miércoles, 10 de julio de 2013

La Sala de… Lectura

- Quiero pasar un par de horas en el Museo Dupayne de Hampstead. ¿Por qué no vienes comigo? Conocerás el Dupayne, claro…
- He oído hablar de él, pero nunca lo he visitado.
- Pues deberías, deberías. Es un lugar fascinante. Dedicado al período de entreguerras, entre 1919 y 1938; pequeño, pero exhaustivo. Tienen algunos buenos cuadros: Nash, Wyndham Lewis, Ivon Hitchens, Ben Nicholson… A ti te interesaría sobre todo la biblioteca: primeras ediciones, hológrafos y, por supuesto, los poetas de entreguerras. Ven, anda.

- Estoy escribiendo una serie de artículos sobre el asesinato como símbolo de su época, o el asesinato como historia social, si lo prefieres. Nellie cree que con esto sí podría obtener el éxito de mi vida, Adam. Está muy entusiasmada. Mira los famosos crímenes victorianos, sin ir más lejos; no podrían haber ocurrido en ningún otro siglo: esos salones atestados de objetos claustrofóbicos, la respetabilidad de cara a la galería, la sumisión ciega de la mujer… (…) Sin embargo, ésos son los años más fáciles; los de entreguerras resultan más interesantes. En el Dupayne hay una sala dedicada a los casos de asesinato más famosos de las décadas de los veinte y los treinta, no para despertar el interés del público, te lo aseguro, pues no se trata de esa clase de museos, sino para demostrar lo que quiero poner de relieve: el asesinato, el crimen por excelencia, es un paradigma de su época. –Hizo una pausa y miró fijamente a Dalgliesh por primera vez–.

Ackroyd hablaba con pesadumbre. Dalgliesh se preguntó si su siguiente entretenimiento sería escribir novelas policíacas. En ese caso, habría que disuadirlo. El asesinato, real o ficticio, y en cualquiera de sus manifestaciones, era aparentemente un entretenimiento poco probable para Ackroyd, pero la curiosidad de éste siempre había abarcado muchos temas, y, una vez seducido por una idea, la perseguía con el entregado entusiasmo de un experto obsesionado con ella durante toda su vida.
(…)
-Mejor será que te ciñas al asesinato como paradigma de su época. ¿Qué esperas encontrar en el Dupayne?
- Inspiración, quizá, pero sobre todo información. La Sala del Crimen es excepcional. Ése no es su nombre oficial, por cierto, pero así es como todos nos referimos a ella. (…) Y por supuesto, el interés del museo en los asesinatos coincide con el mío. La única razón por la que el anciano creó la Sala del Crimen fue para relacionar el crimen con su época.

Leí La Sala del Crimen, posiblemente, en el verano de 2007, y desde entonces tengo como referente de los museos pequeños y especializados el ya famoso Museo Dupayne.

Recientemente, en esta época actual, veo que ha cogido nueva y contagiosa presencia (gracias, a pesar de todo, a El Corte Inglés), curiosamente, o no, como adelanto del nuevo Colegio Oficial de Criminólogos de esta nuestra Comunidad.

Confío en no convertirme en un case study, pero en todo caso, mejor me despido por hoy.

Se alegró de haber visitado el museo; había disfrutado de una nueva experiencia y admirado buena parte de cuanto había visto, pero decidió que no volvería allí.

Buenas noches.

Créditos:
Cubierta y extracto de La Sala del Crimen, de P.D. James, según traducción de Ana Alcaina, tomados de la primera reimpresión, de octubre de 2005, realizada por Ediciones B en su sello Byblos (pp. 17-18, 21, 22-23 y 52), de la biblioteca del autor.

2 comentarios:

  1. Conozco las historias policíacas de una joven y prometedora escritora cuyo detective también quiere... escribir un libro sobre crímenes famosos. El problema de esta joven y prometedora escritora, según cuenta ella misma, es que bastante liada anda ya con las historias en sí mismas como para ponerse a investigar sobre crímenes famosos, escribir un libro al respecto y todo para que, luego, toda la gloria se la quede el detective.

    Sin embargo, es testaruda y, si encuentra tiempo, seguro que se liará la mente a la cabeza. Le recomendaré este museo, a ver si le sirve.

    Por cierto, gracias por el... contagioso enlace. ;-)

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  2. S.Cid: seguro que esa joven escritora (que a pesar de la tardanza en mi contestación, seguirá siéndolo) encontrará ese tiempo necesario pues se mantendrá joven todo ese tiempo y más.
    ¡Ah! Y muy ingeniosa la creación expresiva de liar la mente a la testa.
    Por cierto, de nada (pero queda pendiente el enlace correspondiente cuando la todavía joven escritora publique el libro de investigación).
    Un saludo.

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