lunes, 26 de septiembre de 2011

Alit lectio: Permanencia de una llama

Ciertamente, en esta época nuestra en que los escritores clásicos y la lengua misma en que éstos escribían van desapareciendo de las escuelas para quedar refugiados en el coto cerrado de los especialistas universitarios, no puede decirse que Virgilio sea un autor conocido por el común de los lectores. Contrariamente, por cierto, a lo que vino sucediendo durante siglos, en los que el conocimiento del latín permitía a los escolares apreciar al poeta en su lengua original. Para la mayoría de estudiantes de hoy en día el nombre de Virgilio sólo evoca a un autor muerto que escribía en una lengua que desconocen.

«Empieza, niño pequeño, a reír conociendo a tu madre (a tu madre a quien diez meses trajeron largos hastíos); empieza, niño pequeño: al que no ha sonreído a su madre, ni un dios lo convida a su mesa, ni diosa alguna a su lecho.
Incite, parve puer, risu cognoscere matrem / (matri longa decem tulerunt fastidia menses) / incipe, parve puer: qui non risere parenti, / nec deus hunc mensa, dea nec dignata cubili est.» (Bucólicas, IV 60-63)

«¡Sé bueno y propicio a los tuyos.
Sis bonus o felixque tuis!» (Bucólicas, V 65)

«No todos lo podemos todo.
Non omnia possumus omnes.» (Bucólicas, VIII 63)

«Tus nietos recogerán los frutos.
Carpent tua poma nepotes.» (Bucólicas, IX 50)

«Todo se lo lleva la edad, hasta el ánimo.
Omnia fert aetas, animum quoque.» (Bucólicas, IX 51)

«Vayamos cantando y el camino se nos hará menos pesado.
Cantantes licet usque (minus via laedet) eamus.» (Bucólicas, IX 63-64)

«Todo lo vence el Amor, cedamos también nosotros al Amor.
Omnia vincit Amor, et nos cedamos Amori.» (Bucólicas, X 69)

«El tiempo huye, irreparable.
Fugit irreparabile tempus.» (Geórgicas, III 284)

«Ocultándolo, el vicio se alimenta y vive.
Alitur vitium vivitque tegendo.» (Geórgicas, III 454)

«Dios se extiende por todas las tierras y por la superficie del mar y el alto cielo.
Deus namque ire per omnes / terrasque tractusque maris caelumque profundum.» (Geórgicas, IV 221-222)

«Canto al héroe y a las armas.
Arma virumque cano.» (Eneida, I 1)

«También aquí la virtud tiene su recompensa.
Sunt hic etiam sua praemia laudi.» (Eneida, I 461)

«Reconozco los vestigios de una antigua llama.
Agnosco veteris vestigia flamea.» (Eneida, IV 23)

«Aquél que, el primero, me unió a él se llevó todo mi amor.
Ille meos, primus qui me sibi iunxit, amores / abstulit.» (Eneida, IV 28-29)

«¡Cruel amor, a qué no obligarás a los corazones de los hombres!
Improbe Amor, quid non mortalia pectora cogis!» (Eneida, IV 412)

«Sabido es de qué es capaz una mujer enfurecida.
Notum furens quid femina possit.» (Eneida, V 6)

«Guerras, horribles guerras.
Bella, horrida bella.» (Eneida, VI 86)

«No cedas a los males; al contrario, sal a su encuentro con mayor audacia.
Tu ne cede malis, sed contra audentior ito.» (Eneida, VI 95)

«El río que no se puede remontar.
Irremeabilis unda.» (Eneida, VI 425)

«Aprended a respetar la justicia y a no despreciar a los dioses.
Discite iustitiam moniti et non temnere divos.» (Eneida, VI 620)

«Aquí está mi casa, ésta es mi patria.
Hic domus, haec patria est.» (Eneida, VII 122)

«Si no puedo doblegar a los dioses del cielo, conmoveré a los del infierno.
Flectere si necqueo superos, Acheronta movebo.» (Eneida, VII 312)

«El temor puso alas a sus pies.
Pedibus timor addidit alas.» (Eneida, VIII 224)

«Cae la noche y abraza la tierra con sus oscuras alas.
Nox ruit et fuscis tellurem amplectitur alis.» (Eneida, VIII 369)

«Cargado de años y maduro de espíritu.
Annis gravis atque animi maturus.» (Eneida, IX 246)

«Entonces su vida se retiró afligida por los aires hacia los Manes y abandonó su cuerpo.
Tum vita per auras / concessit maesta ad Manes corpusque reliquia.» (Eneida, X 819-820)

«Hemos vivido mucho tiempo, si entre los mortales hay algo que dure mucho tiempo.
Diu, res si qua diu mortalibus ulla est, / viximus.» (Eneida, X 861-862)

«Entretanto la aurora había traído a los míseros mortales la fecunda luz devolviéndolos de nuevo a sus trabajos y fatigas.
Aurora interea miseris mortalibus almam / extulerat lucem referens opera atque labores.» (Eneida, XI 182-183)

«Hijo, aprende de mí el valor y el esfuerzo verdadero; de los demás, la fortuna.
Disce, puer, virtutem ex me verumque laborem; fortunam ex aliis.» (Eneida, XII 433-434)

«La suerte y el valor se aúnan.
Fors et virtus miscetur in unum.» (Eneida, XII 714)

«No lleves más lejos tu odio.
Ulterius net ende odius.» (Eneida, XII 938)

La única pretensión de este compendio es rescatar un poco a Virgilio del olvido cada vez mayor en que lo hemos ido sumiendo. Es cierto que la lectura de un libro de citas no puede sustituir la lectura de un texto completo, pero no lo es menos que puede constituir una buena aproximación a su manera de ver el mundo. Las citas aquí recogidas nos hablan del amor por la vida tranquila del campo, de la veneración debida a los dioses y la piedad debida a los padres, del valor de la amistad, la inexorabilidad de la fortuna y la compasión por la desdicha ajena, de la fuerza de la pasión amorosa y del dolor que se guarda en lo más hondo del corazón, de la dura ley de la muerte.

Con esta descripción, es lógico que en estos tiempos Virgilio sea arrojado al olvido. También es cierto que el librito (139 páginas de 11x16 cm) ayuda en el rescate, e incentiva su lectura. Y en ello estoy.

«Ésta es la tarea, éste el esfuerzo.
Hoc opus, hic labor est.» (Eneida, VI 129)

Créditos:
Portada, extractos de la presentación y selección de citas, tomados de Vestigios de una antigua llama, recopilación de citas de Publio Virgilio Marón, realizada por Neus Galí, según traducción de ella misma, autora también de una presentación y apéndice final sobre la vida y obra de Virgilio, editado por Península en 2001, como número 22 de su colección Nuestros contemporáneos.

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