miércoles, 16 de febrero de 2011

Cuando el gris no está en las células

Estas Navidades pasadas, en algún sitio, posiblemente en El Corte Inglés, vi, casi por el rabillo del ojo, una edición de las aventuras de Tom Sawyer y de Huck Finn, que supuse realizada con motivo del centenario de Mark Twain.

Tiempo después intenté localizarla visitando aquellos dos centros donde, en mi opinión, pude haberla visto. En ninguno de los dos me supieron dar fe de la obra, e incluso en uno de ellos mostraron una gran discreción, quiero suponer, pues no hicieron el menor gesto de extrañeza cuando, al explicar los detalles de la obra, mencioné como autor, en vez de al real, a Charles Dickens. Unas semanas después lo localicé en BiblioCafé.

El negro grande de la señorita Watson, que se llamaba Jim, estaba sentado junto a la puerta de la cocina; (…)
Jim estaba tan orgullos de aquello que a duras penas hacía caso de los otros negros. Había negros que caminaban muchas millas para escuchar la historia de Jim, y él se convirtió en el negro más solicitado de la comarca. Los negros forasteros se quedaban boquiabiertos y lo miraban de arriba abajo como si fuera algo prodigioso. Los negros siempre hablan de brujas en la oscuridad, junto al fuego de la cocina, pero cada vez que uno de ellos comenzaba a hablar diciendo que sabía mucho de esas cosas, Jim metía baza y decía: «Bah, ¿qué sabrás tú de brujas?», y aquel negro tenía que callar y retirarse a un segundo plano.


La edición tiene formato de estuche, conteniendo dos volúmenes, uno con las aventuras de Tom Sawyer y el otro, las de su amigo, Huck Finn.

Como se ha leído, la versión es antigua, ya que se utiliza la palabra ahora ‘maldita’, y como también se ha podido ver en las ilustraciones, éstas son, claro, en blanco y negro.

La mezcla del blanco y el negro da el color gris, y, efectivamente, gris, cuanto menos, es esta gente con tales ‘modernas’ decisiones, dando ejemplo de qué puede suceder cuando no se hace trabajar a las células… grises, que decía aquél.

Créditos:
Portada del estuche (con contraportada) y volumen Las aventuras de Huckleberry Finn, y transcripción parcial de su capítulo II (pp. 12 y 14), según traducción de Luz Orihuela, editado, con ilustraciones de Meritxel Ribas Puigmal, por La Galera, en septiembre de 2010.

2 comentarios:

  1. Creo que vuelve a funcionar nuestra conexión cerebral, o lo que sea que nos hace tener, de vez en cuando, ideas parejas, porque hace poco compré una edición curiosa y muy, muy bonita de "Las aventuras de Tom Sawyer", y lo hice, además, en un lugar... insólito. Pensaba subir uno de estos días un comentario al respecto. ¡Ya tengo a qué enlazar! ;-)

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  2. En realidad, nunca ha dejado de funcionar. Lo que pasa, como te habrá demostrado estos días que está contigo, es que la inspiración es muy discreta.
    Estaremos pendientes.
    Un saludo.

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