viernes, 16 de enero de 2015

El limbo es un paraíso

No voy a dar la lista de las corrupciones presentidas, palpadas, olisqueadas por la opinión pública, acerca de las cuales no se tiene información completa, aunque anden por ahí en cantares esperpénticos de ciego y en pliegos de cordel de ahorcado. La gente lo pasa bien al principio tratando de resolver esas gigantescas charadas, pero al cabo piensa que nadie quiere sacarla del limbo. No sé en qué criterios se fundamentará esa actitud, pero sospecho que no son criterios de salud pública. O, cuando menos, yo no lo entiendo así.

El párrafo anterior le servía de inicio a Cándido para reflexionar sobre la situación que en aquel entonces estaba aún no por resolver, sino, incluso, por conocer: la parte española del mundialmente conocido como Caso Lockheed, pues estaba recién llegada la documentación correspondiente, en sobre lacrado y todo eso, como si se tratara de saber quiénes eran los agraciados en un sorteo ante notario.

Hoy se ha presentado el escrito de acusación por parte de la Fiscalía Anticorrupción contra un numeroso grupo de personas en relación con el caso conocido como Gürtel.

Como vemos, desde aquellos tiempos (con casos importados, aunque ya antes se tuvieran otros nacionales, como la famosa no-maquinaría textil), la sensación de que tras un temporal estado popular ‘al principio’ se podría llegar a una consolidación en el ‘limbo’ es algo que no ha dejado de existir en España, aun cuando en ocasiones hubiera acontecimientos que acapararan más atención (o incluso la distrajeran), y en otras, lo que hubiera fueran perniciosas (y otros calificativos) explicaciones, comprensiones, justificaciones y, finalmente, olvidos de lo que sucediera.

Y así, tras la Dictadura y la Transición, la Democracia se estrenó al poco tiempo con el abandono de la actividad política de un concejal madrileño ¡por denunciar un caso de corrupción!

Con ello, se mostró cuánta razón tenía el alcalde de la corporación implicada, la de Madrid, con gobierno socialista-comunista, un tal Tierno Galván, cuando dijo luego aquello de que las promesas electorales eran para no cumplirse.

Desde entonces, quedó diáfano el camino para que no ya que los casos judiciales pudieran entrar en un ‘limbo’ procesal, sino que para que fueran personas quienes entraran en un ‘paraíso’ de corrupción. Y así se nos ha quedado la ‘salud pública’.

Proféticamente, el caso denunciado por Alonso Puerta era de corrupción en las contratas municipales madrileñas de… basuras.

Créditos:
Extracto de la sección que bajo el título Las corrupciones se publicó en la columna De ayer a hoy, firmada por Cándido, en ABC el 17 de octubre de 1976, tomado de la hemeroteca en internet del periódico.

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