En Venecia, a la sombra del campanario de S. Giorgi dei Greci (mientras, en su continuo desafío a la ley de la gravedad, no se venga abajo), se encuentra el Istituto Ellenico di Studi Bizantini e post-Bizantini, y con él, el Museo di Icone. Aunque, en nuestro viaje a la Serenísima Ciudad, no llegamos a visitarlo (como siempre decimos, hay que dejar cosas para los siguientes viajes)
Sin embargo, lo que sí me ha dado tiempo para visitar es la exposición organizada por la Obra Social de Bancaja, en su Centro Culural de la Plaza de Tetuán, Rusia sagrada. Iconos del Museo Rublev de Moscú.
La exposición es curiosa, ya que no es habitual apreciar oriental por estas tierras la iconografía europea. Cada obra tiene su título (eso sí, en tres idiomas, ruso, español y valenciano), y la fecha de la misma. La profusión de idiomas, supongo, es lo que habrá frenado la segura intención de aportar más información en las placas correspondientes.
Porque el problema de la exposición es ése. Que podía resultar también muy instructiva, pero no hay nada de información sobre lo que se está viendo, ni folletos… ni catálogo.
En la tienda me contenté con algo similar, pero de otro museo ruso distinto (y que se convirtió en mi segundo libro del año).
Eso sí, mis hijos sí se dieron cuenta de que una imagen de la Virgen de Kazán, recordaba mucho a la imagen de Nuestra Señora de Monteolivete.
Pero por lo menos, se consigue que la gente sepa que los iconos no sólo son esos dibujitos que aparecen en multitud de chismes electrónicos.
Créditos:
Fotografía del campanario de S. Giorgio dei Greci, de Venecia, de septiembre de 2009, del autor.
Fotografía del cartel anunciador en la fachada del Centro Cultural de Bancaja de Valencia, de enero de 2011, del autor.
Imagen de la exposición, tomada de la página de internet de la misma.
Portada de Iconos, de Eva Haustein-Bartsch.
Sin embargo, lo que sí me ha dado tiempo para visitar es la exposición organizada por la Obra Social de Bancaja, en su Centro Culural de la Plaza de Tetuán, Rusia sagrada. Iconos del Museo Rublev de Moscú.
La exposición es curiosa, ya que no es habitual apreciar oriental por estas tierras la iconografía europea. Cada obra tiene su título (eso sí, en tres idiomas, ruso, español y valenciano), y la fecha de la misma. La profusión de idiomas, supongo, es lo que habrá frenado la segura intención de aportar más información en las placas correspondientes.
Porque el problema de la exposición es ése. Que podía resultar también muy instructiva, pero no hay nada de información sobre lo que se está viendo, ni folletos… ni catálogo.
En la tienda me contenté con algo similar, pero de otro museo ruso distinto (y que se convirtió en mi segundo libro del año).
Eso sí, mis hijos sí se dieron cuenta de que una imagen de la Virgen de Kazán, recordaba mucho a la imagen de Nuestra Señora de Monteolivete.
Pero por lo menos, se consigue que la gente sepa que los iconos no sólo son esos dibujitos que aparecen en multitud de chismes electrónicos.
Créditos:
Fotografía del campanario de S. Giorgio dei Greci, de Venecia, de septiembre de 2009, del autor.
Fotografía del cartel anunciador en la fachada del Centro Cultural de Bancaja de Valencia, de enero de 2011, del autor.
Imagen de la exposición, tomada de la página de internet de la misma.
Portada de Iconos, de Eva Haustein-Bartsch.
Impresionante el parecido con la imagen de Nuestra Señora de Monteolivete. La nuestra, quizás, más cercana y apacible, y la Virgen de Kazán con un gesto más austero y sufrido.
ResponderEliminarLa Iglesia ortodoxa rusa con sus iconos y sus austeros ritos luchan decididamente por mantener la Liturgia en comunión con el Misterio y la fe.
Humildemente pienso que los cambios litúrgicos que se produjeron en la misa católica con el advenimiento del Vaticano II, nos está haciendo mucho daño. Necesito profundamente sentir el Misterio de la Cruz en la Eucaristía, y las guitarritas, con su infernal ruido no me ayudan a ello.
Posodo: "Pero por lo menos, se consigue que la gente sepa que los iconos no sólo son esos dibujitos que aparecen en multitud de chismes electrónicos."
ResponderEliminarJajaj... Eres un fenómeno.
Yo me compré dos iconos en la librería San Pablo, en la plaza de Jacinto Benavente, la primavera pasada, que ahora están colgados en mi cuarto. Me quedé con ganas de comprar un tercero que representaba a San Jorge luchando contra el dragón, pero ya era, por una parte, mucha pasta y, por otra, no había sitio en mi pared para tanto icono, que quiero también colgar en ella unas láminas antiguas de astronomía.
ResponderEliminarBate: sí es cierto que en ocasiones el resultado del Vaticano II más da la impresión de meter dentro de la liturgia al grupo "Viva la gente". Lo que no entiendo es cómo se ha echado a perder, no ya el cántico gregoriano, sino los propios cánticos litúrgicos; así pasa que cuando algún párroco se arranca a cantar (recordemos que antes "se cantaba misa"), el resultado es deprimente.
ResponderEliminarY sí, la comparación entre "guitarritas" y un órgano como Dios manda es de juzgado de guardia.
S.Cid: ¿pero tan grande era el icono de San Jorge, o es que lo son las láminas? Venga, que seguro que algo de acomodo se puede conseguir.
El campanario no se ha caído pero la exposición se ha acabado.
ResponderEliminarTendremos que ir a ver iconos al casoplón de S. Cid. Por cierto, menuda fauna hay en esa plaza, posiblemente la plaza más fea del Madrid antiguo, esas rampas del aparcamiento, ese edificio sesentero en la esquina. Lo tiene todo. Lo único que se salva es el crucifijo.
Posodo "Lo que no entiendo es cómo se ha echado a perder, no ya el cántico gregoriano, sino los propios cánticos litúrgicos; así pasa que cuando algún párroco se arranca a cantar (recordemos que antes "se cantaba misa"), el resultado es deprimente.
ResponderEliminarAntes, para ser cura, había que estudiar bastante en el seminario, saber latín, teología, liturgia... Ahora en los seminarios se enseña poco, esa es la verdad, desgraciadamente.
Entre la falta de vocaciones y el nivelito cultural que hay en general, han bajado el listón en las diócesis.
A esto le podemos sumar la nefasta idea de querer abrir la Iglesia al mundo, con la inevitable pérdida de la tradición y la liturgia por tan atrevido movimiento.
El arte musical sacro debe estar para embellecer la liturgia, y no ésta, para el enseñoramiento de los músicos.
El músico ofrece su arte a Dios.
Para eso antes que músico, debe tener Fe.
Tampoco hay que tener la delicadeza ni el manejo de un Tomás Luís de Victoria, pero si es fundamental creer, tener Fe.
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Ya hablaremos tranquilamente de este tema, que da para mucho.
No, no era tan grande, Posodo, pero es que quiero colgar mis láminas de astronomía.
ResponderEliminarEn Madrid, últimamente, cantamos mucho la Salve en latín..., lo cual debe de rechinar a los párrafos del Vaticano II, ¿no? Pero da una sensación... especial, la verdad.
PD: me aprendí la Salve y el Padrenuestro (y también algunas respuestas de la misa) en latín mientras viví en Londres, porque iba a oír misa a una iglesia donde la daban en latín y, además, cantaba el coro de la BBC. ¡Eso sí que era música!
Jaculatória para rezar despues del gloria en cada mistério del santo rosário maria santificadora ruega por nosotros Y santificanos Jaculatória para rezar despues del gloria en cada mistério del santo rosário maria santificadora ruega por nosotros Y santificanos
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