El problema de las
ocurrencias filosóficas que se empezaron a poner de moda con las pintadas de
allá por el mayo parisino del 68, es que hay quien se cree que encierran
meditaciones profundas, y, a falta de Twitter,
encuentran hueco incluso en el asfalto de la calle.
En este caso, alguien se
creía Mafalda,…
… sólo que eligió mal día
para escribirlo, porque esa misma noche, bien que lucía la Luna creciente.
(Por lo menos, lo
escribió con plantilla, en vez de hacerlo mala manera.)
Créditos:
Fotografías de la pintada
en la calzada, y de la Luna creciente, en Valencia, el día de Año Nuevo de
2015, del autor.
Esta ocurrencia está copiada de Madrid, desconozco si hay otras ciudades, y parece, a su vez, copiada de los azucarillos de los bares, ahora coffee shop o tea room.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, caragüevo, el caso de los sobrecitos de azúcar ha degenerado tanto desde que se abrió al mercado del común, dejando a los famosos de verdad al margen, que a uno le entran ganas de tomar el café amargo.
ResponderEliminarUn saludo.