“Y así llegó el año 1465, reinando en España desde 1454 D. Enrique IV el Impotente con su esposa doña Blanca. Figuraba en la corte entre los ricos homes y validos de S.M., don Alvaro de Mendoza, conde de Castro Jeriz, hijo de D. Pedro, Sr. de Almazán, quien, con sus falsas relaciones y amañada sorpresa, obtuvo del rey la donación de Requena y su término (…) de la que se posesionó como de su castillo y fortaleza, nombrando y poniendo en ella gobernador y guarnición. Los vecinos de más reputación de la villa, en vista de esta sorprendente é irritante novedad, marcharon presurosos á la corte, y con su valor honroso, en consorcio con su sumisión y amor á la realeza castellana, representaron al monarca la situación aflictiva en que les había colocado su moderno señor. Advertido S.M. del lazo en que había caído, despachó su real Provisión, en la cual dejaba sin efecto la cesión que de Requena hizo al Mendoza en cambio de los lugares que éste le dió, exhortando á sus habitantes á que sacudieran el yugo que tenían sobre sí. El rey quiso venir en ayuda de los requenenses, pero no lo hizo porque se opusieron á su voluntad acontecimientos y razones de mayor magnitud; pero no hizo falta: los habitantes de dentro y fuera de la villa se pusieron de acuerdo, y en un día de antemano señalado, se alzaron contra la guarnición y en porfiada lucha se apoderaron de la población, retirándose y haciéndose fuerte la guarnición con su gobernador en el castillo y su fortaleza. Todos estos acaecimientos los pusieron en conocimiento del monarca los representantes de Requena, y S.M. acudiendo solícito y proveyendo al auxilio de los leales habitantes de esta heróica villa, expidió otra real orden mandando á D. Alonso González y Salinas, Provisor de Cuenca, y á D. Juan Figueroa, capitán de las tropas reales, que en su nombre se intimase al gobernador del castillo de Requena, entregara la plaza á sus vecinos y la evacuase como perteneciente á la Corona. La intimación se hizo previo el toque de una trompeta en el año 1467, pero no surtió el efecto deseado, pues el representante de Mendoza se negó á darle cumplimiento, y tanto fué así que recogiendo este Conde todas las gentes de armas que le fué posible, alistando entre ellas hasta súbditos turcos, vino el mismo sobre Requena, talando su término durante una larga serie de asedios y batallas continuadas, que sus naturales sostuvieron con su heróica resistencia.
Así las cosas y bloqueados y sitiados estos por dentro, porque el gobernador y guarnición ocupaban, como acabo de decir, el castillo y plaza de armas, y por fuera por el numeroso ejército del rebelde Conde, llegó el 7 de Enero del año 1468, y haciendo éste un supremo esfuerzo, intentó un asalto por una excavación que en el muro había practicado durante la larga noche anterior. Abandonados los requenenses á sus propias fuerzas, ya muy quebrantadas por la contínua lucha que con sus enemigos sostenían durante tres años, se resistieron cuanto pudieron contra fuerzas tan formidables; pero como tenían fe en Dios, y eran aun más religiosos que valientes, se invocaron al santo del día para que les ayudara á resistir tan atroz ataque; y hé aquí que en el mismo instante apareció San Julián, cuya memoria y martirio se celebraba en dicho día por la Iglesia Católica, que en forma de guerrero luchaba en favor de nuestros abuelos, echando y ahuyentando de Requena á sus opresores, que confesaban que contra el poder divino son impotentes los esfuerzos humanos. Conseguida la victoria, y libre Requena de tales enemigos y crueles tiranos, lo primero en que pensaron sus habitantes fué en nombrar al mencionado Santo compatrono ó segundo patrono de ella, toda vez que por primero ya tenían a San Nicolás de Bari, bajo el honroso título de defensor de Requena, instituyendo para perpétuamente una festividad religiosa en conmemoración de su aparición milagrosa en ocasión tan oportuna, presidida y pagados sus gastos por su Ayuntamiento, y aprobada por el Ilmo. Sr. Obispo de esta diócesis D. Enrique Pimentel, quien estableció que el 7 de Enero fuese día de fiesta solemne de guardar por los hijos de Requena, y en erigir una ermita ó capilla en el mismo hueco del muro abierto por sus enemigos, para colocar la imagen del santo mártir, y venerarla también perpétuamente por los hijos de Requena, lo que se efectuó en seguida, y es la que aún subsiste en la citada cuesta de las Carnicerías, poniendo encima de la puerta de su entrada la siguiente inscripción: «Populi custos hostis expulsor ab ómnibus collaudator. Tanquam Patronus etiam colitus.» Que en castellano dice: «Todos lo proclaman defensor del pueblo, ahuyentador del enemigo. También como Patrono es venerado.» Y en segundo lugar, volver como volvieron voluntaria é inmediatamente á la obediencia de su legítimo monarca, entregándole la llave de Requena y su fortaleza, reconociéndole como á su único y legítimo soberano y señor.”
Los opresores de Requena, en su huída, “confesaban que contra el poder divino son impotentes los esfuerzos humanos”. Según la tradición, las palabras que vino en decir el Conde de Castro Jeriz fueron: “Si los santos son contra nos, volvámonos”, abreviadas en su momento por los veteranos requenenses, al recordar el día de San Julián, como “Santos contra nos”.
Ni qué decir tiene, el día de San Julián hace muchos años que no es fiesta de guardar en Requena, ni siquiera fiesta, y aunque la fotografía tenga ya sus años, puede observarse el cuidado que se dedica a la capilla,… al no poder observarsse la figura del santo patrón.
Y eso que en el escudo de Requena, el bueno, sigue figurando el año 1468 y el yugo roto, en recuerdo de estos acaecimientos.
Créditos:
Portada y transcripción parcial del capítulo Requena (su casco) de la obra Historia de la tres veces Muy Leal, dos veces Muy Noble y Fidelísima Ciudad Real de Requena, de Enrique Herrero y Moral, según edición facsimilar de 2001 por Librerías París-Valencia, de la edición de 1891, en la Imprenta de Manuel Alufre, en Valencia (pp. 36-39)
Fotografías de la Torre del Homenaje, de la capilla de San Julián y de su inscripción, de la Cuesta de las Carnicerías (sin los edificios que la cerraban a la izquierda, derruidos) y de su placa, de Requena, de abril de 2009, del autor.
Detalles de puertas y poternas de acceso en la Torre del Homenaje, de octubre de 2001; y de la imagen del santo en la capilla de San Julián, de enero de 2009, de Requena, gentileza de vinagre63.
Así las cosas y bloqueados y sitiados estos por dentro, porque el gobernador y guarnición ocupaban, como acabo de decir, el castillo y plaza de armas, y por fuera por el numeroso ejército del rebelde Conde, llegó el 7 de Enero del año 1468, y haciendo éste un supremo esfuerzo, intentó un asalto por una excavación que en el muro había practicado durante la larga noche anterior. Abandonados los requenenses á sus propias fuerzas, ya muy quebrantadas por la contínua lucha que con sus enemigos sostenían durante tres años, se resistieron cuanto pudieron contra fuerzas tan formidables; pero como tenían fe en Dios, y eran aun más religiosos que valientes, se invocaron al santo del día para que les ayudara á resistir tan atroz ataque; y hé aquí que en el mismo instante apareció San Julián, cuya memoria y martirio se celebraba en dicho día por la Iglesia Católica, que en forma de guerrero luchaba en favor de nuestros abuelos, echando y ahuyentando de Requena á sus opresores, que confesaban que contra el poder divino son impotentes los esfuerzos humanos. Conseguida la victoria, y libre Requena de tales enemigos y crueles tiranos, lo primero en que pensaron sus habitantes fué en nombrar al mencionado Santo compatrono ó segundo patrono de ella, toda vez que por primero ya tenían a San Nicolás de Bari, bajo el honroso título de defensor de Requena, instituyendo para perpétuamente una festividad religiosa en conmemoración de su aparición milagrosa en ocasión tan oportuna, presidida y pagados sus gastos por su Ayuntamiento, y aprobada por el Ilmo. Sr. Obispo de esta diócesis D. Enrique Pimentel, quien estableció que el 7 de Enero fuese día de fiesta solemne de guardar por los hijos de Requena, y en erigir una ermita ó capilla en el mismo hueco del muro abierto por sus enemigos, para colocar la imagen del santo mártir, y venerarla también perpétuamente por los hijos de Requena, lo que se efectuó en seguida, y es la que aún subsiste en la citada cuesta de las Carnicerías, poniendo encima de la puerta de su entrada la siguiente inscripción: «Populi custos hostis expulsor ab ómnibus collaudator. Tanquam Patronus etiam colitus.» Que en castellano dice: «Todos lo proclaman defensor del pueblo, ahuyentador del enemigo. También como Patrono es venerado.» Y en segundo lugar, volver como volvieron voluntaria é inmediatamente á la obediencia de su legítimo monarca, entregándole la llave de Requena y su fortaleza, reconociéndole como á su único y legítimo soberano y señor.”
Los opresores de Requena, en su huída, “confesaban que contra el poder divino son impotentes los esfuerzos humanos”. Según la tradición, las palabras que vino en decir el Conde de Castro Jeriz fueron: “Si los santos son contra nos, volvámonos”, abreviadas en su momento por los veteranos requenenses, al recordar el día de San Julián, como “Santos contra nos”.
Ni qué decir tiene, el día de San Julián hace muchos años que no es fiesta de guardar en Requena, ni siquiera fiesta, y aunque la fotografía tenga ya sus años, puede observarse el cuidado que se dedica a la capilla,… al no poder observarsse la figura del santo patrón.
Y eso que en el escudo de Requena, el bueno, sigue figurando el año 1468 y el yugo roto, en recuerdo de estos acaecimientos.
Créditos:
Portada y transcripción parcial del capítulo Requena (su casco) de la obra Historia de la tres veces Muy Leal, dos veces Muy Noble y Fidelísima Ciudad Real de Requena, de Enrique Herrero y Moral, según edición facsimilar de 2001 por Librerías París-Valencia, de la edición de 1891, en la Imprenta de Manuel Alufre, en Valencia (pp. 36-39)
Fotografías de la Torre del Homenaje, de la capilla de San Julián y de su inscripción, de la Cuesta de las Carnicerías (sin los edificios que la cerraban a la izquierda, derruidos) y de su placa, de Requena, de abril de 2009, del autor.
Detalles de puertas y poternas de acceso en la Torre del Homenaje, de octubre de 2001; y de la imagen del santo en la capilla de San Julián, de enero de 2009, de Requena, gentileza de vinagre63.
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