miércoles, 26 de febrero de 2014

Viejos ejemplos de eternos jóvenes... abandonados

Cualquier lector habitual de Tintín sabe que en sus aventuras sufre numerosos caídas, golpes y desmayos; como suele pasar en los tebeos, sin mayores consecuencias, aunque, en algunos casos (una explosión en la casa, y, en especial, cuando es tiroteado), sí necesita cuidados médicos.


En ocasiones, le lleva tiempo la recuperación, y en otras, decide que ya está curado. La cuestión, como vemos, es superar la enfermedad (o el daño), y regresar a la actividad.


Con esta actitud (y con su personalidad y carácter), no es de extrañar que en cuanto pueda, ayude a quien esté enfermo, dañado o en riesgo (salvo, en ocasiones, a los malos). Pronto lo vemos, sea en el Congo colonial…


… o en la China ocupada (para gran extrañeza del ayudado),…


… quien lo vuelve a ser, esta vez en el Tíbet (aún no ocupado).


Asimismo, él o algún amigo suyo, indica la conveniencia de una consulta médica para descartar males mayores.


Podríamos recordar que Tintín es belga, y que en este mes de febrero se cumple el aniversario de la Constitución de Bélgica (tras serle reconocida la independencia de Holanda, con quien le habían hecho formar los Países Bajos). Aunque la fecha de la proclamación no está muy clara, el aniversario de su entrada en vigor fue ayer, día 25.

También podríamos recordar que en Bélgica, este mismo mes de febrero, hace 13 días, se aprobó la eutanasia infantil, a pesar de todos estos ejemplos de Tintín (la mayoría, precisamente, con niños).


Con lo que, Tintín, y quienes piensan como él, lo mismo tienen que acabar en el exilio.

Actualización del 27 de febrero:
Se ha presentado ante el Rey de los belgas una solicitud (respaldada por 210.000 firmas) para que no sancione la ley aprobada. No sé la viabilidad de la solicitud, pero ahí está.

Créditos:
Viñetas de diversas aventuras de Tintín, de Hergé, publicadas por Editorial Juventud (en 2003, salvo indicación en contrario), que en orden, son:
El asunto Tornasol (1956), de la vigésimo primera edición;
El Loto Azul (1936 y 1946), de la vigésimo segunda edición;
Objetivo: la Luna (1953), de la vigésima edición;
La Isla Negra (1938 y 1943), de la decimoséptima edición;
Tintín en el Congo (1931 y 1946) de la primera edición (de diciembre de 1968);
El Loto Azul (de nuevo);
Tintín en el Tíbet (1960), de la vigésimo segunda edición;
Las joyas de la Castafiore (1963), de la décimo octava edición;
Las siete bolas de cristal, (1948), de la vigésimo primera edición;
(todos los álbumes, de la biblioteca del autor.)

2 comentarios:

  1. Yo me he perdido ¡mil millones de demonios!

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  2. Tranquilo, URUMO, ya están Tintín y el capitán de camino para rescatarte.

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