Hace casi sesenta y siete años y medio se pronunció una frase que se hizo famosa, como esperanza para los que se quedaban, como ánimo para quienes lo recibían, y como incentivo en general para muchos cuyas expectativas se encontraban en horas muy bajas.
La frase era “¡Volveré!” y la pronunció el General Douglas MacArthur. Menos de treinta meses después, cumplió su palabra (como se refleja en esta foto del New York Times). Dentro de treinta y tres días, aprovechando la fecha, volveremos con otras palabras y otro discurso del general. De momento, nos quedamos con el año 1944.
Aunque ese año, como todos, duró, más o menos, 365,24219 días, formalmente era bisiesto, lo que introdujo un pequeño problema como se ilustra en la viñeta del London Evening News, tomada del libro Mapping time. The calendar and his history, de E.G. Richards, que ya conocemos en estas páginas.
Festividades aparte, qué fácil sería que el calendario fuera siempre igual, evitándonos trastornos. Intentos ha habido, pero no han cuajado; son muchos siglos de tradición y ni siquiera el calendario revolucionario francés consiguió imponerse más allá de las referencias históricas al 18 de Brumario y al mes de Termidor.
Sin embargo, como el calendario no es tan diferente de un año a otro, sí podemos aprovechar algo, en línea con lo apuntado por la viñeta, aunque no es tan sencillo. Por ejemplo, ¿cada cuánto tiempo coinciden plenamente en el mismo año las hojas del calendario del mes diciembre con las del mes de septiembre? Es decir, si el 1 de diciembre es martes, también lo es en septiembre, el 2 es miércoles en diciembre y también en septiembre, y así sucesivamente.
Como estamos hablando de calendarios, el primer acertante a esta cuestión podrá celebrar la fiesta de Nochevieja,… según su leal saber y entender.
Aunque para entonces, para tener algo de qué hablar durante la fiesta, comentaremos el tema del cambio de año.
Por cierto, se me olvidaba: ya he vuelto.
La frase era “¡Volveré!” y la pronunció el General Douglas MacArthur. Menos de treinta meses después, cumplió su palabra (como se refleja en esta foto del New York Times). Dentro de treinta y tres días, aprovechando la fecha, volveremos con otras palabras y otro discurso del general. De momento, nos quedamos con el año 1944.
Aunque ese año, como todos, duró, más o menos, 365,24219 días, formalmente era bisiesto, lo que introdujo un pequeño problema como se ilustra en la viñeta del London Evening News, tomada del libro Mapping time. The calendar and his history, de E.G. Richards, que ya conocemos en estas páginas.
Festividades aparte, qué fácil sería que el calendario fuera siempre igual, evitándonos trastornos. Intentos ha habido, pero no han cuajado; son muchos siglos de tradición y ni siquiera el calendario revolucionario francés consiguió imponerse más allá de las referencias históricas al 18 de Brumario y al mes de Termidor.
Sin embargo, como el calendario no es tan diferente de un año a otro, sí podemos aprovechar algo, en línea con lo apuntado por la viñeta, aunque no es tan sencillo. Por ejemplo, ¿cada cuánto tiempo coinciden plenamente en el mismo año las hojas del calendario del mes diciembre con las del mes de septiembre? Es decir, si el 1 de diciembre es martes, también lo es en septiembre, el 2 es miércoles en diciembre y también en septiembre, y así sucesivamente.
Como estamos hablando de calendarios, el primer acertante a esta cuestión podrá celebrar la fiesta de Nochevieja,… según su leal saber y entender.
Aunque para entonces, para tener algo de qué hablar durante la fiesta, comentaremos el tema del cambio de año.
Por cierto, se me olvidaba: ya he vuelto.
Siempre coinciden. Lo mismo que el año, aunque sea bisiesto, que septiembre sólo tiene 30 días diciembre tiene 31. Está hecho para que siempre tengamos la posibilidad de hacer un puente en la semana de las fiestas autonómica y nacional, ¿no?, bueno pues no será por eso.
ResponderEliminarAun sin haber acertado la nueva pregunta que proponías a los lectores (aún estoy esperando mi piruleta de premio por haber contestado a la de las estrellas en la bandera americana), seguro que mi Nochevieja la celebraré a mi leal saber y entender: con un buen libro y la tele amordazada ;-)
ResponderEliminarSaludos gratos y especiales, esta vez, por tu vuelta.
S. Cid
PS: Por cierto..., se me olvidaba... Yo también he vuelto ;-)