“Hijo mío: Muchas razones y todas muy importantes , me han decidido a
dejaros, con bastante trabajo por mi parte y entre mis mayores ocupaciones,
estas Memorias de mi reinado y de mis hechos principales. Nunca he creído que
los reyes, sintiendo como sienten todas las ternuras familiares, estuvieran dispensados
de la común obligación de los padres: la de instruir a sus hijos mediante el
ejemplo y el consejo. Por el contrario, me ha parecido que, en el alto rango en
que ambos estamos, al deber particular se añadía un deber público; y por último,
(…) este cuidado [sobre pueblos y Estados] no sería suficientemente grande si no fuera más allá de nosotros
mismos, haciéndonos comunicar todas nuestras experiencias a quien deba reinar
después que nosotros.”
En 1688 Luis XIV se
aplica en redactar una especie de consejos, desde su condición de padre y rey,
para cuando su hijo, entonces con escasamente siete años, le suceda.
“Por otra parte, he considerado lo que con tanta frecuencia he
comprobado por mí mismo: el gran número de solícitos y asiduos que habrán de
rodearos, cada uno con su propio deseo; lo difícil que os será hallar en ellos
un parecer sincero; la completa seguridad que debéis tener en el de un padre,
quien no tiene más interés que el vuestro, ni más pasión que la de vuestra
grandeza.
Alguna veces me ha envanecido el pensamiento de
que si las ocupaciones, los placeres y negocios del mundo, como sucede con
cierta frecuencia, os permiten algún día el trato con los libros y la historia –único
trato en el cual los jóvenes príncipes encuentran mil verdades sin mezcla
alguna de adulación–, la lectura de estas Memorias podrá suplir en cierto modo
a todas las demás lecturas, conservando por ellas vuestro gusto y distinción,
en virtud a la amistad y respeto que me consevaríais.”
Tal día como hoy, pero de
1661, nacía en el palacio de Fontainebleau Luis de Borbón, primogénito de Luis
XIV, siendo por tanto heredero de la corona, y por ello, Delfín de Francia.
Más conocido como Gran Delfín, no tuvo opción a poner en práctica los consejos que su padre preparó
para él, pues falleció cuatro años antes que él. Tampoco su hijo mayor pudo
hacerlo pues sólo le sobrevivió un año, falleciendo también antes que Luis XIV.
Quien sí hubiera podido
hacerlo fue su segundo hijo, aunque no en Francia, al haber renunciado a la
sucesión al trono francés.
Y es que una cosa curiosa
en el desconocimiento de la historia de España es que se sabe (más o menos) que
la Guerra de Sucesión supuso la instauración en España de la Casa de Borbón a
través de Felipe V, nieto de Luis XIV,… pero no se aclara, por así decirlo, cómo de nieto era.
Y es que era muy nieto: el segundo hijo de su
primogénito, el Gran Delfín.
Y que por cosa de un par
de años, hubiera sido rey de Francia (de hecho, al inicio de nuestra Guerra de
Sucesión, Luis, su hermano mayor, no tenía aún descendencia).
Créditos:
Extractos de Memorias sobre el arte de gobernar, de
Luis XIV, escritos dirigidos a su hijo Luis, el Gran Delfín, según traducción
de Manuel Granell, tomados de la segunda edición, de 30 de septiembre de 1947, de
la selección realizado por él mismo, y publicada por Espasa-Calpe Argentina,
como número 705 de su colección Austral (pp.
25 y 26), de la biblioteca del autor.
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