miércoles, 17 de julio de 2013

El bloguero no tiene quien le escriba

Don Alonso rey de Castilla, despedidos los dos reyes [el de Aragón y el de Navarra] entró en Toledo á manera de triunfador con grande aplauso, aclamaciones y regocijos de los ciudadanos y del pueblo. Lo primero que hizo fue dar gracias á Dios por la merced recebida: después se mandó y estableció que para siempre se renovase la memoria de aquella victoria: y se celebrase por toda España á diez y seis de julio; en Toledo mas en particular sacan aquel dia las banderas de los moros, y con toda muestra de alegría festejan aquella solemnidad, ca se ordenó que fuese de guardar aquella fiesta con nombre del triunfo de la Santa Cruz.

Ayer se cumplió un nuevo aniversario de la Batalla de las Navas de Tolosa.

Sin embargo, como se puede observar, la renovación de su memoria “para siempre” no ha alcanzado, ni siquiera, los ocho siglos.

¡Ah! Y la carta sigue sin respuesta.

Créditos:
Extracto del capítulo XXV Del fin desta guerra, del Libro Undécimo, de la obra del Padre Mariana Historia general de España, en la edición publicada por la Imprenta y Librería de Gaspar y Roig (en Madrid, calle del Príncipe, 4), en el año de Nuestro Señor de 1852, de la biblioteca del autor (Tomo 1 - pág. 359).
Ilustración de las Banderas que se encontraron en la batalla de las Navas, de autoría sin acreditar, tomada de la misma obra (pág. 360).

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