
película original se desarrollaba en Detroit, y la verdad…
La descripción que a
primeros de este pasado abril se hacía de la Ciudad del Motor no era para tirar cohetes:
“Un tercio de la población es oficialmente pobre, calles enteras de la
ciudad carecen de luz porque no hay dinero para pagar la cuenta, se han
despedido policías, bomberos y otros funcionarios para ahorrar. No es de
extrañar que la ciudad haya perdido el 63% de sus habitantes. El espacio, sin
embargo, sigue siendo el mismo: 359 kilómetros cuadrados que se han convertido
en una jungla de casas deshabitadas, garajes vacíos, teatros con las cortinas
enmohecidas y centros comerciales donde las plantas de invernadero campan a sus
anchas fagocitando escaleras eléctricas y salones de té.”
“La ciudad de Detroit declaró este viernes la mayor bancarrota municipal
de la historia estadounidense tras ser incapaz de mantener una década de deuda
creciente y población menguante en medio de la profunda crisis industrial que
atraviesa.”
A partir de aquí, ¿explicaciones
y soluciones?
Por ejemplo, muchos de los
comentarios en la noticia de LibreMercado
hablan de un origen de la crisis por la deslocalización, que es también lo que se
apunta en Inversión&Finanzas
(curioso el gráfico donde se aprecia la destrucción de la clase media en las
áreas metropolitanas estadounidenses, a costa de los más ricos y, también, de
los más pobre).
Lo peor de la situación
es que, según parece, Detroit es sólo la primera de una lista de ciudades
estadounidenses que van camino de la quiebra:
“Detroit is only just the beginning. When the next major financial crisis strikes,
we are going to see a wave of municipal bankruptcies unlike anything we have
ever seen before.
And of course the biggest debt problem of all
in this country is the U.S. government.
We are going to pay a great price for piling up nearly 17 trillion
dollars of debt and over 200 trillion dollars of unfunded liabilities.
All over the nation, our economic
infrastructure is being gutted, debt levels are exploding and poverty is
spreading. We are consuming far more wealth than we are producing, and our
share of global GDP has been declining dramatically.”
De momento, ya la quiebra
ya está enseñando la patita, cuarenta años después en Nueva York, y también en Chicago.
Una solución un tanto drástica
es arrasar Detroit. Otra, más razonable, es poner en venta todo lo que se pueda:
el problema de esta solución es que, tal y como está la ciudad, las únicas
ventas posibles que yo veo son de aquello que el comprador se pueda llevar de
allí (los fondos de los museos y los animales del zoo –el famoso mercado de
carne de Chicago está cerca, pero ni demos ideas, ni aquello está tampoco muy
boyante–); los edificios y estadios son castillos en el aire, pues ya pueden
valorarlos en lo que quieran que, con la descripción que hemos visto de la
ciudad, ni la Guardia Nacional sería capaz de proteger ni las propiedades ni a
las personas (salvo que quien lo compre lleve su propia Guardia Personal –lo que
tampoco habría que descartar–).
Eso sí, parece como si la
culpa de todo fuera sólo de los impuestos.
Créditos:
Fotografía de las cuatro
torres en cuestión, vistas desde la estación de Chamartín y desde la T-4 de
Barajas, en agosto de 2010 y enero de 2010, respectivamente, del autor.
Extractos de las noticias
enlazadas.
¡Caray!, ¡qué panorama!
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