Por cuanto por parte de vos, Miguel de Cervantes Saavedra,
nos fue fecha relación que habíades compuesto la Segunda parte de don Quijote de la Mancha, de la cual hacíades presentación, y por
ser libro de historia agradable y honesta, y haberos costado mucho trabajo y estudio,
nos suplicastes os mandásemos dar licencia para le poder imprimir y privilegio
por veinte años, o como la nuestra merced fuese; lo cual visto por los del nuestro
Consejo, por cuanto en el dicho libro se hizo la diligencia que la premática por
nos sobre ello fecha dispone, fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra
cédula en la dicha razón, y nos tuvímoslo por bien. Por la cual vos damos
licencia y facultad para que por tiempo y espacio de diez años cumplidos
primeros siguientes, que corran y se cuenten desde el día de la fecha de esta
nuestra cédula en adelante, vos, o la persona que para ello vuestro poder hobiere,
y no otra alguna, podáis imprimir y vender el dicho libro que de suso se hace mención,
y por la presente damos licencia y facultad a cualquier impresor de nuestros reinos
que nombráredes para que durante el dicho tiempo le pueda imprimir por el
original que en el nuestro Consejo se vio, que va rubricado y firmado al fin de
Hernando de Vallejo, nuestro escribano de Cámara, y uno de los que en él
residen, con que antes y primero que se venda lo traigáis ante ellos, juntamente
con el dicho original, para que se vea si la dicha impresión está conforme a él,
o traigáis fe en pública forma como por corretor por nos nombrado se vio y
corrigió la dicha impresión por el dicho original, y más al dicho impresor que
ansí imprimiere el dicho libro no imprima el principio y primer pliego dél,
ni
entregue más de un solo libro con el original al autor y persona a cuya costa
lo imprimiere, ni a otra alguna, para efecto de la dicha correción y tasa,
hasta que antes y primero el dicho libro esté corregido y tasado por los del
nuestro Consejo, y estando hecho, y no de otra manera, pueda imprimir el dicho
principio y primer pliego, en el cual inmediatamente ponga esta nuestra
licencia y la aprobación, tasa y erratas, ni lo podáis vender ni vendáis vos ni
otra persona alguna, hasta que esté el dicho libro en la forma susodicha, so
pena de caer e incurrir en las penas contenidas en la dicha premática y leyes
de nuestros reinos que sobre ello disponen; y más que durante el dicho tiempo
persona alguna sin vuestra licencia no le pueda imprimir ni vender, so pena que
el que lo imprimere y vendiere haya perdido y pierda cualesquiera libros,
moldes y aparejos que dél tuviere, y más incurra en pena de cincuenta mil
maravedís por cada vez que lo contrario hiciere, de la cual dicha pena sea la
tercia parte para nuestra Cámara, y la otra tercia parte para el juez que lo
sentenciare, y la otra tercia parte para el que lo denunciare; y más a los del nuestro
Consejo, presidentes, oidores de las nuestras Audiencias, alcaldes, alguaciles
de la nuestra Casa y Corte y Chancillerías, y a otras cualesquiera justicias de
todas las ciudades, villas y lugares de los nuestros reinos y señoríos y a cada
uno en su juridición, ansí a los que agora son como a los que serán de aquí
adelante, que vos guarden y cumplan esta nuestra cédula y merced, que ansí vos
hacemos, y contra ella no vayan ni pasen en manera alguna, so pena de la
nuestra merced y de diez mil maravedís para la nuestra Cámara.
Dada en Madrid, a treinta días del mes de marzo de
mil y seiscientos y quince años.
YO EL REY
Por mandato del Rey nuestro señor:
PEDRO DE CONTRERAS”
Créditos:
Transcripción del Privilegio
Real por el que se autorizaba la impresión de la Segunda parte de don Quijote de la Mancha, tomado de la edición
realizada por Editorial Planeta, con motivo del cuarto centenario de la
publicación de la primera parte de la novela, según edición y notas de Martín
de Riquer, ilustrada por Antonio Mingote (pp. 814-815, en el tomo 5).
Fotografía parcial de las
figuras que adornan el portal del edificio de la Avenida del Reino de Valencia,
58, en Valencia, con el busto de Miguel de Cervantes, en julio de 2013, del
autor.
Dentro de un minuto,
tendrá lugar en España el cambio del horario de invierno al de verano.
Al margen de la habitual polémica, ésta decisión ayudará, sin duda
alguna, a que haya aún más una mayor disparidad en la hora mostrada en los
relojes.
Créditos:
Fotografía donde se
aprecia el reloj del edificio principal del Ayuntamiento, y el de un local en
la calle Correos, en Valencia, en febrero de 2015, del autor (cuando el reloj
de la cámara de fotos marcaba las cuatro de la tarde).
“Con el tiempo, esta furgoneta en concreto, elegante con su pintura roja
y crema, se convertiría en la más conocida de Hardborough. Era la furgoneta de Brompton's,
la tienda de Londres que ofrecía servicio de biblioteca a libreros de
provincias, sin importar lo lejos que estuvieran. A petición de Florence, le
habían traído los primeros volúmenes, y ella tenía que firmar un compromiso y
leer las condiciones que proponía Brompton's.”
Por esas vueltas que da
la vida, el nombre de la empresa de transportes que en una novela repartía los pedidos editoriales ha venido a coincidir
con el nombre de la empresa en que Bromera, una editorial valenciana, participa
para el transporte, mediante bicicletas, de, al menos, lectores.
Créditos:
Extracto del capítulo 4
de La librería, novela de Penelope Fitzgerald,
según traducción de Ana Bustelo, tomado de la sexta edición (de agosto de 2010)
realizada por Impedimenta (pp. 69-70), de la biblioteca del autor.
Fotografía de la fachada
de la tienda de Brompton, en
Valencia, esta madrugada, del autor.
Una semana que llevamos
con la primavera, y una semana que llevamos sin bandera.
Y es que, a pesar de lo
que diga la señal, no consigo ver la bandera por más vueltas que le dé.
Será, tal vez, una señal
de los tiempos.
Actualización de las
21:00:
Hace un rato que he
pasado, y a pesar de la noche, me ha parecido ver que ahora sí estaba repuesta
la bandera.
Desde luego, no hay como
que me decida a publicar algo para que me dejen en evidencia.
Créditos:
Fotografía del mástil de
la bandera de España, pero sin bandera, en la primera glorieta de confluencia
del Paseo de la Alameda con la Avenida de Francia, en Valencia, esta mañana,
del autor.
Una de las ventajas que ofrece internet es la gestión muchísimo más rápida que hasta hace unos años, de la información por parte de los medios de comunicación, y así, podemos ver cómo se puede volcar en las páginas de los periódicos una continua actualización de lo que sucede.
El problema surge cuando no hay control sobre la actualización.
Esta forma de actuar acaba ofreciéndonos páginas como la que tenemos aquí: la noticia de que está resuelto un problema de tráfico se publica tres horas antes que la noticia informando de lo sucedido.
Tal vez el problema sí sea de tráfico, pero de la información: se le da paso sin haberla leído.
Pero para eso ya están los lectores, ¿no? Aunque cada vez sean menos.
Y como decía aquélla: ¿por qué seráááá?
(De la tilde en 'gasóil' ya sí que no digo nada.)
Créditos:
Detalle de la captura de pantalla de la correspondiente página de Las Provincias.
Hace sus veinticuatro
horas comenzó un breve periodo nocturno de lluvia (tampoco nada especial) en Valencia.
Esta mañana he
descubierto lo que entiendo como una loable iniciativa del Ayuntamiento, y que
seguro reportará grandes beneficios a los vecinos.
De todos es sabido que
unos de los problemas en el mantenimiento de las calles es que cuando llueve se
forman charcos. Bueno, el problema no es tanto éste como el hecho de que la
siguiente vez que llueve se siguen formando charcos en los mismos sitios (si no
en más), debido a que no se han llevado a cabo las reparaciones pertinentes. Esta
situación obliga en numerosas ocasiones a un esfuerzo de atlantes para franquear un
charco que es más bien un océano. ¿Y esto por qué sucede una y otra vez? Casi
estoy por decir que porque no se sabe, oficialmente, dónde se producen los
charcos, pues cuando los técnicos evaluadores salen a hacer la revisión, esto
es, cuando ya es seguro que ha dejado de llover y no va a volver a hacerlo, los
charcos se han secado y nadie sabe dónde están.
A partir de hoy, ya no
será así.
Esta mañana he sido
testigo del resultado de, a pesar de las fiestas de Fallas, una primera actuación de la
Valenciana de Charcos Señalizados e Identificados (V-CSI), nueva contrata
municipal que en cuanto se forman charcos los marca para su, entiendo,
inmediata reparación (por otra contrata distinta, claro, aunque posiblemente
del mismo grupo de empresas).
Y con esta fotografía
demostrativa de lo manifestado, finalizo no sin felicitarme como vecino por una
disposición municipal tan digna de encomio.
“Del mismo modo, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo
multiplicaron sus infidelidades, según todas las costumbres abominables de las
gentes, y mancharon el templo de Yahvé, que él se había consagrado en Jerusalén.
Yahvé, el Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de
sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su Morada. Pero ellos
se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron
de sus profetas, hasta que subió la ira de Yahvé contra su pueblo a tal punto
que ya no hubo remedio.
Entonces hizo subir contra ellos al rey de los
caldeos, que mató a espada a los mejores en el edificio de su santuario, sin
perdonar a joven ni a doncella, a viejo ni a canoso; a todos los entregó Dios
en su mano. Todos los objetos del templo de Dios, grandes y pequeños, los
tesoros del templo de Yahvé y los tesoros del rey y de sus jefes, todo se lo llevó
a Babilonia. Incendiaron el templo de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén,
pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y
a los que escaparon de la espada los llevó cautivos a Babilonia, donde fueron
esclavos de él y de sus hijos.”
Este IV Domingo de
Cuaresma hemos podido oír en la primera de las lecturas la causa de la ruina
del reino de Judá y del consiguiente destierro de Babilonia.
Igualmente, en la lectura
de los Salmos, se nos ha recordado los lamentos de los desterrados:
“A orillas de los ríos de Babilonia,
estábamos sentados llorando,
acordándonos de Sión.
En los álamos de la orilla
colgábamos nuestras cítaras.
(…)
¿Cómo podríamos cantar
un canto de Yahvé
en un país extranjero?”
El caso es que unos 2.300
años después sí pudieron…
Y si recordaban las cítaras,
o arpas, mudas colgadas de los árboles, también recordaban “un suono di crudo lamento” por el
destino de Jerusalén, y con ella, de todo el pueblo judío.
Pero, eso, como se dice,
es llorar por la leche (y miel) derramada. Porque también hay que recordar cómo
había comenzado todo:
“Sed et universi principes sacerdotum, et populus, praevaricati sunt inique
iuxta abominaciones gentium”
Palabra (praevaricati) muy actual que nos llega
desde el antiguo latín, teniendo en cuenta que no sólo la practicaban las jefaturas,
sino también el populus.
Aunque queramos creer que
ahora sea mucho jefe y poco pueblo quien la practique.
Créditos:
Extractos del Libro Segundo de las Crónicas (36,
14-20), y del Salmo 137 (136) (1-2,
4), tomados de la Nueva Biblia de
Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de
la biblioteca del autor.
En el título, fragmento final del versículo
1 del Psalmus 136, y extracto del libro
2 Paralipomenon (36, 14), tomados de
la Biblia Vulgata, en edición de
Colunga-Turrado, publicada por Biblioteca de Autores Cristianos (duodécima
edición, de 2005), de la biblioteca del autor.
Hoy me he enterado de que el pasado martes fue agredido el Rector de una de las Universidades radicadas en Valencia.
La argumentación esgrimida por dos fulanos se inició fluidamente con unos escupitajos, y acabó demoledoramente con el Rector en el suelo y herido seriamente en la cara.
Este ejemplo de diálogo no he visto que haya sido noticia de portada en la prensa valenciana, ni objeto de un contundente manifiesto del resto de Rectores de la ciudad, en otras ocasiones sí diligentes y Magníficos abajofirmantes.
Pero como todo tiene su explicación, la ausencia de reacciones (además de para no ser calificados como reaccionarios), tal vez haya que buscarla en dos aspectos de lo sucedido:
- los agresores se identificaron como de la izquierda radical.
- el agredido es un sacerdote.
En resumen, que no nos encontramos tan lejos de... España.
Hace un mes (y un día),
se publicó quiénes iban a ser los diestros y las ganaderías en las corridas de
toros de la Feria de Fallas, ahora en curso. En resumen, se hicieron públicos
los carteles de Fallas.
Por eso me llamó ayer la
atención la placa que, precisamente donde está, prohíbe los carteles.
Créditos:
Fotografía de la placa en
cuestión, junto con otros carteles y anuncios, en la esquina del edificio de
taquillas, anexo a la Plaza de Toros, en la calle de Játiva, en Valencia, ayer
viernes, del autor.
“CYRIL Entonces, ¿la Naturaleza imita al paisajista y copia los efectos
de su obra?
VIVIAN Por supuesto. ¿Acaso no debemos a los impresionistas
esa maravillosa niebla plomiza que avanza lentamente a través de nuestras
calles difuminando las farolas de gas y transformando las casas en sombras
monstruosas? ¿ Acaso no les debemos a ellos y a su maestro la adorable neblina plateada
que flota sobre nuestro río y convierte en difusas formas de evanescente gracia
el puente curvado y las barcazas meciéndose? El extraordinario cambio que ha
experimentado el clima de Londres durante la última década se debe por entero a
esta escuela de arte en concreto. Veo que sonríes. Considera la cuestión desde
el punto de vista científico o metafísico y verás que tengo razón. Pues, ¿qué
es la Naturaleza? No es la gran madre que nos ha dado a luz. Es una creación nuestra
y cobra vida en nuestro cerebro. Las cosas existen porque las vemos, y lo que
vemos o cómo lo vemos depende de las artes que han influido en nosotros. No es
lo mismo mirar una cosa que verla. No vemos un objeto hasta que apreciamos su
belleza; sólo entonces cobra existencia. En la actualidad la gente ve la niebla
no porque haya niebla, sino porque los poetas y los pintores han mostrado el
misterioso encanto de tales efectos. Tal vez haya habido niebla en Londres desde
hace siglos. Me atrevo a anrmar que así ha sido. Pero nadie la veía y por eso
nada sabíamos de ella. No existió hasta que el Arte la inventó.”
El pasado miércoles, en Valencia
nos encontramos con la niebla, tal vez por lo que expone Vivian, tal vez por
esas cosas del tiempo en Fallas.
En relación con el título,
me inclino a pensar que la niebla en cuestión sí era natural, pues no recuerdo
manifestaciones artísticas con la niebla en Valencia como tema concreto, ni
ambiente ocasional. También es cierto que hace tiempo que no recordaba la
presencia de niebla en Valencia.
Lo que sí puedo decir en
esta ocasión es que la prensa local reaccionó con rapidez, y no eran las ocho
de la mañana, y en sus ediciones digitales ya reflejaban lo que estaba
sucediendo, tanto un periódico como el otro.
Y dejemos ya el tema,
pues como prosigue Vivian en su
manifestación:
“Debo admitir que actualmente se abusa de ella. Se ha convertido en mero
amaneramiento de una camarilla, y el exagerado realismo de su método provoca
bronquitis a la gente aburrida. Donde las personas cultivadas pillan un efecto,
los incultos sólo pillan un resfriado.”
… y no es cuestión de
enfermar.
Créditos:
Extractos de La decadencia de la mentira. Un comentario,
de Oscar Wilde, según traducción de Javier Fernández de Castro, tomado de la
edición realizada por Acantilado, como número 65 de su colección Cuadernos, en la biblioteca del autor.
Fotografía del Museo de
las Ciencias, en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en
Valencia, el miércoles día 11, a las siete de la mañana, del autor.
En estos momentos tiene
convocado su inicio la manifestación contra la política del Gobierno del
Partido Popular en relación con la vida, y, en particular, la vida del no
nacido.
En Madrid, a lo largo de
la calle de Alcalá, hasta la Puerta de Alcalá, desde la calle de Sevilla.
Créditos.
Logo de la manifestación tomado
de la página de internet de Cada vida importa.
“Lo que se nos revela finalmente es que Mentir, mostrar cosas bellas que
no existen, es el auténtico objetivo del Arte.”
Hace justo un mes (bueno,
era por la tarde) me leí un librito de Oscar Wilde, aprovechando la espera de
dos horas para pasar la revisión del coche.
No diré que la revisión
de la I.T.V. sea mentira, pero desde luego, Arte, sí que no es.
Créditos:
Extracto de La decadencia de la mentira. Un comentario,
de Oscar Wilde, según traducción de Javier Fernández de Castro, tomado de la
edición realizada por Acantilado, como número 65 de su colección Cuadernos, en la biblioteca del autor.
Conjunto de viñetas de la
aventura Va a parar a la mazmorra el
Vizconde de la Porra, en el álbum Contra
el “gang” del Chicharrón, dibujos y guión de Francisco Ibáñez, publicado por
Editorial Bruguera como número 2 de su colección Ases del humor, tomado del ejemplar de la primera edición (de 1969)
en la biblioteca del autor.
Créditos:
Viñeta de Ortifus publicada en Levante-El Mercantil Valenciano, el pasado martes día 3 de marzo, tomada de la página de internet del periódico.
El pasado verano traje a
estas páginas un ejemplo de publicidad en el que se mostraba la práctica de un juego que ya no sé si se sigue practicando en algún sitio. Posiblemente, no,
por aquello no tanto de las nuevas tecnologías sino, tal vez, por la
sobreprotección que existe actualmente hacia los niños.
La verdad es que los juegos
de los niños (excepción hecha del fútbol), han cambiado mucho de hace unos años
para acá. Y no por eso han dejado de jugar. Y lo mismo puede decirse de la
lectura.
Que no se conozca quién
es Sandokán dice más de quienes no lo
enseñan (familias, editores y colegios) que de quienes no lo leen. Porque en
realidad, sí se lee mucho, más de lo que se piensa (recordemos no sólo Harry Potter sino el ejemplo de Laura
Gallego y su Idhún); pero se trata ya de otros autores, otras aventuras, otros héroes, y quienes se quejan más bien recuerdan (o recordamos) el aroma de las antiguas lecturas.
Pero sí es cierto y hay
que reconocer que la lectura exige una disciplina para la que no se suele
educar a la infancia actual. Resulta más cómoda la disciplina de un juego de
videoconsola.
Créditos:
Tira de Mafalda, de Quino, tomada de Todo Mafalda, editado por Lumen en 1992
(reimpresión de 1996), de la biblioteca del autor.
La caza del león era un
privilegio de los reyes asirios, y en particular, de Asurnasirpal II, quien, ha
pasado a la historia no por esta afición, sino, entre otros, por el hecho de (re)fundar
junto al río Tigris la ciudad ahora conocida como Nimrud, a la que convirtió en
capital del reino de Asiria.
También fue conocido por
la brutalidad con que ejerció el gobierno y desarrolló sus campañas militares. Claro
que estamos hablando de principios del siglo IX a.C. (883-859), es decir, hace
casi 3.000 años.
Menos mal que la
civilización humana ha avanzado mucho desde entonces, pasando Nimrud a ser sólo
un enclave arqueológico de primer orden.
El pasado sábado me llamó la atención el
escaparate de una tienda de moda, no por los modelos expuestos, sino por el
complemento a ellos: un tema científico como es el de la refracción de la luz.
No pude evitar hacerle una fotografía (en la que se incluye, en este caso
involuntariamente, algún pequeño reflejo en la luna del escaparate).
Mira por dónde, hoy me entero de otra fotografía, también sobre la luz, o mejor dicho, una fotografía de ella, de la
luz, y de su famosa dualidad onda-corpúsculo.
Se ve que está de moda.
Créditos:
Fotografía parcial del escaparate de la
tienda Bershka, en el Centro Comercial Aqua, en Valencia, el pasado sábado, del
autor.