miércoles, 10 de julio de 2013

Cuando la cosa va (demasiado) rodada…

Que la nobleza de vuestro corazón derrame al menos una gota de piedad sobre nosotras, pobres mujeres, pues, mi señor, no hay ninguna que, en el pasado, no haya sido o duquesa o reina. Pero ahora, como podéis ver, somos las más infelices de las mujeres, gracias a la rueda traicionera de la diosa Fortuna que hace que los asuntos no nos sean propicios.

(Bueno, y muchas veces, también ayudamos a la Fortuna para que gire su rueda.)

Créditos:
Extracto de Cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer, del capítulo 2, El cuento del caballero, según versión de Pedro Guardia Massó, tomado de la undécima edición, de 2011, realizada por Cátedra como número 83 de su colección Letras Universales (pp. 89-90), de la biblioteca del autor.
Fotografía de la escultura Victoria de Valencia, obra de Antonio Sacramento, en la confluencia de la Plaza de América con el Paseo de la Ciudadela, en Valencia, y tras ella, la noria de la Feria de Julio, en julio de 2013, del autor.

1 comentario:

  1. La escultura puede ser a la Fortuna... o a cualquier otra realidad que se nos pase por la imaginación, ya se sabe cómo es el arte moderno... Pero el detalle de la noria está muy logrado...

    Saludos.

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