Ya se sabe que, según el dicho, las
características meteorológicas que corresponde, son un marzo ventoso, y un
abril lluvioso.
Sin embargo, parece que este año se han
juntado ambos meteoros en el mes de marzo, convirtiéndolo en el más lluvioso
desde que se llevan registros de este tipo.
De hecho, el inicio del mes apuntaba maneras,
aunque un poco exageradas. Sin embargo,…
Sin embargo, quedó claro que no eran maneras de llevar el mes, con lo que las lluvias se calmaron… durante la primera semana… y luego… desaparecieron.
Bueno, ya señalamos que el 17 por la
noche sí cayeron unas gotas para molestar un poco en la ofrenda, a lo que podemos
añadir que el 26 pasó lo mismo en el barrio de El Cabañal, que el 27 lloviznó
justo cuando cogía el autobús por la tarde, habiendo parado ya cuando lo dejaba,
y volviendo a hacerlo cuando busqué nuevamente el autobús a principios de la
noche.
Y, finalmente, que el día 28 cayeron más
de cuatro gotas a las siete de la mañana: se pueden contar en el parabrisas del
coche.
Con todo esto, casi sería normal que los
coches no tuvieran limpiaparabrisas, aunque, claro, a veces, llueve más, y resulta
necesario. Lo que no entiendo es cómo, siendo también muy útil el
limpiaparabrisas trasero, no lo equipen los vehículos de gama alta. ¿Qué pasa? ¿Que a ellos no les llueve? Si ni siquiera son de color azul polar.
Así, pues, sólo me cabe decir, aunque haya
quien se queje, que a ver si este mes de abril… llueve (al menos, en Valencia).
Créditos:
Imagen de la gráfica de lluvia acumulada
en la primera semana de marzo de 2013, en Valencia, tomada de la página de
internet de AEMET.
Fotografía de las gotas de la llovizna de
la mañana del 28 de marzo, en Valencia, en el limpiaparabrisas del coche, del
autor.
Fotografía del parabrisas trasero (sin
limpia) de un BMW, en un concesionario de la marca, en Valencia, en marzo de
2013, del autor.
Ja, ja... Tus peripecias con la nube siguiéndote en el autobús me han recordado el coche de los Autos Locos que llevaba el nubarrón con la tormenta sobre la cabeza...
ResponderEliminarPor los Madriles ya hemos perdido la cuenta de los días con lluvia y viento frío... ¡Qué añito!
Saludos.
Los vehículos de alta gama color azul polar disponen de un botoncito interior, al alcance de la mano del piloto, que, si se presiona, calefacta el parabrisas trasero y los espejos retrovisores, evaporizando (en los gama baja, simplemente evapora) el líquido elemento, tan molesto para la visión y, por ende, para la conducción.
ResponderEliminarAh, y gracias por el enlace ;-)