“[Los utópicos] se preocupan con el
mayor cariño de los enfermos, y no se ahorra nada de lo que pueda ser bueno
para lograr su curación, sean alimentos o medicinas. A los que sufren alguna
dolencia incurable nunca les dejan solos y tratan de hallar lo que les consuele
un poco, y les dan todo lo que precisen para aliviar su dolencia. Si, además,
el mal es incurable y muy doloroso, los sacerdotes y magistrados influyen en el
enfermo, puesto que no puede rendir ningún provecho y es una carga para los
demás y para sí mismo, para que acepte la muerte con resignación, y evite la
propagación de la infección y la peste, librándose de los suplicios que
soporta. Con la muerte pondrá fin a su tormento. Esto es el consejo que dan los
sacerdotes que interpretan la voluntad del Creador; seguirlo será una buena y
piadosa obra. Los convencidos se dejan morir voluntariamente, no comiendo, o,
sin que se aperciban, se les priva de la vida mientras duermen. Esta conducta
no se impone a nadie, y a los que rehúsan seguirla se les prestan los mayores
cuidados, pero se honra a los que por esa razón renuncian vivir. Si alguien se
priva de la vida sin justificación, o sin el visto bueno de los sacerdotes o
del Senado, es considerado indigno, y no lo entierran, sino que arrojan el
cadáver a un pantano.”
Utopía, como bien sabemos, era una isla.
Y a tenor de las declaraciones de un ministro japonés hace una semana, debe de
situarse muy cerca del Japón… si no se trata de la misma isla de Hondō.
Créditos:
Extracto del capítulo VII De los
esclavos, de la segunda parte de la obra Utopía, de Santo Tomás
Moro, según traducción de F.L. Cardona y T. Suero, para Editorial Bruguera,
tomado de la edición realizada por Sarpe, como número 17 de su colección Los
grandes pensadores, en 1983 (pp.133-134).
Es que estos japos son "raros raros raros" que diría el insigne doctor Iglesia. Padre de Julio y patriarca de una saga de grandes artistas. Hace poco me enteré que en la cultura japonesa las madres que han abortado a sus hijos, a diferencia de las madres americanas o europeas, se sientan capaces de llorar por ellos, incluso de hacer luto, en lugar de salir de los abortorios con la cabeza muy alta proclamando que han ejercido un derecho. Al menos no son tan cínicas como las de aquí.
ResponderEliminarLo mejor de todo, Posodo, como dijeron los Chanclas es que: "Japón miaque está lejos Japón"
ResponderEliminarBate: son tan raros que fue el primer sitio donde hubo una persecución organizada contra los cristianos desde las padecidas bajo el Imperio Romano (excluidas las habidas bajo el Islam, que éstas iban según temporadas).
ResponderEliminar