“Con el hallazgo de la Cruz, a partir del cual surge esta basílica,
historia y leyenda empiezan a entrelazarse. Eusebio de Cesarea (265 aprox.-340)
relata que el emperador Adriano mandó construir unos templos paganos en el
Calvario y en el S. Sepulcro, para que la memoria de los acontecimientos importantes
para los cristianos cayera en el olvido. Una vez acabadas las persecuciones y
proclamado el Edicto de Milán (o de Tolerancia, año 313), el emperador
Constantino mandó destruir los templos paganos para edificar en esos mismos
lugares un nuevo y grandioso templo cristiano: el Anastasis y Martyrion.
En este período, la anciana madre del Emperador
emprendió un viaje a Tierra Santa
Elena había nacido en Drepanum, en Bitnia, en el
250 y sólo cuando alcanzó la edad madura abrazó la fe cristiana. (…)
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Recientes excavaciones arqueológicas (1996) han
sacado a la luz los restos de una pila bautismal y algunas tumbas en la antigua
capilla de S. Elena. Así se tuvo la prueba de que el lugar de culto original no
era en absoluto una capilla palatina de uso privado, sino un lugar de culto público
donde la comunidad cristiana de Roma profesaba su fe cerca de las Reliquias de
la Pasión de su Salvador.”
Créditos:
Extracto del capítulo Santa Elena, de la mini-guía La Basílica de Santa Cruz de Jerusalén,
con texto de Emilia Stolfi, editada por Lozzi Roma s.a.s.
Fotografía de la Cruz de Mayo elaborada por los alumnos
de la Escuela Valenciana de Arte Floral, colocada ante la entrada principal del
Ayuntamiento de Valencia, esta tarde, del autor.
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