Uno de los problemas que
existen en España es la excesiva vinculación entre la prensa y el poder, sea
cual sea aquélla y sea cual sea éste, y qué puede pasarle a aquélla cuando éste
se molesta.
Por si no teníamos
bastante con el reciente éxito de don
Mariano (pues aquellos polvos aun antes de jurar el cargo, o estos barros más
recientes, seguro que no son cosa suya), con el que ha demostrado ser en este mundo
mucho más contundente que Felipe González y José María Aznar juntos, para que luego
digan, esta semana parece haber hecho dos muescas más, primero una faena de
aliño al toro, y luego ya al país entero.
Pero es que, encima, va y
resulta que hoy mismo, en línea con las enfermedades de garganta de que nos
habló el párroco el día de San Blas, nos sale el Papa Francisco, como un
Tolkien cualquiera, hablando de las “lenguas de serpiente”.
¡A este paso van a acabar
con el periodismo español!
(O no)
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