“Madrid es un pueblo ruinoso que no logra sostener un río y pretende
tener mar. El mar es la obsesión de Madrid, de donde, cuando llega el verano,
emigran la mitad de los habitantes a los pueblos del litoral. En Madrid se
quedan únicamente los que no tienen dinero, y éstos, como no pueden ir en busca
del mar, quieren traérselo a sus casas. (…)
Madrid llegará a imitar el mar casi tan bien como
ha imitado el río: ese calumniado Manzanares que, para la poca agua que tiene,
desempeña su papel fluvial con bastante decoro. (…)
Lo más marino de Madrid es el estanque del Retiro.
A mí ese estanque del Retiro me da la sensación del mar mucho mejor que el mar
de las playas. Los pueblos marinos se han hecho adaptándose al mar, mientras
que en El Retiro se ha hecho un pequeño mar, según las necesidades de Madrid.
En una playa cualquiera no hay nada más que un poquito de mar, y en Madrid
tenemos un mar completo.
(…) En el estanque del Retiro no hay medio de
ahogarse, y en esto consiste su principal ventaja con respecto al mar. El estanque
del Retiro nos procura todas las excelencias del mar sin tener ninguno de sus
defectos. Es un mar hecho para los hombres mientras que el verdadero mar está
hecho para los peces. Una excursión por el estanque del Retiro nos procura
todas las sensaciones agradables de un viaje por mar, sin que nos las amarguen
los síntomas del mareo ni el riesgo del naufragio. Al fin y a la postre, alguna
diferencia ha de haber entre aceptar un mar antiguo -el mar de los pueblos del
litoral- o hacerse un mar expresamente.
Lo malo es que en el estanque no se puede estar
durante las horas de sol. ¡Precisamente las horas en que está abierto El Retiro!
En cuanto el sol molesta se abre El Retiro y puede embarcarse el público. Cae
el sol y, cuando el estanque empieza a quedarse en sombra, El Retiro se cierra;
así es que la gente sólo se decide a embarcarse los días de lluvia.
¿Por qué no ha de estar abierto El Retiro por las
noches? ¿Es también ésta una cuestión de moral? Con una buena iluminación se
garantizaría la moral y se divertiría el pueblo de Madrid, aunque sólo fuese
hasta la una y media. Yo tengo un proyecto de canalización del estanque del
Retiro, cuyo desarrollo me reservo para mejor ocasión. Mientras tanto me limito
a preguntar por qué se cierra El Retiro en cuanto anochece. El estanque, que
sería un encanto por las noches, no nos sirve para nada durante el día. ¿A qué
se debe esto? ¿Qué privilegio tiene en El Retiro la parte de la Exposición de
Industrias, en la que no hay ninguna industria para que esté abierta mientras
lo demás está cerrado?
He aquí una cuestión importante que bien pudiera
justificar un poco este artículo de incoherencias.”
Créditos:
Extracto del artículo La falsificación del mar, de Julio Camba,
publicado en El Mundo el 22 de julio de
1908, tomado de Crónicas de viajes. Impresiones
de un corresponsal español, antología de artículos de Julio Camba realizada
por Francisco Fuster, y editada por Fórcola como número 9 de su colección Periplos (pp. 86-88), de la biblioteca del
autor.
Detalle de fotografía con
reflejos en el estanque del Parque de El Retiro, una tarde de octubre de 2013, del
autor.
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