lunes, 2 de diciembre de 2013

Una vacunación que necesita dosis de recuerdo

CORUÑA, 1.° DE DICIEMBRE
Ayer zarpó de este puerto la corbeta María Pita, al mando del teniente de fragata de la Real Armada D. Pedro del Barco, llevando a su bordo los individuos de la expedición filantrópica destinada a propagar en América y Filipinas el precioso descubrimiento de la vacuna. No se ha omitido precaución alguna por parte del ministerio, promovedor de una empresa tan importante como gloriosa, para que produzca pronta y seguramente todo el bien que desea el Rey y espera la humanidad. Son varios facultativos comisionados, y llevan 21 niños, que siendo sucesivamente inoculados brazo a brazo en el curso de la navegación, conservarán el fluido vacuno fresco y sin alteración. No por eso se han omitido otros medios de conducirlo, así para mayor seguridad, como para experimentar cuáles son los que a largas distancias y en diferentes climas deben prefijarse. La expedición hará escala en Tenerife, Puerto Rico y La Habana para ofrecer por todas partes a los hombres el precioso descubrimiento de Jenner, así como lo ha hecho en los pueblos del tránsito desde Madrid, y en este puerto y en Santiago, mientras se equipaba la corbeta. De La Habana pasará a Veracruz, y de allí a otros puertos, en los cuales se irán separando los facultativos, y ramificándose, por decirlo así, la expedición, hasta extenderse sobre todo el continente, fomentada por los virreyes y gobernadores ilustrados, sostenida por los facultativos despreocupados, auxiliada por los sabios, favorecida de los pueblos y generalmente protegida por los amigos de la especie humana. De la América se participará de los mismos beneficios a Filipinas, en donde no faltarán hombres ilustrados y generosos que procuren introducir la vacuna en otras islas y en la China. Así deberá la mitad del globo un don tan inestimable a la bondad liberal de nuestro soberano, cuya generosidad se ha extendido a cuidar de la suerte de los niños de la expedición, y de los que en las escalas y en el continente los han de ir sucesivamente reemplazando.

Sólo siete años después de que en 1796 Jenner descubriera en Inglaterra el procedimiento de obtención de la vacuna contra la viruela, lo confirmara por escrito a los dos años, y apenas a tres años tras la publicación en España de su obra, zarpaba de La Coruña una “expedición filantrópica” que permitiría divulgar la vacuna por “la mitad del globo”.

De ello hace 210 años y dos días, y quien dirigía aquella Real Expedición era Francisco Xavier Balmís, nacido en Alicante hace justo 260 años.

Como suele suceder, a las cicatrices que dejaba la viruela en quienes sobrevivían a la enfermedad, se une, en España, la cicatriz del olvido de las iniciativas científicas y de quienes las impulsaron y llevaron a cabo (apenas evitado gracias a… la literatura).

Créditos:
Extracto del capítulo 10 El mar. Del 21 septiembre al 30 de noviembre de 1803 (recogiendo, según se expresa en él, lo publicado en La Gaceta de Madrid), de la obra Los héroes olvidados, de Antonio Villanueva Edo, editada en enero de 2011 por Roca Editorial, de la biblioteca del autor.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con María, entre las leyendas negras y los olvidos que tenemos de nuestra historia no me extraña la marcha que llevamos.
    Gracias por el enlace.

    Un saludo.

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