martes, 12 de octubre de 2010

Una pica en… la Cochinchina

La pasada semana durante una comida de trabajo, o más bien, con compañeros del trabajo, uno de ellos nos planteó un hecho histórico poco conocido, como fue la presencia de España en Vietnam. Le dije que eso era sabido, de cuando Isabel II, en la Cochinchina, con los franceses. Me contestó que no, más recientemente, con Franco.

Al día siguiente, uno de los presentes pudo localizar una referencia en internet, la cual me ha sido de mucha utilidad para situar los hechos. Que, breve y aproximadamente, son los siguientes:

Acabando el agosto de 1966, cubriendo la visita que realizaba a España el ministro de Sanidad de Vietnam del Sur, doctor Nguyen Bakhan, ABC informaba de que “el 6 de septiembre partirá con rumbo a Saigón un equipo español de doce sanitarios que prestarán sus servicios en el Vietnam del Sur. (…) Ahora también España actuará en aquel país, cuyo estado sanitario se ha visto gravemente perturbado por la guerra.

Efectivamente, el 6 de septiembre de 1966, a las cuatro de la tarde, salía el equipo médico, aunque constituido por trece personas, hacia Vietnam del Sur, como ABC publicaba al día siguiente (un pequeño recuadro, pero en la esquina superior derecha de una página impar, es decir, para que se viera).

El equipo médico se ubicó en un hospital en Go Cong, cerca de Saigón, sufriendo directa o indirectamente, los ataques del Vietcong a la capital, como por ejemplo, en febrero de 1968, dando pie a un recuadro en el ABC del día 9 de febrero informando de que “todos los miembros de la Misión se encuentran en perfecto estado, y no han sido afectados por los recientes acontecimientos ocurridos en aquel país”.

Un año antes, la Misión sanitaria era objeto de un reportaje de casi página y media, bajo el título de “Los médicos españoles se han ganado el afecto de la población de Go Cong”.

El reportaje lo firmaba Luis María Anson, pero la visita al hospital la hace acompañado de una tal Beatriz, que aún no sé quién era, aunque desde luego, no pasó desapercibida: “Es –dice el doctor Argimiro García Granados- la primera mujer blanca que nos visita”.

El reportaje nos va presentando a diversos miembros de la Misión sanitaria. Por ejemplo, el ya mencionado: “Es un gran tipo Argimiro García Granados. Gallego de pura cepa, algo socarrón, ecuánime, ponderado, calmoso y eficacísimo. Veterano de la guerra española, veterano de la División Azul [“El peligro aquí es grande. Yo solo puedo decir que ni en las trincheras en Rusia sentí tanta sensación de peligro como en Go Cong”] indiferente al peligro, es hombre que apenas puede ocultar su profunda bondad.

O bien, “Ramón Gutiérrez de Terán, que es todo simpatía, semicolón soltero, practicante militar”; “Francisco Faunde Rodríguez es un médico. Joven y muy inteligente. Pertenece a esa juventud española de la concordia que dará a España un futuro en paz, en libertad y convivencia”; “Luciano Rodríguez y González, joven, soltero y sin compromiso, vive en Madrid y es todo corazón y generosidad”; “José Bravo López-Baños, hombre de desbordante simpatía”. Precisamente fue éste quien preparó para la comida “una magnífica paella”, momento de la visita en que los periodistas se relacionan con el resto de los integrantes de la Misión: Manuel Vázquez (“el políglota del grupo”), Francisco Pérez Pérez (de Valencia, “con cuatro hijos, uno de los cuales nació un mes antes de salir él para Vietnam”), Juan Pérez Gómez (“con seis hijos, el más pequeño, Leonardo, con seis años”), Juan Antón Barahona (“que desborda gracia andaluza”), y Joaquín Pas (“soltero y con ‘algo’ de novia en España”).

Leemos de sus necesidades, personales, médicas y como españoles (ésta la habitual en el extranjero): “Necesitamos más información de España, periódicos y libros”, “Hemos mejorado el hospital, pero es insuficiente. Necesitamos más medicinas”, “Hemos venido con lo puesto y una maleta de veinte kilos”, “Necesitamos un cónsul en Saigón. Ahora estamos aislados y dependemos en todo de los americanos”, “Ayer por la noche, de madrugada, recibimos a tres. Como no había luz, hubo que operarlos iluminados por una antorcha que casi incendia el oxígeno”, “El sesenta por ciento de la población son enfermos incurables (…) No damos abasto ni tenemos medios”,…

Pero no se quejan, y motivos, tal vez sí los tuvieran: “No nos quejamos de esta casa sin aire acondicionado, ni del calor, ni del peligro, pues el pueblo está cercado por el Vietcong y las carreteras cortadas”.

Hasta el heroísmo personal están trabajando los médicos españoles. Y la población los quiere.

Algo más de tres años después, la Misión sanitaria volvió a ser objeto de un reportaje, en esta ocasión, firmado por Salvador López de la Torre.

La bandera española, flotando bajo el sol del delta del río Mekong, en el pueblecito de Go Cong, avisa que allí cumple su humanitaria tarea de aliviar de alguna manera el inmenso dolor de este pueblo una representación española compuesta por cuatro médico y siete practicantes de la Sanidad Militar.

Del reportaje anterior seguían en su puesto el Comandante García Granados y el Capitán Rodríguez González, acompañados ahora por el Capitán Rojas y el Teniente Gálvez, y siete practicantes cuyos nombres no figuran en el reportaje.

Nuestros médicos tienen excelentes relaciones con la población local, y a la cabecera de un enfermo vemos cómo el Capitán Rodríguez González sostiene una conversación perfectamente normal, en riguroso vietnamita, sin necesidad de refugiarse en la ayuda del francés. (…) Y el enfermo le da las gracias al ‘tay ban nha’, al español.

Un aspecto que, según parece, caracterizó especialmente a la misión española también se recoge en el reportaje: “Las relaciones que nuestros médicos han tenido con algún paciente vietcong capturado en la zona son, como es natural, exactamente las mismas que con el resto de los enfermos.

Nuestros médicos han hecho un esfuerzo meritorio de paciencia y de aplicación para cumplir mejor su misión.

Y por lo que se ve, la cumplieron y muy bien.

Buscando en internet he localizado referencias a esta Misión en dos foros de temas militares, El Gran Capitán y Mundomilitaria.

Lo que no he conseguido encontrar es noticia alguna relativa al regreso de la Misión sanitiaria y la finalización de sus acciones humanitarias en Vietnam del Sur.

Y como no es algo que deba caer en el olvido, aquí lo traigo.

Créditos:
Imágenes de las noticias publicadas en ABC, tomadas de su hemeroteca en internet.
Fotografías tomadas del foro de Mundomilitaria.

La Mar Océana... ¡y tierra!

Y en conclusión les dijo que dentro de tres días hallarían la tierra que buscaban. Por tanto que estuviesen de buen ánimo y prosiguiesen su viaje, que para cuando decía, él les enseñaría un Nuevo Mundo y tierra, y habrían concluido sus trabajos y verían que él había dicho verdad siempre, así al Rey y a la Reina Católicos como a ellos; y que si no fuese así, hiciesen su voluntad y lo que les pareciese, que él ninguna duda tenía en lo que les decía.
Con estas palabras movió los corazones de los enflaquecidos ánimos de los que allí iban a alguna vergüenza, en especial a los tres hermanos capitanes pilotos que he dicho; y acordaron hacer lo que les mandaba, y de navegar aquellos tres díasy no más, con determinación y acuerdo que en fin de ellos darían la vuelta a España, si tierra no viesen. (…) Y aquel mismo día que el almirante Colón estas palabras dijo, conoció realmente que estaba cerca de tierra en semblante de los celajes de los cielos (…) Y como sobrevino la noche, mandó apocar las velas y que corriesen con solos los trinquetes bajos; y andando así, un marinero de los que iban en la capitana, natural de Lepe, dijo: ¡Lumbre…! ¡Tierra…! Y luego un criado de Colón, llamado Salcedo replicó diciendo: «Eso ya lo ha dicho el almirante, mi señor»; y encontinente Colón dijo: «Rato ha que yo lo he dicho y visto aquella lumbre que está en tierra.» Y así fué: que un jueves, a las dos horas después de media noche, llamó el almirante a un hidalgo apellidado Escobedo, repostero de estrados del Rey Católico, y le dijo que veía lumbre. Y al otro día de mañana, en esclareciendo, y a la hora que el día antes había dicho Colón, desde la nao capitana se vió la isla que los indios llaman Guanahaní, de la parte de la tramontana o norte. Y el que vió primero la tierra, cuando ya fué de día, se llamaba Rodrigo de Triana, a 11
(sic) de octubre del año ya dicho de 1492. Y de haber salido tan verdadero el almirante, en ver la tierra en el tiempo que había dicho, se tuvo más sospecha que él estaba certificado del piloto que se dijo que murió en su casa, según antes se dijo. Y también podría ser que viendo determinados a cuantos con él iban para tornarse, dijese que si en tres días no vieren la tierra se volviesen, confiando que Dios se la enseñaría en aquel término que les daba, para no perder trabajo y tiempo.
(…)
Así como el almirante vió tierra, hincado de rodillas y saltándosele las lágrimas de los ojos del extremado placer que sentía, comenzó a decir con Ambrosio y Agustino: Te Deum laudamus, Te Dominum confitemur, etc.; y así, dando gracias a nuestro Señor con todos los que con él iban, fué inestimable el gozo que los unos y los otros hacían. Tornábanle unos en brazos, otros le besaban las manos, y otros le demandaban perdón por la poca constancia que habían mostrado. Algunos le pedían mercedes y se ofrecían por suyos. En fin, era tamaño el regocijo, que abrazándose unos con otros no se conocían con el placer de su buena andanza; lo cual yo creo bien, porque sabiendo como sabemos los que ahora vienen de España y los que de acá vuelven de allá que el viaje y camino es seguro y cierto, no tiene comparación otro placer con el que reciben los que ha días que navegan, cuando ven la tierra. Ved qué tal sería el de los que en tan dudosa jornada se hallaron, viéndose certificados y seguros de su descanso.
Pero habéis de saber que por el contrario dicen algunos lo que aquí se ha dicho de la constancia de Colón, que aún afirman que él se tornara de su voluntad del camino y no lo concluye, si estos hermanos Pinzones no le hicieran ir adelante; y diré más, que por causa de ellos se hizo el descubrimiento, y que Colón ya quería dar la vuelta. Esto será mejor remitirlo a un largo proceso que hay entre el almirante y el fiscal real, donde a pro y contra hay muchas cosas alegadas, en lo cual yo no me entremeto; porque como sean cosas de justicia y por ella se han de decidir, quédense para el fin que tuvieren. Pero yo he dicho en lo uno y en lo otro ambas las opiniones: el lector tome la que más le dictare su buen juicio.


Nota: Manuel Fernández Álvarez transcribe en su obra la frase “En fin, era tamaño el regocijo…”, como “En fin, era tamaña la leticia e regocijo, que abrazándose unos con otros…

Créditos:
Transcripción parcial de Historia general y natural de las Indias, de Gonzalo Fernández de Oviedo (1535), tomada del extracto publicado por Editorial García Enciso en su volumen Cristóbal Colón dentro de la Colección García Enciso (s.f.-tal vez finales treinta o primeros cuarenta del siglo XX)
Christoforo Colombo. Grabado del siglo XVIII, existente en la Biblioteca Nacional, en Madrid. Tomado de La gran aventura de Cristóbal Colón, de Manuel Fernández Álvarez, en edición de Espasa de 2006.
Primer Homenaje a Colón, (12 de octubre de 1492), óleo de José Garnelo, que preside, en el Museo Naval de Madrid, la Sala 2, Reyes Católicos (1474-1517), dedicada a la Marina de la Edad Media y siglo XV, protagonista del descubrimiento de América en 1492 y de la proyección española en Europa (imagen tomada de internet)

Exactamente iguales, pero unos más que otras

Esta noche, en la tertulia de Es la noche de César, ha salido a relucir el tema de Chávez, y en particular, enlazado con el hecho de que en el desfile de mañana con motivo de la Fiesta Nacional de España, desfilarán las banderas de aquellas (actuales) naciones de Hispanoamérica que celebran este año su independencia de España. En el audio enlazado se puede oír este momento a partir del minuto 13:47.

César Vidal plantea si el público asistente al desfile sería capaz de distinguir la bandera de Venezuela de la de Colombia. Entre unas bromas, John Müller dice “[La bandera de Venezuela] es exactamente igual que la de Colombia”, y luego insiste: “Las banderas de Colombia y de Venezuela son exactamente iguales”.

Yo me he quedado dudando, sobre todo al oír categórico a César Vidal decir “Es verdad”.

Y el caso es que yo recordaba que la bandera de Colombia tiene la franja horizontal amarilla, la superior, ocupando la mitad de la bandera, mientras que la de Venezuela la recordaba con las franjas de igual ancho.

Aunque sean de la Wikipedia, aquí están las dos banderas, la de Colombia y la de Venezuela.



En resumen. Que Orwell regresa. Las banderas son exactamente iguales, pero hay unas que son más exactamente iguales que otras. Bien, vale, de acuerdo, las franjas son distintas, pero las banderas, si nos limitamos a sacar los colores, sí son iguales.

Actualización:
Y encima, en el desfile ni siquiera se han podido ver juntas, para comparar (con la Wikipedia, porque entre ellas “son exactamente iguales”)

Créditos:
Banderas de Venezuela y de Colombia tomadas de la Wikipedia.

domingo, 10 de octubre de 2010

Días de mucho,… vísperas

Una de las primeras canciones que unos cantaban y otros perpetrábamos cuando siendo pequeños aprendíamos francés (lo que ya da una idea de la edad) era, junto con la de la alondra en el puente de Avignon (o algo así, pero ahora no viene al caso), la de Frère Jacques. Yo de las canciones no suelo aprenderme apenas nada, pero en esta ocasión sí lo hice, ya que la letra se limita a cuatro versos, y el primero es el título y el último es onomatopéyico.



Como bien se dice en la página de la Wikipedia francesa, la canción hace referencia al rezo de maitines, que, haciéndose al final de la noche, constituía el primero de los ocho (ahora siete) rezos establecidos en la Liturgia de las Horas (lamentablemente, parece que el autor del video enlazado, al desarrollarse con plena luz del día, ha tomado como referencia los maitines del Partido Popular, que tienen lugar más bien a la hora de laudes, pero se ve que vende lo de quedar como eruditos por muy equivocados que estén-no sólo en eso, pero me desvío del tema).

La Liturgia de las Horas establecía una pauta en la vida diaria de modo que ésta se viera enriquecida por la oración. De este modo, se iniciaba el día justo con él, como ya hemos dicho, con el rezo de Maitines. Tras el Concilio Vaticano II, este rezo cedió en importancia, quedando como ‘Horas mayores’ el Laudes, con la que se iniciaba la jornada de trabajo, rezando por ello, y las Vísperas, con la que se cerraba, dando gracias por ello. En el desarrollo del día se situaban las ‘Horas menores’, Tercia, Sexta y Nona, es decir, aproximadamente, a media mañana, a mediodía y a media tarde (la hora Prima se ‘cayó’ en la revisión conciliar). El día finalizaba, ya retirado uno a la cama, con el rezo de Completas.

El rezo de la Liturgia de las Horas ha quedado reducido al ámbito de los conventos, monasterios y sacerdotes. Aunque en teoría no debe ser así: “Toda vez que el Oficio es oración de todo el pueblo de Dios, ha sido dispuesto y preparado de suerte que puedan participar en él no solamente los clérigos, sino también los religiosos y los mismos laicos”, se puede leer en la Constitución Apostólica Laudis Canticum, mediante la que Pablo VI promulgó (hace casi cuarenta años justos) el Oficio Divino reformado, de acuerdo con el Concilio Vaticano II (Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia, puntos 89 y ss.).

Sin embargo, en el ámbito popular, y reducido hace tiempo al estrictamente rural, aunque cada día nos lo recuerde la COPE, sólo queda el rezo del Ángelus a mediodía (o del Regina Coeli tras la Pascua de Resurrección). En algunas iglesias se intenta mantener el rezo de Vísperas (y así lo practicábamos hace tiempo un grupo de jóvenes en la parroquia en la que nos reuníamos), normalmente antes de la última misa del día.

Y es que el ritmo de la vida actual (junto con otras cosas) no facilita el seguimiento de las horas, y en especial, las menores. Eso sí, la gente no tiene problemas para encontrar un momento de descanso en el que fumar un cigarrito. Lo que trae a cuento la famosa anécdota apócrifa en la que un franciscano pregunta: «Santo Padre, ¿se puede fumar mientras se reza?», recibiendo como contestación: «Hermano, rezar es muy importante, es hablar con Dios. Comprenderás que no es bueno despistarse con otras cosas». Resignado, el hermano franciscano se retiró. A continuación, se acercó un jesuita: «Santo Padre, ¿se puede rezar mientras se fuma?». «¡Claro, Padre! Siempre es momento de rezar y dar gracias a Dios.»

Laus Deo.

Nota: Quienes me conocen, o me tengan muy leído, habrán supuesto que esta anotación no es a humo de pajas. Y no andan errados.

En Valencia existen convenios entre distintas administraciones para dar becas (o trabajos temporales, en realidad) a un cierto número de personas por medio año o así, en colaboración con el Servicio de Empleo.

El otro día me comentaron que en una de las administraciones se habían incorporado los de esta convocatoria, entre ellos uno que no tuvo ningún problema en manifestarse musulmán, siendo digno de encomio la manifestación pública de la religión que se profesa. Acto seguido, se dirigió a la Oficina de Personal para pedir que se le redujera la jornada laboral en una hora para poder cumplir con los rezos.

No sé en qué quedará el asunto, pero en cuanto me entere, ya lo contaré.

Créditos:
Libro de Horas al uso de Roma (Florencia, 1485). Bayerische Staatsbibliothek, Munich. Expuesto en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, formando parte de la exposición Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia (imagen tomada de la página de internet de la exposición).
El Ángelus, de Jean-François Mollet. Museo de Orsay, París (imagen tomada de la página de internet del museo).

Martillo de infieles

Hacia el año 400 el colapso del sistema romano parecía manifiesto. En 410 la misma Roma fue profanada por los godos de Alarico; en 455, por los vándalos de Genserico; en 476, el Imperio de Occidente tocó a su fin con la deposición de Rómulo Augústulo. Y empezó la monarquía franca con Clodoveo.
Empero, no fue el fin. Teodorico el Grande, gobernante ostrogodo de Italia (489-526) evidenció la posibilidad de una coordinación entre el gobierno militar de los bárbaros y la supervivencia de la cultura latina. (…) y Justiniano casi restauró la unidad de la cuenca del Mediterráneo. El gran historiador belga Henri Pirenne presenta la notable hipótesis de que el mundo antiguo solamente desapareció con el surgimiento del mahometismo. Cuando se perdió el control del Mediterráneo fue aplastada la cultura de la que ese mar fuera la gran vía; pereció el Occidente y enfermó el Oriente.


Y tras la pérdida del mar, llegó la de las tierras.

Allá por las postrimerías del anterior régimen (no confundir con el Antiguo Régimen), recuerdo una frase exacta en clase de Historia sobre la invasión de España por los musulmanes, y su paso a Francia: “Les sale al paso Carlos Martel en Poitiers”. Dicho así, y sin mayor conocimiento entonces de Francia, uno se queda con la idea que la batalla tuvo lugar un poco pasados los Pirineos. ¡Pero quiá!

Abderramán, gobernador moro de España, condujo su caballería invasora a Aquitania, en el sudoeste de Francia. Allí derrotó fácilmente a Eudes, Duque de Aquitania, y se dirigió hacia Tours en busca de la reputada gran riqueza de la ciudad.
Desesperado, Eudes huyó a París para suplicar la ayuda de su una vez enemigo, Carlos, gobernador de facto de los francos. Carlos le dio la bienvenida con prevención y aceptó ayudarle sólo con la condición de que Eudes le jurara fidelidad, algo que el duque, loco de inquietud, estaba demasiado feliz por hacer.
Reuniendo un ejército de unos 30.000 hombres, Carlos y eudes se dirigieron hacia Tours. En algún liugar entre Tours y Poitiers se encontraron con las fuerzas de adberramán, que contaba con unos 80.000 jinetes.
Durante siete días, los dos ejércitos se vigilaron nerviosamente uno al otro. Los moros trotaban con sus caballos, luciendo magníficos con sus lanzas y cimitarras, pero sin armadura alguna, dependiendo de la voluntad de Alá y de su propio feroz valor para derrotar a sus enemigos. Los francos estaban básicamente a pie, pero con ligeras armaduras, y equipados con hachas, espadas y jabalinas.
Finalmente, Abderramán dio la orden de carga, y varios millares de jinetes galoparon hacia los francos. Pero Carlos había formado a sus hombres en unos impenetrables cuadros que, aun carga tras carga, la caballería musulmana no conseguía romper. Los moros no conocían otra táctica de batalla que la salvaje carga de caballería, y sus bajas comenzaron a crecer bajo la lluvia de jabalinas y de hachas lanzadas.
Súbitamente, un grito surgió entre los moros. Su tesoro –todo lo que habían saqueado desde que habían dejado España– estaba siendo atacado. Podrían perderlo todo. Varios escuadrones de caballería volvieron grupas para proteger sus bienes. Pronto descubrieron que el grito era falso, pero para entonces ya era demasiado tarde. Los francos habían derribado a Abderramán y otras tropas moras estaban regresando del campo de batalla. La batalla, a todos los efectos, había acabado.
Los jinetes moros que se salvaron huyeron hacia España, y la amenaza musulmana sobre Europa occidental quedó resuelta hasta que Suleimán el Magnífico marchó sobre Austria en el siglo XVI.
A partir de esta batalla, Carlos fue conocido como Carlos Martel por su defensa que como un martillo, rompió el ataque moro. (…) Carlos murió en 741 a la edad de 53 años, dejando tras él prácticamente ya un reino que sería engrandecido a imperio 50 años después por su nieto, Carlomagno.


Algo menos de 250 años después de que Clodoveo, rey de los merovingios, se convirtiera al catolicismo, frente al entonces arrianismo de los visigodos, un franco, mayordomo de palacio, verdadero poder ante la indolencia de los reyes merovingios, se convirtió en martillo de infieles, limitando el avance moro a la Septimania y Provenza, hasta que Carlomagno impuso, como zona de frontera, el vasallaje a parte de lo que ahora es Cataluña, aunque entonces se conociera como Marca Hispánica (o Marches d’Espagne – cosas de los francos). Y, junto con el esfuerzo de los núcleos resistentes en el occidente de Hispania (que no Gothia), salvaguardaron al resto de Europa de ser musulmana.

Nota: En la Wikipedia francesa dice que, según ciertas estimaciones, la batalla tuvo lugar el 25 de octubre de 732 como fecha más probable. Como en mi libro, y en la Wikipedia española, dice otra cosa, y yo ya me había organizado así, pues aquí lo dejo, a mediados y no a finales de octubre, aunque con el enlace correspondiente para quien quiera curiosear más cosas.

Créditos:
Transcripción parcial del final del apartado 4 Caída del mundo romano, del capítulo III Los orígenes, según traducción de Cayetano Romano, de la obra Breve historia de Francia, de Albert Guérard, editada por Espasa-Calpe como nº 1040 de su colección Austral (1951 – tomado de la tercera edición, de 1966)
Traducción parcial y aproximada, del autor, del artículo dedicado al día 10 de octubre, de Great Stories from History for Every Day of the Year, de W.B. Marsh y Bruce Carrick (2004), según edición de 2007 por Fall River Press.
Carlos Martel en la Batalla de Poitiers, de Charles de Eteuben, tomado de Wikipedia.
Situación de la Comuna de Vouneil-sur-Vienne, en el conjunto de Francia, una de las ubicaciones estimadas de la Batalla de Poitiers, tomada de la Wikipedia.

Per a ofrenar. I-b: Hablando se entienden… tarde

Hace casi un año justo, publiqué la primera anotación de lo que iba a ser una serie comentando el Estatuto de la Comunidad Valenciana. En línea con el referido Estatuto, la serie ha sido hasta ahora un desastre, ya que se quedó en dicha anotación.

Dicha anotación versaba sobre el tema del idioma. Por seguir con ello, vengo a comentar ahora, tarde, una noticia publicada a mediados de junio, cuyo objeto, en parte y como se verá, también llega… tarde.

El caso es que hace tiempo que el Ayuntamiento de Valencia se ha dedicado a renovar las placas de las calles por otras, metálicas, azulitas (como las antiguas de cerámica, pero sin ese brillo característico). En algunos casos, el fervor renovador ha sido tal que no han esperado a que la placa inicial requiriera de dicha actuación, y la nueva la han colocado directamente sobre la vieja, como en la calle Pizarro.

Pero esta anotación no va de esto, o mejor dicho, no va de este desajuste de coordinación. Como ha podido observarse, la nueva placa ya dice ‘carrer’, aunque se ha mantenido el literal del apellido. En otros casos, la valencianización es total y exclusiva, incluso en los casos en que el original es propiamente en español, lo que se observa en los casos de las calles dedicadas, por ejemplo, a Huesca y Cuenca.

Sin embargo, en mayo de 2009 me encontré con una placa que me llamó la atención: aunque figuraba en valenciano el tipo de la vía (‘carrer’), el nombre figuraba, en la misma placa, tanto en un idioma como en otro (primero, eso sí, en valenciano), y con el mismo tipo de letra.

En todo caso, esta placa era una excepción, siendo la tónica general la de la valencianización total y exclusiva. Sobre este tema trató una queja expuesta ante la Alcaldesa de Valencia por la Asociación Nacional por la Libertad Lingüística, reclamando que, si el ahorro del gasto resultara imposible o sumamente difícil, al menos se hiciera en ambos idiomas.

El problema es que esta reclamación, presentada a mediados de junio,… llegó tarde. Porque ya se estaba aplicando. Un mes antes, al menos, en un caso, curiosamente, en la antedicha calle Cuenca (pero en otra esquina).

Pero bueno, no está de más la queja, que comparto (como puede deducirse de que ya tuviera de tiempo antes fotografías consecuentes con esta anotación).

Por cierto, en este último caso, el tipo de letra es mayor en valenciano que en español.

Lo que no sé es el tipo de letra e idioma en que dicha Asociación tendrá la contestación del Ayuntamiento de Valencia (si es que la tiene, cosa que también ignoro ya que, al menos a través de Libertad Digital, no le han dado publicidad).

Créditos:
Fotografía de una placa de la calle Pizarro, de Valencia, sobre la anterior, aún existente, de noviembre de 2008, del autor.
Montaje de fotografías de placas de las calles Huesca y Cuenca, de Valencia, (de noviembre de 2008 y julio de 2009, respectivamente), en valenciano y en español, por separado, del autor.
Fotografía de una placa de la calle Francisco Palanca Roca, de Valencia, de mayo de 2009, del autor.
Fotografía de una placa de la calle Cuenca, de Valencia, en ambos idiomas, de mayo de 2010, del autor.

Leyendo la prensa… ¡Qué canalla!

Como en un clásico eterno retorno, resulta que ahora nos sale la señora Carmen Romero, o su círculo cercano, diciendo que de la relación del famoso Felipe González (en su momento, esposo suyo) con no-sé-qué-moza-ni-me-importa, se ha enterado por la prensa.

Y es que la prensa es muy canalla. Ya lo hizo con el susodicho, obligándole a enterarse, merced a la prensa, de todo lo del terrorismo auspiciado por miembros de su Gobierno, el uso delictivo de los fondos reservados, y otras cosas similares. Creo que incluso le obligó a enterarse de por dónde caía la cárcel de Guadalajara para así poder acompanar a sus queridos compañeros hasta la puerta, y luego, si te he visto, no me acuerdo… y acto seguido se dio de baja de todas las suscripciones que tenía a los periódicos.

Y es que la prensa es muy canalla, como he dicho antes. Se merece que la lleven al paredón. O casi. Por ejemplo, a esas mismas tapias y paredes en las que el pueblo de Madrid escribía, allá por las Navidades de 1985, más o menos, esos buenos deseos para el tal Felipe, que ya referimos de pasada hace tiempo aquí.

Merry Christmas, Felipe.

En un simpático juego de palabras con el nombre de una de las nietas del Caudillo, la tal Merry, de quien se decía esto y lo otro de cierta relación con el tal Felipe.

El caso es que el tema de estas pintadas también salió en prensa (difícilmente me hubiera enterado yo si no), aunque no sé qué opinaría entonces la señora Romero. Seguro que lo de canalla se le vendría a la mente, pero ignoro a quién calificaría. Y es que con esta gente, lo sustantivo tal vez cambie, pero los calificativos se mantienen.

- - - - - - - - - - - - - - - - - -

Esta anotación, como cabe suponer, no tiene nada que ver con la vida privada de Carmen y Felipe (remedando el título de una famosa película de hace… buff años).

Simplemente, se trata de una manera de preguntarme en voz alta si es una impresión mía, o si es verdad (y en tal caso, a qué se debe) la cada vez mayor presencia de ‘noticias’ de las habituales en la antes prensa rosa, y ahora… otra cosa, no ya en las páginas, sino en las mismas portadas de Libertad Digital.

Porque una cosa es hacer una revista de prensa un día a la semana, y otra muy distinta, trabajar las noticias específicamente y para la portada. Eso por no hablar del título de la sección expresa que tienen para ello, fomentando el error en la expresión tradicional, cosa que no he comentado en la anotación anterior.

Y si me he decidido a publicar finalmente esta anotación es porque con la tormenta que ha habido esta noche en Valencia, las emisiones de ((esRadio se han ido a no sé dónde, y ahora no puedo escuchar Regreso al Camino del Sur, con el especial dedicado a Tejas.

Créditos:
Fotografía de Felipe González y Carmen Romero hace tiempo, tomada de El Mercurio, de Chile.

sábado, 9 de octubre de 2010

Prisioneros de sus palabras

Hace mucho, mucho tiempo, en una muy, muy lejana España, Fernando Lázaro Carreter tenía una sección, pequeñita, no necesitaba, entonces, mucho más, en ABC, titulada El dardo en la palabra, que posteriormente dio origen a uno o varios libros recopilatorios (todo esto, salvo error u omisión). Como se desprendía del título, la sección ponía de relieve el uso incorrecto de la lengua española, básicamente, en los medios de comunicación de la época, algo que entonces, el cometer incorrecciones, digo, estaba muy mal visto y era causa de gran vergüenza para quien lo perpetraba. Como ejemplo de las publicadas, sólo recuerdo ahora, precisamente, una que no era de un medio de comunicación: trataba sobre canciones y la sintaxis deteriorada por mor de ajustar la letra a un ritmo musical, y finalizaba reconociendo que no había encontrado ningún fallo en el estribillo de la canción interpretada por Massiel, titulada La, la, la.

Este mismo propósito es el que anima la sección llevada por Sagrario Fernández Pino, titulada Palabras al aire, dentro del programa general de Es la noche de César, de César Vidal, en ((esRadio.

Hoy publica Libertad Digital una metedura de pata ortográfica en la página de internet del Ministerio de Asuntos Exteriores. Esta noticia me viene bien para publicar a mi vez una anotación que llevaba rumiando un tiempo, precisamente acerca de la cada vez menor precisión y estilo en los medios de comunicación.

Hace poco más de un mes, el periódico Las Provincias titulaba, en relación con unos trabajos recién ejecutados en la zona de entrada de la línea de AVE a Valencia: “Dos vallas metálicas en el puente de Giorgeta alertarán de accidentes”.

Si uno se queda en el titular, lo inmediato es pensar: «¿Para qué quieres alertar de un accidente, si ya ha ocurrido? Porque si no ha ocurrido, no hay ‘accidente’» Luego, si lees el cuerpo de la noticia, te encuentras con que : “las estructuras servirán para alertar a los trenes de la caída de cualquier objeto, ya sea grande o pequeño”. Dejando la técnica a un lado, ahora sí parece tener algo más de lógica… sin entrar en el mejor o peor acierto de la construcción sintáctica ateniéndonos a los significados de las palabras y expresiones, según el diccionario.

Siguiendo con el mismo periódico, noticia más reciente: el día de la huelga, según un titular (que luego no se trasladaba a la noticia enlazada), “los sindicalistas bloquean el centro de Valencia con cargas policiales”. ¡El colmo! ¡Los pájaros disparando contra las escopetas!, que diría Federico Jiménez Losantos.

Pero ya que hemos empezado con Libertad Digital, nos quedaremos en este grupo mediático. Vamos con la ‘división’ de radio, ((esRadio.

El mismo día de la ‘alerta’ podíamos leer que “esRadio acapara cuatro nominaciones a los premios de la Academia de la Radio”.

Las acepciones de la palabra ‘acapar’ nos hablan, en relación con la cantidad, de “en cantidad superior a la normal”, “en todo o en gran parte”, y “en cantidad suficiente para dar la ley al mercado”. Teniendo en cuenta que existen trece categorías de premios, cada una con tres programas propuestos al mismo, y una última con seis programas propuestos, supone un total de 45 ‘nominaciones’. Cuatro de 45 no considero que sea ‘acaparar’.

Pero bueno, estaban esos días de principios de septiembre muy contentos por cumplir un año, y entra en lo humano este pequeño exceso.

Tres días después, ya en Libertad Digital. Si entrar en el objeto de la noticia, ni en otras posibles lecturas, me limitaré a una cuestión ‘ortográfica’. En el titular y cuerpo de la noticia, siempre se escribe con mayúscula el libro musulmán, y en minúscula, el libro cristiano. Sí, ya sé que una cosa es «un libro de la Biblia» y otra «una biblia», por eso no entro en otras lecturas.

Hasta aquí, comento textos, es decir, que ha habido opción a una lectura de y reflexión sobre lo escrito. Cuando se está hablando es más difícil ajustar la precisión sintáctica, sobre todo si se ignora; sin embargo, si, por el contrario, se conoce, en mi opinión, a quien habla le debe ‘chirriar’ lo que él mismo esté diciendo, o al menos, a mí eso me pasa. Yo lo resuelvo parándome, como buscando qué palabra decir, y rehago por completo la frase. Los que trabajan en la radio, se suponen que deben tener más tablas para ello, y sin embargo…

Por ejemplo, es increíble la total falta de uso de la conjunción ‘e’, tan total, que incluso se le ha contagiado a César Vidal (y no se lo he oído ni una, ni dos, ni tres veces solamente).

Ya para acabar, y siguiendo con él, el pasado miércoles, si no recuerdo mal, le oí algo que aunaba las letras y los números: “al menos, al menos… varios años”, en un magistral ejemplo de precisión aproximada.

Y sobre la vocalización de los locutores, presentadores, contertulios, o en general, quien se pone ante un micrófono, mejor no hablar. Yo es que cuando me enfado… no vocalizo bien.

Créditos:
Fotografía de una de las vallas nuevas en el Puente de Giorgeta, en Valencia, en septiembre de 2010, del hijo del autor.
Pantallazos de diversas noticias publicadas en internet por Las Provincias, ((esRadio y Libertad Digital.

Con la bandera en lo alto, entró

8 Viéndose el Rey Zaen falto de víveres, sin esperanza de socorro, y que sus vasallos murmuraban la entrega, envió al Rey Don Jayme un Moro, por nombre, Halialbarat, privado suyo, y hombre entre ellos de sumo esplendor: tuvo ste con el Rey varias conferencias, y para su conclusion envió Zaen à un sobrino suyo por nombre Habulhamelit, con la proposicion de varios partidos, que se convinieron recíprocamente, quales eran, entregar la Ciudad y todos los castillos de esta parte del Júcar; y que à los Moros se les diese libertad, y seguridad para salir con todos sus bienes hasta Cullera y Denia, con tregua de ocho años (como con efecto salieron de la Ciudad, encaminados con todo resguardo, segun lo pactado, en número de 50. mil entre hombres y mugeres): y asegurada esta proposicion, salió el Rey de su tienda, à cuyo tiempo vió el estandarte real sobre la torre que ahora decimos del Temple, y fue de tanto regocijo para todos, especialmente para el Conquistador, que apeando del caballo, se arrodilló en el suelo, vertiendo muchas lágrimas de gozo y ternura.
9 Rendida esta Ciudad, entró victorioso nuestro Conquistador en ella, martes à 28 de Setiembre de 1238., víspera de aquel fuerte Caudillo que con la espada en la mano arrojó del cielo al soberbio Príncipe de las tinieblas y à quantos comn ciega arrogancia siguieron su partido; anuncio para acreditar la estabilidad que había de tener la fe católica, como hemos experimentado y experimentamos, tanto por sus naturales, como por el celo y diligencia, solicitud y fuerza con que los Católicos Monarcas han procurado è incesantemente procuran ahuyentar y castigar todo género de secta en su monarquía.





Sobre la fecha, ya hablaremos en otro momento. El caso es que es hoy, día nueve de octubre, cuando se celebra la entrada victoriosa del Rey Jaime I en Valencia, tras su reconquista en 1238.




Créditos:
Transcripción de los puntos 8 y 9 (parcial) del Capítulo II Conquista de esta Ciudad por el Rey Don Jayme I. de Aragon, y sus últimos crecimientos, de la obra Resumen historial de la fundación y antigüedad de la Ciudad de Valencia de los Edetanos ó del Cid. Sus progresos, ampliacion y fábricas insignes, con otras particularidades, de Pascual Esclapés de Guilló, según edición facsímil de 1979 de Editorial París-Valencia, de la edición de 1805 (edición original de 1738).

Fotografía del Pendón de la Conquista, y de la espada del Rey Jaime I, depositados en el Museo Histórico del Ayuntamiento de Valencia, de octubre de 2010, del autor.

Fotografía de la Real Señera (copia facsímil de 1927), custodiada por la Policía Local de Valencia, expuesta al público en general ayer día ocho en el Salón de Cristales del Ayuntamiento de Valencia, del autor.

jueves, 7 de octubre de 2010

¿Placa-do el olvido?

En Valencia, aunque no le mencione expresamente, existe una calle dedicada a Carlos I, si bien en su faceta de Emperador Carlos V. Dicha calle hace esquina con una calle también dedicada a alguien importante en la historia de España: Don Juan de Austria, su hijo.



Por absurdo que parezca, se ha venido repitiendo hasta ahora (incluso con la participación de reputados historiadores) que Lepanto fue una victoria inútil. Algo en lo que también colaboraron estudiosos franceses como Braudel, que hicieron todo lo posible por desacreditar el esfuerzo de la Santa Liga, en la que Francia no participó por ser aliada del sultán. Aunque es cierto que la flota otomana se recuperó pronto del desastre y que los territorios de Anatolia no se vieron amenazados tras el triunfo naval cristiano, lo cierto es que ya nada fue igual (…).
Si Lepanto hubiera sido un triunfo anglosajón o francés, seguramente sería una de las batallas más celebradas de la historia, y el cine y la imprenta se habrían encargado de recordar su importancia a todo el mundo, pero –como ocurre casi siempre– el complejo de inferioridad histórico español lleva a minusvalorar sus propias victorias hasta extremos ridículos. La desmemoria es garrafal. Don Juan de Austria ni siquiera tiene un monumento o una estatua dignos en España, y lo peor de todo es que a nadie le importa.


Como mejor ejemplo de lo último, precisamente en estas fechas, el pasado viernes día uno, en una de las esquina de la calle Don Juan de Austria, ostentosamente… falta la placa.

Créditos:
Transcripción parcial del capítulo 5 El contraataque, de La guerra del turco. España contra el imperio otomano. El choque de dos gigantes, de Fernando Martínez Laínez, editada por EDAF en junio de 2010.
Placas de las calles Emperador y Don Juan de Austria, en Valencia, y de la no-placa, en octubre de 2010, del autor.
La batalla de Lepanto, de Paolo Veronese, imagen tomada de internet.

lunes, 4 de octubre de 2010

Primarias no viene de hacer el primo, ¿o sí?

El pasado mes de agosto, durante nuestra estancia en Madrid, regresando ya hacia el hotel, cruzamos la calle Ferraz, conocida en la actualidad por ser la sede principal del Partido Socialista Obrero Español. Era la época en que se planteaba el tema de las primarias en Madrid con el lanzamiento de Trinidad Jiménez en competición con Tomás Gómez. El caso es que, supongo que sería coincidencia, pero en la calle Ferraz había un control de la Policía Municipal de Madrid.

Ayer se celebraron en diversas agrupaciones del Partido Socialista Obrero Español, delegaciones, asociados o como tengan decidido organizarse, lo que pomposamente se ha venido en llamar “primarias”. Las más ‘mediáticas’ fueron las realizadas en Madrid en relación con el cabeza de lista para las próximas elecciones autonómicas en dicha Comunidad.

La portada de Público resultaba ser muy sencilla: TG frente a TJ. De esto, y en general, de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, podría deducirse que se trataba de elegir entre dos alternativas, si no claramente, sí suficientemente definidas. No puedo decir nada sobre esto, ya que tampoco he seguido con especial interés este ‘enfrentamiento’. Lo único que se me ha ocurrido es una visión literaria del tema: si se nos presentara ahora un a modo de antítesis ortográfico de Juan Ramón Jiménez, tendríamos escrito Jiménez en su otras versión, es decir, Jiménez, y por tanto, la portada de Público quedaría reducida a TG – TG. Es decir, la situación ya queda claramente definida.

Sin embargo, más sencilla ha resultado la portada de Las Provincias de hoy. Como puede observarse, el titular principal y sin opción a perdérselo, pues va acompañado por una enorme foto, es relativo al resultado de Madrid. En un pequeño y discreto recuardo, se puede leer: “El oficialista Joan Calabuig se impone en Valencia”. Hasta aquí, todo en sintonía con los vientos informativos de estos días pasados. El único problema es que el periódico Las Provincias es… de Valencia.

En resumen, ¿quién es este Calabuig, que ni siquiera merece honores de portada? En primer lugar, debo desmentir que tenga algo que ver con el famoso pueblo (en versión castellanizada) de la simpática película titulada Calabuch, dirigida por Luis García Berlanga.





No, no tiene que ver con la película: resulta que se trata de un Diputado del Congreso, elegido por la provincia de Valencia. Y no es alguien que haya estado callado en el Congreso: a fecha de hoy, se recogen 60 intervenciones en esta legislatura. La inmensa mayoría en comparecencias de miembros del Gobierno ante Comisiones, pero incluso ha dirigido preguntas al Gobierno.

Hoy, como nos decía hace pocas fechas un destacado dirigente de una ONG, no solo no tenemos que avergonzarnos del papel de nuestra cooperación, sino que con el apoyo de todos hemos conseguido situarla entre los países más avanzados. Además contamos con el decidido apoyo ciudadano, ya que los españoles son de los ciudadanos europeos que mayor compromiso expresan con la necesidad de apoyar a los países menos desarrollados y combatir el hambre y la pobreza. (…) Es cierto también que para nosotros los socialistas la solidaridad es un principio esencial que está en lo más hondo de nuestra militancia política y social, es sencillamente por ello que siempre encontrarán a miles de socialistas allá donde haya que contribuir a la acción solidaria, y les aseguro que estamos muy orgullosos de su esfuerzo y de su trabajo. Pero lo que les guía a todos en este campo no es un acto partidista, sino valores de lucha contra la pobreza, de trabajo para acabar con el hambre, para hacer que la cooperación sea cada vez más eficaz, para mejorar la vida de la gente que sufre. Todos ellos merecen el apoyo del conjunto de la sociedad y muy especialmente el de nosotros, los representantes de los ciudadanos. Es muy lamentable que para determinados sectores conservadores, que viven en un permanente Tea party, no haya excepción a la hora de hacer una utilización política y atacar al Gobierno. Es muy grave poner en cuestión el trabajo de las ONG y dudar de un sistema de apoyo público cada vez más riguroso, más transparente, más justo y trabajado desde criterios de consenso.

Estas cosas, por ejemplo, dijo este señor diputado el pasado 24 de marzo último cuando preguntó al inefable Moratinos acerca de la “Valoración de la implicación y compromiso de las ONG de desarrollo en los objetivos y estrategias de la cooperación española”. Reconozco que no he tenido aún el humor de leer la respuesta del Ministro.

Y más recientemente, el pasado día 28 de septiembre, ha intervenido defendiendo el texto de la “Proposición no de Ley sobre seguridad de los cooperantes en el exterior”. Empezó por el principio: “el motivo que ha impulsado la presentación de esta propuesta ha sido la liberación de los tres españoles secuestrados en Mauritania el 29 de noviembre de 2009, Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, estos dos últimos después de haber pasado 267 días en manos de sus secuestradores. Somos conscientes en esta Cámara de los riesgos a que se enfrenta nuestro personal humanitario, nuestras misiones civiles y las de nuestras Fuerzas Armadas en las zonas de conflicto, incluida la labor de determinadas órdenes religiosas que también desde hace muchos años desarrollan sus misiones en lugares donde son muy vulnerables”. También dijo: “Señorías, no podemos estigmatizar el voluntariado, como se ha cuestionado en alguna declaración que se ha recogido recientemente en algunos medios de comunicación pero, eso sí, necesitamos atender situaciones y casos en los que la acción se desarrolle en países de especial riesgo, en los que es imprescindible una adecuada preparación y un buen conocimiento del terreno. La cooperación para el desarrollo exige un grado cada vez más alto de profesionalización”. Sobre el pago del rescate, no he leído que dijera nada.

Como cabe intuir, la mayoría de las intervenciones de este diputado son en relación con cuestiones internacionales de la llamada ‘Cooperación’, y en concreto, en el marco de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Y este mozo, ahora, parece que considera que ya ha viajado bastante con cargo al bolsillo de los españoles, y quiere hacerlo a partir de mayo sólo con cargo a los vecinos de Valencia ciudad. Vamos, que se quiere presentar a alcalde.

Pues un poco más, y ni siquiera consigue que se enteren en el periódico Las Provincias.

P.D. Reflexionando sobre sus intervenciones en el Congreso, tal vez sí tenga que ver, finalmente, con la película Calabuch.





Créditos:
Fotografía de un control de la Policía Nacional en Valencia.
Portada de Público del día 3 de octubre de 2010.
Portada de Las Provincias del día 4 de octubre de 2010.

domingo, 3 de octubre de 2010

((esProgramación ¿desprogramada?

Ayer tenía puesto ((esRadio cuando me di cuenta, al oír de fondo una de las cuñas relativas a la programación del fin de semana, que habían dicho algo que no me cuadraba. Por tal motivo, cuando más adelante la repitieron, presté atención y me di cuenta de que, efectivamente, algo no me cuadraba.

En su momento critiqué la posible autocensura en ((esRadio al comentar que había dejado de oír una cuña en la que se hacía referencia al estilo radiofónico de Carlos Pumares.

Dicha cuña, al poco, fue ‘recuperada’ en la programación, siendo algo después objeto de crítica (así como también Libertad Digital en su conjunto por cómo se estaba comportando), en medio de diversos comentarios a una anotación del blog de Pío Moa que, naturalmente, no tenía nada que ver con el caso.

A finales de agosto, también comenté otro caso en ((esRadio, éste mucho peor, dadas las caracteríticas que se reunían en la exposición del ‘conductor’ del programa. Me refiero a Miguel Hernán y En un lugar de la noche. Como indiqué en su momento, tomé la decisión de no volverlo a oír, y si por una de ésas trasnochaba lo bastante para llegar al final del programa Regreso al Camino del Sur, de César Vidal, en la madrugada del sábado al domingo, me limitaba a escuchar los primeros compases de Scherazade que servía como sintonía del programa, y entonces apagaba la radio.

Hasta anoche. Y es que lo que oí por la tarde era que ese programa ya no lo hacían. Mejor dicho, no oí que hicieran ese programa, lo que me llamó la atención, porque en ningún momento he escuchado o leído que haya habido variación en la programación de ((esRadio en esta nueva temporada. Y sí, pero no, o no, pero sí. Me explico.

Hemos mostrado en la cabecera del programa en cuestión, cómo en esas horas se indicaba en una esquina que se estaba emitiendo Regreso al Camino del Sur. De hecho, en la página principal de ((esRadio, en esos mismos momentos de esta madrugada, se mostraba que a continuación de Regreso al Camino del Sur, llegaría En un lugar de la noche.

Sin embargo, en la nueva programación, actualizada durante la mañana del viernes día uno, se puede ver que En un lugar de la noche ha desaparecido por completo, tanto de la madrugada del domingo, como de la del lunes. Para quien tenga curiosidad, en el audio del programa del día 26, último existente en la fonoteca de ((esRadio, ni al principio ni al final (lo único que he oído) se hace referencia a que se trate del último programa. Por cierto, el programa ya no es fácilmente accesible, al no figurar en la parrilla, salvo en aquellas páginas donde todavía figura, con horario y todo, no sé por qué. ¡Ah, se me olvidaba! Efectivamente, el programa en cuestión no se ha emitido esta madrugada.

Supongo que este cambio de programación no será consecuencia de la anotación que entonces hice en este diario, pero desde luego, no tengo noticia de que la emisora haya dado explicación alguna a ello. Tampoco es que me importe mucho, claro.

Por cierto, como colofón a esta anotación sobre la nueva programación, podemos señalar que las repeticiones que se hacían en la tarde del fin de semana de los programas ‘estrella’ de las madrugadas anteriores, Cowboys de medianoche y el ya mencionado Regreso al Camino del Sur, han sido totalmente desplazadas a la más profunda madrugada por… el fútbol. No sé cómo se lo habrán tomado, especialmente, César Vidal, justo poco después de haber hecho el esfuerzo de tener una pequeña sección de deportes en su programa nocturno.

Cosas de la publicidad, imagino, igual que el que ahora Regreso al Camino del Sur esté patrocinado por Adipesina, cuando la temporada anterior era por Viajes El Corte Inglés, si no recuerdo mal. Eso sí, Telefónica (no lo han cambiado por Movistar), sigue con los vaqueros.

Créditos:
Pantallazos de diversas páginas de ((esRadio, de la madrugada del sábado 2 al domingo 3 de octubre de 2010.

viernes, 1 de octubre de 2010

Con un par de… ruedas

Durante nuestro viaje a París a principios de septiembre de 2008, pudimos ver la existencia en aquella ciudad de un servicio de bicicletas, que se podían coger en una estación y dejar en otra sin mayores problemas.

Poco después (en febrero de 2009) sospecho que alguien se ha chivado al Ayuntamiento de Valencia, porque si no, no se entiende que se les haya ocurrido la misma idea. En julio ya lo tienen, parece, bastante avanzado, e incluso “durante esta semana [la del 7 de julio], de lunes a viernes, se podrán observar en horario de mañana (9 a 14 horas) ambos modelos de bicicleta que también cualquier ciudadano podrá conocer, si se acerca a la puerta principal del Ayuntamiento en la avenida de Aragón”. El caso es que yo sí que vi esas bicicletas “de comprobación”, pero o no les hice la preceptiva fotografía, o no consigo encontrarla. Pero bueno, ya se sabe que las bicicletas son para usarlas, moviéndose por la ciudad, y el que se mueve, no sale en la foto.

Hace prácticamente un año, se resuelve provisionalmente el concurso en cuestión, anunciándose que la disponibilidad del servicio estaría en un plazo de seis meses. Sin embargo, antes de que venciera el plazo, en marzo, ya nos lo anunciaban para el verano (se ve que alguien vio la película, y no quiso desentonar).

Y justo, justo cuando entraba el verano, se puso en marcha; entre la alegría del Ayuntamiento, que traslada a un periódico (Levante) y a otro (Las Provincias), aunque éste se hace eco de las quejas de los comercios dedicados a este negocio (en particular, en relación con el uso por los turistas).

La alegría dura incluso un día más, merced a lo extravagante que resulta hacer estadísticas con tan pocos datos. No obstante, el éxito del servicio es tal que incluso estaciones que ya están terminadas, ni siquiera figuran como “próximamente disponibles” en la página de internet de valenbisi.

A la vuelta del verano, el Ayuntamiento ha hecho un nuevo balance del servicio, encontrándose muy contento de haberse conocido. Y yo, por fin, he querido contribuir a ello. Ayer me di de alta en el servicio, y soy ya el abono doce mil y pico, es decir, que pronto tocaremos a una bici por cada diez abonados. Menos mal que soy bueno, y lo dejaré, en general, para los demás.

Sin embargo, ayer mismo lo estrené. Pero el sistema no estaba para tantas prisas, y no me dejó aún. Tuve que hacerlo por gentileza del abono de mi hermano. Y así pude regresar desde su casa hasta la mía. El trayecto, que en las distintas noticias se ponderaba entre unos 16 ó 20 minutos, acabó siendo de 23 minutos, y es que hay que ver los semáforos que pillas si lo quieres hacer bien. Aquí podemos ver la heroína que me soportó durante este tiempo.

Al llegar a la estación cercana a casa, coincidí con un vecino también usuario del sistema, al igual que su mujer; o sea, que de verdad, de verdad, al menos somos cuatro.

Tengo que reconocer que después de no sé cuántos años sin ir en bicicleta, la experiencia me ha cambiado. Y qué mejor que unas fotos para demostrarlo.



Sí, es cierto, yo también noto algo extraño en ellas, no sé… pero algo no me cuadra… ¡Ah, ya! ¡Cuando iba con la bici era de noche, no de día!

Créditos:
Fotografía de una estación de biciletas de alquiler, en París, en septiembre de 2008, del autor.
Fotografías de una estación de biciletas de alquiler, en Valencia, en construcción y finalizada, en junio de 2010, y en condiciones de funcionamiento, en julio de 2010, del autor.
Fotografía de la bicileta utilizada, en septiembre de 2010, del autor.
Fotogramas de la película Dos hombres y un destino.