Hace ya tiempo, en el
suplemento Natura de El Mundo, el tema de portada era la ahora
famosa “huella de carbono”, con una ilustración muy ocurrente: en línea con la expresión “antojársele los dedos huéspedes”, los dedos se han convertido en chimeneas
humeantes y… contaminantes.
La noticia era al hilo de
la reunión que en breve se iba a iniciar del también famoso IPCC, u sea, el Panel Intergubernamental para el
Cambio Climático, de la ONU, claro. Reunión que tuvo lugar en… Valencia.
Lodos de aquellos polvos
se pudieron ver a principios del pasado mes en la Feria del Libro de… Valencia:
el Ayuntamiento promocionó un stand, u sea, un puesto, donde se evaluaba la
antedicha famosa “huella de carbono” a los ciudadanos que se detenían para ser
evaluados.
Y yo fui uno de los
detenidos.
El resultado es el que
figura en la tarjetita que me dieron y cuyas imágenes del anverso y reverso
acompañan estas líneas. Como puede observar, el color es amarillo limón (las
tarjetas eran muy pedagógicas, con los colores de las luces de un semáforo –aunque
tratándose de Valencia, en vez de amarilla podía haber sido naranja-).
A una de las preguntas
contesté que echaba en falta un mejor diseño de la red de autobuses (sin entrar
en consideraciones acerca de cómo eran conducidos ni trasladando comentarios oídos
el pasado mes de octubre a gente foránea
y poco acostumbrada a estas emociones).
Según me dijeron, el
factor que más había influido en que la nota fuera amarilla y no verde fue el
uso del vehículo particular… consecuencia, precisamente, de ese diseño de la
red de autobuses.
Pero bueno, qué se le va
a hacer.
¡Ah! Me dieron un
regalito… el cual
algún día conseguiré que funcione.
Por cierto, creo que hoy
es el Día del Medio Ambiento, o similar. Pues hala, a por el otro medio.
Créditos:
Detalle de la portada del
suplemento Natura de El Mundo, publicado el 10 de noviembre
de 2007.
Fotografía del puesto en
cuestión, del autor.
Imagen de la tarjeta de
evaluación de la “huella de carbono” del autor.
El afán de algunos conductores de autobuses por emular a los pilotos de carreras daría para una larga conversación, sin duda... En cuanto al uso del coche particular, estoy de acuerdo contigo en que a veces no facilitan nada el no usarlo... Claro que, en el punto opuesto a un uso racional, veo a diario una cola de coches atascados (día tras día, ¿no aprenderán?) porque algunos papás-mamás-o-lo-que-sean se empeñan en llevar el coche hasta la misma puerta del colegio, y alumnos con el carnet recién sacado que, viviendo a cuatro manzanas del colegio, "tienen" que ir en coche para lucirlo, por supuesto... ¡A ellos sí que les sacaba yo tarjeta roja...!
ResponderEliminarSaludos.
Hola, MGae.
ResponderEliminarTienes toda la razón, y además, también tienes ilustrado tu comentario.
(Gracias por la idea.)
Un saludo.
Ja, ja. Gracias a ti.
ResponderEliminarBueno, dejémoslo en un empate, ¿no, MGae?, pues en definitiva, ha sido gracias a don Antonio Mingote.
ResponderEliminarUn saludo.