viernes, 25 de mayo de 2012

Vade retro

El pasado domingo, como bien sabrán los viejos/veteranos del lugar, fue jueves.

Pero no un jueves cualquiera, sino uno de esos que relucen más que el Sol: fue la Ascensión. Y en Misa, claro, se leyó el Evangelio, en concreto, la conclusión del Evangelio según San Marcos:

Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»

El sacerdote explicó el texto a la luz de la Tradición de la Iglesia (esto es, no debe interpretarse literalmente), diciendo quiénes son los demonios internos que hay que expulsar; cómo nuestro comportamiento es una expresión o lengua nueva; el trato con los que, como serpientes, nos rodean; y cómo no nos afectarán y superaremos los venenos e insidias con que nos encontremos.

Sin embargo, sí dejó claro que no todo es metafórico:
Aprovechó para afirmar la existencia del Demonio, e informar de que en la Diócesis de Valencia hay un exorcista… que tiene más trabajo del que podamos imaginar.

Y es que nos hemos acostumbrado a que el buenismo inunde todo, incluso la Doctrina Divina, y lo desagradable, incómodo o molesto es algo que relegamos, como mera imaginación, por ejemplo, al cine.


Y no lo es. En Absoluto.

Créditos:
Transcripción del Evangelio según San Marcos (16, 15-18), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer.

6 comentarios:

  1. "Aprovechó para afirmar la existencia del Demonio"



    Nunca está de más recordarlo.

    Los niños, algunos niños, la mayoría, creen, debido a la estupidez que acompaña estos tiempos y la dejadez de los padres, que la leche sale directamente del tetabrick.


    Así, pues, sucede también con los adultos, algunos adultos, la mayoría, que creen que la maldad procede y surge como las setas en el campo, por casualidad, y no por causalidad.

    La causa última del demonio es hacernos creer que su existencia solo se debe a la calenturienta imaginación de unos cuantos religiosos ligeros de razonamientos.
    Una vez que uno llega a esta conclusión, el diablo gana. No hay vuelta atrás.

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  2. Joer, cómo me sigue acojonando "El Exorcista".
    Recuerdo que cuando la vi por primera vez, junto a una de mis hermanas, en casa, me tiré una semana sin poder dormir. O mejor dicho, durmiendo con miedo. Con un miedo aterrador como pocas veces he sentido en mi vida.
    Esa película es asombrosa. Y revela, como ninguna otra, la existencia del maligno.

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  3. El santo Cura de Ars llamaba al demonio "el garras". Con esa supuesta cercanía de ponerle mote al mismísimo Mal, y que en cierta forma revela una falta de respeto al diablo, San Juan María Vianney comenzó a ganar la batalla. Una dura batalla que duró cerca de treinta y cinco años.

    Un santo como Dios manda antes de llegar a la contemplación beatífica se ha debido batir duramente con el ángel caído.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. No quise comentar sobre el tema entonces, pero ha llegado el día.
    Descanse en paz.

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  6. Bate, un problema actual, por ese descreimiento hacia el Demonio, es considerar que el Mal es la ausencia del Bien, es decir, algo pasivo, cuando en realidad, es algo muy activo; por no hablar de lo extendido que está, precisamente, el pecado de Lucifer, esto es, la soberbia.
    Sobre la película, ése es precisamente el verdadero terror que conlleva: manifestar la presencia real del Demonio.

    Un saludo.

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