domingo, 6 de diciembre de 2009

Lo pasado, pasado

Tal día como hoy, pero del año pasado, me acerqué con mis hijos a las Cortes Valencianas, en la plaza de San Lorenzo de aquí de Valencia, con la excusa de la jornada de puertas abiertas que realizaban con motivo del día de la Constitución.

Era sobre las seis de la tarde, y más me dio la impresión de que no veían la hora de irse quienes estaban allí por obligación. Los demás, íbamos tranquilos, de campo y playa que se dice.

Pero aún así, pasamos a toda velocidad por diversos salones (lo que nos permitió apreciar que no es cierto que en los Parlamentos falten luces) hasta llegar al hemiciclo de rigor que hay en todos los sitios de esta naturaleza (salvo en las cámaras del Parlamento británico, que son rectangulares y alargadas, o eso he visto en las películas).

En él, el protocolo habitual en estos casos: la gente sentándose en las distintas butacas (traspuestas en escaños simplemente por el sitio en donde se encuentran), muy contentos quienes encontraban el escaño de alguien conocido (hay pocos, hay que reconocerlo), y haciéndose fotos. Yo, también: intenté incluso subir los escalones que conducían a la zona de la presidencia, pero no me dejaron, y eso que no iba a leer ningún artículo incómodo de la Constitución, sino sólo a hacer una foto del conjunto. Supongo que sería porque los chicos de la prensa ya se habían ido horas ha, y, claro, paripé con el pueblo, el justo (de hecho, al día siguiente sí se publicaron fotos de gente sentada en esas butacas a las que a mí no me dejaron llegar).

Nos regalaron un ejemplar de la Constitución Española y del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, en una imponente edición de 85 x 55… milímetros cada ejemplar.



Y todo eso en una bolsa de papel con el logo modernizado de las Cortes Valencianas (estuches para ambos textos legislativos ya no les quedaban), con la cual, muy amablemente, nos abocaron contra la puerta que comunicaba con la calle lateral. Vamos, que nos echaron.

Este año, claro, no hemos vuelto. Pero estas ausencias no han sido noticia.

1 comentario:

  1. Estimado Posodo, las ausencias del común de los mortales no es noticia nunca. Yo estuve en el Congreso de los diputados cuando era una adolescente (me llevó el colegio) y no he vuelto nunca más. Eso sí, cada cuatro años fui puntual a la hora de introducir mi papeleta en la urna. Eso..., hasta las pasadas elecciones, claro. Para las próximas (y a partir de entonces), mi ausencia, aunque no noticiable, será un hecho al que los señores diputados tendrán que acostumbrarse.

    Saludos.

    S. cid

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