“CORUÑA,
1.° DE DICIEMBRE
Ayer
zarpó de este puerto la corbeta María Pita, al mando del teniente de fragata de la
Real Armada D. Pedro del Barco, llevando a su bordo los individuos de la
expedición filantrópica destinada a propagar en América y Filipinas el precioso
descubrimiento de la vacuna. No se ha omitido precaución alguna por parte del
ministerio, promovedor de una empresa tan importante como gloriosa, para que
produzca pronta y seguramente todo el bien que desea el Rey y espera la
humanidad. Son varios facultativos comisionados, y llevan 21 niños, que siendo
sucesivamente inoculados brazo a brazo en el curso de la navegación,
conservarán el fluido vacuno fresco y sin alteración. No por eso se han omitido
otros medios de conducirlo, así para mayor seguridad, como para experimentar
cuáles son los que a largas distancias y en diferentes climas deben prefijarse.
La expedición hará escala en Tenerife, Puerto Rico y La Habana para ofrecer por
todas partes a los hombres el precioso descubrimiento de Jenner, así como lo ha
hecho en los pueblos del tránsito desde Madrid, y en este puerto y en Santiago,
mientras se equipaba la corbeta. De La Habana pasará a Veracruz, y de allí a
otros puertos, en los cuales se irán separando los facultativos, y
ramificándose, por decirlo así, la expedición, hasta extenderse sobre todo el
continente, fomentada por los virreyes y gobernadores ilustrados, sostenida por
los facultativos despreocupados, auxiliada por los sabios, favorecida de los
pueblos y generalmente protegida por los amigos de la especie humana. De la
América se participará de los mismos beneficios a Filipinas, en donde no
faltarán hombres ilustrados y generosos que procuren introducir la vacuna en
otras islas y en la China. Así deberá la mitad del globo un don tan inestimable
a la bondad liberal de nuestro soberano, cuya generosidad se ha extendido a
cuidar de la suerte de los niños de la expedición, y de los que en las escalas
y en el continente los han de ir sucesivamente reemplazando.”
Sólo siete años después de que en 1796 Jenner
descubriera en Inglaterra el procedimiento de obtención de la vacuna contra la
viruela, lo confirmara por escrito a los dos años, y apenas a tres años tras
la publicación en España de su obra, zarpaba de La Coruña una “expedición filantrópica” que permitiría
divulgar la vacuna por “la mitad del
globo”.
De ello hace 210 años y dos días, y quien
dirigía aquella Real Expedición era Francisco Xavier Balmís, nacido en Alicante
hace justo 260 años.
Como suele suceder, a las cicatrices que
dejaba la viruela en quienes sobrevivían a la enfermedad, se une, en España, la
cicatriz del olvido de las iniciativas científicas y de quienes las impulsaron
y llevaron a cabo (apenas evitado gracias a… la literatura).
Créditos:
Extracto del capítulo 10 El mar. Del 21 septiembre al 30 de noviembre
de 1803 (recogiendo, según se expresa en él, lo publicado en La Gaceta de Madrid), de la obra Los
héroes olvidados, de Antonio Villanueva Edo, editada en enero de 2011 por
Roca Editorial, de la biblioteca del autor.
Otro de tantos olvidos...
ResponderEliminarSaludos.
Estoy de acuerdo con María, entre las leyendas negras y los olvidos que tenemos de nuestra historia no me extraña la marcha que llevamos.
ResponderEliminarGracias por el enlace.
Un saludo.