Uno de estos días, en
respuesta a no recuerdo ahora bien qué pregunta de mis hijos, he mencionado la
palabra “lumbre”.
Resultó que ninguno de
los dos la conocía, y eso que la mayor ya luce diecisiete años.
Lo que me lleva a pensar
en el drástico empobrecimiento del vocabulario que existe en España.
Y es que, hay mucha
lumbrera por ahí… apagada, claro.
Créditos:
Fotografía de la lumbre
en la chimenea de casa de mi hermana, en abril de 2012, del autor.
Si hubieran vivido en un pueblo de Extremadura en los años 70 y hubieran oído millones de veces frases como: "Hace frío, acércate a la lumbre"; o a los ancianos con un pitillo que se preguntaban entre ellos "¿Tienes lumbre?" y entonces uno de ellos sacaba un encendedor de mecha y le daba lumbre, pues sabrían lo que la palabra significa.
ResponderEliminarPero hoy hay calefacción central y, desde ZP, la cosa de fumar está difícil, así que no puedes reprochárselo.
;-)
Ayer me comentaba mi madre una anécdota que, aunque no tiene que ver con el vocabulario, sí me hizo recordar esta anotación, al hilo del cambio generacional que apuntaba S.Cid. Así que aquí os la traigo:
ResponderEliminarA una de mis hermanas le regalaron hace poco un teléfono "versión nostálgica", con su auricular, su dial... Muy gracioso, por cierto. Pues bien, como estos días mi hermana está fuera, mi madre quedó encargada de regarle las plantas y allá que fue, acompañada de dos de los nietos (obviamente, de otra hermana), que también le han tocado "en suerte" esta semana... Por lo visto, lo primero que preguntaron fue "qué era aquello" y, cuando mi madre les dijo que "un teléfono", lo siguiente fue preguntar "cómo se tecleaban los números"... ;-)
¡Y yo que he llegado a usar una centralita de las de clavijas...! Prehistoria pura (de la comunicación), claro.
Abrazos.
¿Tantos años han pasado desde que éramos niños?, pues anda que...
ResponderEliminarYo también tengo un teléfono de "rueda" y además en funcionamiento, y confieso que me encanta que el número al que llamo tenga muuuuuchos ceros; cuando mis hijos lo vieron pulsaban el "bujero" y decían, "mamá, no va", y claro tuve que enseñarles el difícil mecanismo de arrastrar la rueda hasta el final y soltarla, vaya diversión que encontraron.
Otro gran descubierto fue el de la máquina de escribir, la primera pregunta ¿dónde está la pantalla, mamá?, a la que siguió, y ¿el intro?.
Y el colmo fue cuando les puse en la televisión una película del oeste, al mayor le gustan mucho, y empecé a oír sus gritos de, "mamá, la tele se ha estropeado, corre, ven"; la película era en blanco y negro. No les cabía en sus pequeñas cabezas que las películas no fueran en color.
Y hasta aquí algunos recuerdos de la abuela Cebolleta.
Felices paso de los años y avances de la tecnología.
Por lo que os leo, observo que, efectivamente, han pasado muchos años desde que erais unas chiquillas.
ResponderEliminarUn saludo a todas.