miércoles, 31 de octubre de 2012

:D

Casi podría decirse que en silencio y recogimiento, se han cumplido hoy los quinientos años de la finalización por parte de Miguel Ángel de los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina.

Tal vez mejor así, porque lo que se suele olvidar, aunque se mencione muchas veces el nombre, es lo que ha recordado hoy el papa Benedicto XVI: que es una capilla para rezar.

Créditos:
Fotografía de los paneles informativos de la Capilla Sixtina, en el Cortile della Pigna, en los Museos Vaticanos, en septiembre de 2011, del autor.

3 comentarios:

  1. Pues sí. A veces se olvida que el arte religioso no es sólo arte, más o menos bello en sí mismo, sino que nació con un objetivo claro y su función es elevar el espíritu y cantar la grandeza de Dios, o su historia de salvación. Y apreciar "el árbol" no debe impedirnos disfrutar "el bosque"...
    Saludos.

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  2. Gran comentario, MGae. Pero si me permites juguetear con tú frase; yo la hubiese acabado de esta manera: Y apreciar "el bosque" no debe impedirnos disfrutar de "el árbol" de la vida.

    Un saludo

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  3. En efecto, MGae y Bate, ambos tenéis razón.

    El problema actual, siguiendo con la metáfora del árbol y del bosque en el que se integra, es que hay mucho interesado en el uso de herbicidas. Por tanto, se trata de que cada árbol consiga una plena constitución, y para eso está el bosque, para protegerlo y ampararlo.

    Un saludo a ambos.

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